Nov 22, 2024 Last Updated 9:43 PM, Nov 21, 2024

La juventud lucha en todo el mundo

Publicado en Rabia N° 2

El 2020 será un año difícil de olvidar. La pandemia vino a profundizar la enorme crisis del capitalismo imperialista, abriendo una perspectiva de grandes luchas donde la Juventud tendrá un rol protagónico.

Escriben Gastón Rivero, Dirigente de la Juventud de Izquierda Socialista y ex-presidente del CEUNGS e Ivana Verón, Consejera estudiantil del Instituto de Ciencias de la UNGS

¿Estaba todo bien hasta que llegó el Coronavirus?

Las crisis recurrentes del capitalismo se vuelven cada vez más profundas. Hoy atravesamos la crisis más aguda de su historia. Los anuncios de los propios organismos internacionales como el FMI o el Banco Mundial dan cuenta de ello y no avizoran una pronta recuperación. Ante cada crisis la economía de los sectores populares empeora gravemente, haciendo que las condiciones de vida de la mayoría de la humanidad sean cada vez más cercanas a la subsistencia. Como contraparte, se erige una minoría de súper millonarios a costa de la pobreza de miles de millones de personas.

Ante este panorama la llegada del coronavirus y la puesta en cuarentena de una gran parte de la población, demostró claramente quiénes movemos al mundo, lxs trabajadorxs. El desplome de economías gigantescas como la de EEUU –40 millones de desempleados en pocas semanas– demuestra que el sistema es directamente contrario a los intereses de los de abajo.

Más de 200 millones de jóvenes viven en la extrema pobreza, 130 millones son analfabetos, 88 millones están desempleados y 10 millones portan el virus del sida, según cifras de la ONU, que instó este martes a los líderes mundiales a invertir más en la juventud.

A la cabeza de las rebeliones contra las políticas de ajuste

La última gran crisis (previa a la pandemia) estalló en el 2007, con el derrumbe de grandes bancos. Los gobiernos y empresarios intentaron salir de la crisis descargando brutales políticas de ajuste y atacando los derechos laborales obtenidos décadas atrás. Como es habitual esto afecta mucho más a quienes tienen que empezar a trabajar, ya que es más difícil conseguir empleo y las condiciones laborales son muy precarias. Es decir, el sector más perjudicado fue la juventud.

La Primavera Árabe tuvo su inicio cuando un joven tunecino en el 2010 se quitó la vida prendiéndose fuego. Este proceso debe servirnos de impulso para continuar a la cabeza de las luchas, sabiendo que podemos triunfar. También la Primavera Árabe sirve de ejemplo para demostrar que lo que no avanza (en una perspectiva socialista, agregamos), retrocede. Porque en el norte de África y Medio Oriente han vuelto a instalarse dictaduras en muchos lugares donde se las había derrocado.

Las movilizaciones son la expresión gráfica de la voluntad de lucha de los pueblos. La juventud es el sector que en todos los países y continentes dice presente a la hora de tomar las calles. Nuestra intención es aportar a estos movimientos enormes con una perspectiva revolucionaria, con salidas de fondo. Porque sólo una sociedad socialista resolverá las enormes falencias de este sistema capitalista imperialista.

Europa también es escenario de grandes luchas. Las políticas de los gobiernos para salvar la economía capitalista se expresaron en enormes ajustes. La desocupación y precarización en la juventud se agudizó. Con o sin titulo no hay futuro para millones de jóvenes. Es el caso del Estado Español por ejemplo, en donde el desempleo juvenil llegó a estar en el 57.9%. Los Chalecos Amarillos en Francia mantuvieron en vilo a Macron durante meses, chocando con la policía en todo el país, rechazando su plan de Reforma laboral, los aumentos de combustible y transporte. La derrota del presidente francés en las recientes elecciones municipales muestra el rechazo masivo a su política de ajuste.

Hoy EEUU tiene a millones de personas en las calles. Es que tras la muerte de George Floyd a manos de la policía, cientos de ciudades reaccionaron y salieron a exigir el fin de las políticas racistas que sostienen los gobiernos yanquis. Una encuesta realizada por el Centro de Investigaciones Pew detalló que más de dos tercios de los estadounidenses apoyan el movimiento Black Lives Matter. Esa ola se esparce por el mundo. La política de hostigamiento, persecución y abuso contra las comunidades afrodescendientes es una constante histórica, un problema estructural; Obama durante su mandato prometió que esto cambiaría, nada pasó. Hoy con el racista y misógino de Trump en el poder la situación cobra mayor relevancia, y la reacción que se generó demostró que las masas de trabajadorxs pueden hacer que el jefe del imperialismo tenga que ir a refugiarse a un sótano como una rata.

