Marino Alvarado, de Provea, abrió la actividad, realizando una exposición centrada en la situación de los derechos laborales y la libertad sindical. Explicó que unos 130 sindicalistas se encuentran con juicios abiertos por participar en huelgas o protestas, incluyendo casos emblemáticos como el de Rubén González, sindicalista de Ferrominera, o más recientemente el del secretario general de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros, José Bodas. Advirtió que la Lottt es regresiva en materia de derechos colectivos, al regimentar los estatutos de los sindicatos, otorgar a la Inspectoría del Trabajo la potestad de admitir los pliegos conflictivos, y crear un Registro Nacional de Organizaciones Sindicales que pone trabas a la creación de nuevos sindicatos. Recordó el discurso antisindical empleado tanto por Chávez como por Maduro, al contraponer las exigencias salariales de los trabajadores, consideradas excesivas por el gobierno, con las necesidades de la población en materia de asistencia social.
Bodas intervino a nombre de la C-cura y arrancó destacando el gran malestar que existe entre los trabajadores y las mayorías populares ante una severa crisis económica que ha destruido los salarios y la escasez de productos de la canasta básica, situación agravada por varias devaluaciones y el aumento de los precios de los alimentos decretado por el gobierno en el marco de sus acuerdos con Fedecámaras. Al reconocer que producto de esta crisis y sus efectos, millones de personas estarían dispuestas a movilizarse pero no lo hacen debido a su justificada desconfianza en la dirigencia política de la oposición de derecha, planteó que el reto para las organizaciones reunidas era impulsar una política autónoma de reivindicaciones económicas y sociales, además de la defensa de las libertades democráticas, que permitiera llamar a ese sector de la población a movilizarse. De igual manera consideró necesario emplazar a quienes vienen protestando a levantar banderas de lucha que expresen las necesidades de las mayorías. En tal sentido, consideró que un aumento general de sueldos y salarios, y la equiparación del salario mínimo al costo de la canasta básica, debería ser la consigna central en estos momentos, aunque no la única. Rechazó la actuación de los grupos parapoliciales del gobierno y explicó que el gobierno, pese a declararse socialista, es garante ante las transnacionales imperialistas del acceso no solo al saqueo del petróleo, sino también a mano de obra barata, criminalizando a quienes se organizan y luchan en defensa de sus derechos. Señaló la importancia de exigir la nacionalización de la industria petrolera, sin empresas mixtas ni transnacionales, y el rescate de las empresas básicas de Guayana bajo el control democrático de sus trabajadores. También se solidarizó con las luchas de los campesinos y los pueblos indígenas y exigió justicia para Sabino Romero y los wayúu que han sido víctimas de la represión. Finalmente planteó la necesidad de realizar una movilización obrera y popular en abril para expresar todos estos reclamos.
Elpidio Rojas, de la Unete, destacó la importancia de la unidad de los trabajadores para defender sus derechos, y explicó que aunque el gobierno actual ha contado con ministros y altos funcionarios provenientes del movimiento sindical, ellos no han representado los intereses de la clase trabajadora. Más bien, recalcó, ha quedado claro que este no es un gobierno obrero y que sin la participación de los trabajadores no puede haber revolución.
Se realizó un saludo a la lucha de los trabajadores de Panrico, en una larga huelga en el Estado español, así como un minuto de aplausos por los trabajadores petroleros de Las Heras, en Argentina, quienes han sido condenados a cadena perpetua por haber participado en una protesta contra los impuestos a los salarios. Se leyeron saludos al Encuentro enviados por el dirigente ferroviario argentino Rubén "Pollo" Sobrero y los dirigentes estudiantiles argentinos Nicolás Nuñez y Nahuel Fernández.
Una delegación de profesores de la Universidad del Zulia y estudiantes de la Asociación de Consejos Estudiantiles Indígenas de esa casa de estudios denunció la represión contra el pueblo Wayúu en La Guajira y reiteraron su exigencia de desmilitarizar su territorio. También habló un estudiante de la Ucab, Guillermo Quiroga, quien expresó el apoyo estudiantil a las demandas de los trabajadores y llamó a la unidad de ambos sectores.
Osmary Escalona, trabajadora del Hospital Pastor Oropeza del estado Lara, actualmente con amenazas de despido por parte de la patronal, denunció la alianza entre el gobierno y los empresarios para desconocer los derechos de los trabajadores e impulsar el ajuste. Gregorio Afonso, de la Apucv, planteó que las conquistas democráticas y sociales de los últimos años, algunos de ellos reflejados en la Constitución, son el producto de largas luchas sociales, particularmente de las realizadas en la década de los noventa.
Orlando Chirino, de C-cura, hizo un esbozo de la tarea titánica que tienen los trabajadores y los sectores populares de poner en la calle una política que exprese sus propios intereses, claramente enfrentada al gobierno, al gran capital y a la dirigencia política de la oposición de derecha. Fran Luna, dirigente petrolero zuliano y miembro de C-cura, también habló de la necesidad de seguir construyendo un partido revolucionario que responda en el terreno político a las dos dirigencias burguesas que actualmente se disputan el poder.
Luego de la realización de mesas de trabajo, en las que se ratificaron posiciones como el rechazo a toda injerencia imperialista en nuestro país, o la exigencia de castigo con cárcel y la confiscación de los bienes de los empresarios de maletín y la alta burocracia gubernamental comprometida en el desfalco de más de 20 millardos de dólares, se acordó conformar una coordinación representativa de las organizaciones que participaron en el encuentro. Esta coordinación tendría la tarea de instrumentar acuerdos preliminares como la emisión de una declaración conjunta, la realización de encuentros sindicales y populares regionales, una movilización en el mes de abril en Caracas, y el impulso de un 1ero de mayo combativo y autónomo.
Sin duda se ha dado en Caracas un paso importante en la batalla por la independencia política de los trabajadores y los sectores populares y su intervención autónoma en el marco de la actual crisis.