Jul 20, 2024 Last Updated 5:23 PM, Jul 20, 2024

Izquierda Socialista


Escribe Olga Ortigoza, directiva Suteba La Matanza

Este jueves 10 de noviembre se realizará un plenario de directivos de las tres seccionales Multicolores de Suteba (Tigre, Bahía, Marcos Paz) junto a los congresales Multicolores electos de los demás distritos. Será para llevar los mandatos de escuelas recogidos esta semana, donde se propone realizar el tercer paro provincial para el 17 de noviembre convocado por la Multicolor. Los dos paros anteriores tuvieron una alta adhesión en todo el gran Buenos Aires y en algunas ciudades del interior provincial, demostrando que la docencia está cansada de los salarios por debajo de la línea de pobreza y de los ajustes a la educación pública, entre ellos la incorporación compulsiva de la quinta hora.

Por eso los mandatos reclaman luchar por la reapertura de paritarias, por un salario igual a la canasta familiar con actualización mensual por inflación. Contra las reformas antieducativas y del régimen laboral, la reforma en secundaria y adultos. Por estabilidad laboral y creación de los cargos pendientes. Un plan de obras para refacción y construcción de aulas y escuelas. Plena cobertura de las prestaciones de IOMA, no a los copagos y al vaciamiento de la obra social, entre otros reclamos.

La burocracia de Suteba de Baradel y del FUBD con FEB y Udocba siguen apoyando a rajatablas a Kicillof y al Frente de Todos y negándose a luchar. La masividad de los paros es fundamental para quebrar esta complicidad.

Dentro de la Multicolor hay un debate con agrupaciones que dirigen las seccionales Multicolores, que menosprecian y rechazan la coordinación provincial con todos los delegados Multicolores. No comprenden que el paro se hace masivo porque es tomado por los Multicolores de todos los distritos, no solo por sus seccionales. Y no ven la importancia cualitativa de darle continuidad y funcionamiento regular al Plenario Provincial de Delegados Multicolores (PPD) para conformar el organismo de debate democrático, que sirva para la organización de un plan de lucha, por fuera de la burocracia, que pueda ganarle a Kicillof y su ajuste.

Apoyemos este Plenario del jueves. Resolvamos la convocatoria al PPD y a un paro el 17 de noviembre que sea parte de un plan de lucha con continuidad para ganar.
 
 
 

Escribe Adolfo Santos

El domingo 20 de noviembre las selecciones de Qatar y Ecuador darán inicio a la Copa del Mundo FIFA 2022. Desde ese momento el pegadizo ritmo de la música oficial del torneo, “Hayya Hayya” (Mejor juntos) retumbará en todo el planeta y entre gambetas y gritos de gol, todo girará alrededor del fútbol.

El Mundial 2022 en Qatar tiene aspectos que deben ser analizados, para no perder de vista que el fútbol no es apenas una fiesta del deporte. Lo primero que llama la atención es, ¿por qué la FIFA va a realizar la Copa en ese país de nula tradición futbolística? Los dirigentes de ese momento lo presentaron como un hecho progresivo que permitiría extender el fútbol al mundo árabe. Una oportunidad para “integrar Oriente y Occidente”. Causa noble si no fuera, como se descubrió después, que la decisión respondió al mayor escándalo de corrupción de la historia del fútbol.

El emir compra la sede

Todo comenzó en 2010. Qatar, cuya capital es Doha, es una potencia gasífera y petrolera del Golfo Pérsico. Gobernada por una monarquía absoluta encabezada por la familia Al Thani, ese minúsculo y desértico país islámico, de apenas 2,9 millones de habitantes, en su mayoría trabajadores extranjeros, ha ganado influencia en el mundo árabe gracias a la riqueza proveniente de  la explotación de hidrocarburos.

Con ese poder, estableció un plan de sobornos para ganar el apoyo de los dirigentes del fútbol mundial y llevar el torneo a su país. Ni el intenso calor de la región, que obligó a cambiar la tradicional fecha de junio/julio, para noviembre/diciembre, impidió su designación. El dinero habló más alto y el suizo Joseph Blatter, por entonces presidente de la FIFA, anunció que Qatar le había ganado a Estados Unidos en la elección.

Sorprendidas por esta decisión, la prensa europea y la justicia de los  Estados Unidos iniciaron una investigación. El diario inglés The Guardian publicó que Qatar, gobernado por el emir Tamim bin Hamad Al Thani, gastó 200 millones de dólares para “convencer” a los dirigentes del fútbol mundial a apoyar su candidatura. Fue tan grotesco el fraude, que Joseph Blatter y el francés Michel Platini (presidente de la UEFA), acabaron siendo suspendidos por el Comité de Ética de la entidad junto a cuarenta y dos personas acusadas de participar del FIFA-Gate. Uno de ellos, que según el Departamento de Justicia de los Estados Unidos recibió dinero, fue el fallecido Julio Grondona, ex presidente de la AFA.