En Asia el principal foco de resistencia se dio en Hong Kong, donde los reclamos democráticos contra la dictadura del Partido Comunista Chino sacaron a la calle a millones de personas. En la primera línea de esa lucha se pusieron lxs jóvenes, que mediante novedosas tácticas para evitar el reconocimiento facial y combatir contra la policía enfrentan al cada vez más represivo régimen de Xi Jinping.

Los gobiernos denominados “progresistas” en Latinoamérica –Lula, Correa, Kirchner– fueron dilapidando el apoyo que tenían y creció la bronca contra sus políticas de ajuste, así fueron perdiendo elecciones y dejando el poder a variantes patronales que llegaron a profundizar los ajustes en curso. En Bolivia Evo Morales cayó mediante un Golpe de Estado. Pero todos estos gobierno mostraron su verdadera cara de agentes del imperialismo y las multinacionales al aplicar de la manera más ortodoxa los recortes que se exigían para salvar a los banqueros y los ricos. Los nuevos gobiernos que surgieron asumieron en un contexto de debilidad, porque su respaldo en votos no fue un respaldo a sus propuestas, sino un voto contra lo que había antes. Por eso las movilizaciones y conflictos no frenaron, tuvieron un alza.

Estas luchas tuvieron su pico en dos países. En Chile, donde el aumento del metro llevó a un cuestionamiento de la Constitución de Pinochet, logrando tras meses de protesta y enfrentamiento contra los Carabineros en las calles a que se llame a una Asamblea Constituyente. Piñera estuvo a punto de caer y si eso no sucedió fue porque lo sostuvieron todos los partidos patronales, la burocracia sindical del Partido Comunista de Chile y la Iglesia. El otro país fue Ecuador, donde pueblos originarios, trabajadorxs y jóvenes salieron a las calles contra el FMI, obligando a que su presidente Lenin Moreno tuviera que huir de Quito a Guayaquil ya que las protestas rebasaron claramente la acción represiva de la policía.

Si bien la cuarentena puso en pausa este ascenso Latinoamericano, las masas no han sido derrotadas en ninguna parte del continente. Actualmente se destaca la huelga de la juventud precarizada de Brasil por aumento salarial y mejores condiciones de trabajo. Como explican, trabajan con hambre entregando comida y realizando un servicio esencial en medio de la pandemia. Estxs trabajadorxs, al igual que en todo el mundo, estan totalmente precarizados bajo las empresa Glovo o Rappi, dejando la vida muchas veces, ya sea por accidentes de tránsito o porque se contagian de COVID. Las empresas no les reconoce como empleados y no les otorgan las medidas mínimas de seguridad e higiene.

¿Qué perspectiva debe tomar la juventud?

Creemos que la juventud tiene un rol protagónico en todos los grandes procesos tal como lo hemos relatado, pero nos debemos un debate sobre la salida de fondo que requieren los pueblos. El capitalismo profundiza sus crisis y empeora las condiciones de vida que tenemos, quitándonos derechos y precarizando nuestros trabajos, haciéndonos imposible acceder a una casa propia o al derecho a la educación. La lucha que debemos llevar adelante para cambiar este sistema no puede ser espontánea, ni dirigida por sectores conciliadores, porque ya hemos visto cómo terminan. La tarea que tenemos por delante es organizarnos de manera independiente de los gobiernos, en conjunto con todos los sectores que salen a luchar. Para enfrentar las políticas de ajuste que se aplican actualmente y que buscan nuevamente hacer que en la post-pandemia la crisis la pague la clase trabajadora. Para frenarlos es necesario fortalecer una dirección revolucionaria e internacionalista que pelee por programas políticos y económicos alternativos a los que ofrecen los capitalistas, como lo hacemos desde nuestra corriente internacional, la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores- Cuarta Internacional (UIT-CI). Te invitamos a que seas parte de esta perspectiva.

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