El “show” debe continuar

Nada de esa escandalosa corruptela impidió a Qatar ser la sede del mundial. Sin embargo, nuevos hechos demostraron los problemas que implicaría realizar la competencia en ese país, cuyo territorio es igual a la mitad de la Provincia de Tucumán. Mucho se comenta sobre los espectaculares proyectos arquitectónicos diseñados para las obras, pero poco se habla de las vidas obreras que ha costado su construcción. Para The Guardian, más de 6.500 trabajadores migrantes perdieron la vida desde 2010, cuando se comenzó la construcción de estadios, hoteles, aeropuertos e infraestructura.

Un informe oficial de 2011 de los Estados Unidos concluyó que trabajadores poco calificados de naciones de Asia y de África que emigraron a Qatar sufrieron condiciones similares a las de servidumbre. Las violaciones más comunes, entre otras, son las palizas, la retención de pagos, las restricciones a la libertad, la detención arbitraria y las agresiones sexuales.

Cuestionado sobre estas graves denuncias, el actual presidente de la FIFA, Gianni Infantino, trató de zafarse: “La FIFA no es la policía del mundo ni tampoco responsable de todo lo que sucede”. Y agregó: “conseguimos introducir un salario mínimo y derechos laborales”. Admitía que los trabajadores reclutados pagaron caro por un negocio del que se beneficiarán especialmente el emirato árabe y los dirigentes de la FIFA.

Fútbol no pega con anti derechos

El gobierno de Qatar, presidido con mano dura por la familia Al Thani, mantiene una serie de restricciones a los derechos individuales como la libertad de expresión, o los movimientos por la igualdad, lo que dificulta organizarse y denunciar los atropellos realizados con el silencio cómplice de las entidades del fútbol y los gobiernos del mundo. El embajador catarí del Mundial de fútbol, Khalid Salman acaba de declarar en una entrevista con la televión ZDF que la homosexualidad es un “daño en la mente”.

Además, la tutela masculina refuerza el poder y el control que tienen los hombres sobre las vidas de las mujeres, lo que limita su capacidad de llevar adelante vidas plenas e independientes y alienta situaciones de violencia. Ojalá que la designación de la francesa Stéphanie Frappart como árbitra, para dirigir algunos partidos de este mundial, ayude a las mujeres cataríes en la lucha por sus derechos. Ella no podrá ser obligada a disciplinarse a los hombres, ni privada de usar sus coloridas camisas y el tradicional pantaloncito corto.

“Hayya, Hayya”, la canción del mundial, intenta transmitir el mensaje de que la música y el fútbol pueden unir al mundo. Será apenas una expresión de deseo mientras existan emiratos anti derechos y un capitalismo que en su crisis crónica es cada vez más desigual y explotador. Pero, por encima de ese mar de corrupción, el fútbol sigue siendo una pasión de multitudes. Vamos a apostar para que las treinta y dos selecciones clasificadas consigan hacernos disfrutar, con su juego, del deporte más popular del mundo.

El martes 8 de noviembre, los vecinos autoconvocados contra la contaminación de Klaukol, junto con organizaciones políticas del FIT Unidad (como el MST-Redecosocialista, PTS, PO y nuestro partido Izquierda Socialista representado por una nutrida delegación de compañeros y compañeras y nuestra diputada provincial Graciela Calderón a la cabeza), nos movilizamos al juzgado número 2 del Juez Rodríguez de Morón, quien entiende en la causa de los vecinos contra la multinacional suiza.

Estuvieron también presentes Natalia Hernández (Concejala de La Matanza del PTS/FIT Unidad), y Juan Romero (Concejal de La Matanza del PO/FIT Unidad).

En la reunión, una vez más los vecinos le exigieron al juez que lleve adelante acciones legales para impedir que sigan envenenándolos.

La respuesta de los funcionarios fue que están esperando que pase el plazo de noventa días que se le dio a la empresa para que presente un plan de refacciones en su planta, a fin de reducir la contaminación ambiental. Una verdadera burla. La vida de los vecinos no puede esperar.

Las refacciones se le exigen a Klaukol después de que un informe del Conicet solicitado por Acumar haya confirmado que la empresa contamina, lo cual constituyó un avance en la lucha de los vecinos.
Seguiremos acompañando incansablemente esta lucha contra todos los responsables políticos, empresariales y judiciales para que esta verdadera masacre ambiental tenga su fin.

Corresponsal

Tags

Escribe Federico Novo Foti

Hace treinta y tres años cayó el muro que dividió Berlín por décadas. Fue una victoria de las masas que inició el camino hacia la unificación alemana y provocó el derrumbe de la burocracia estalinista. Gobiernos y analistas burgueses anunciaron el triunfo del capitalismo sobre el socialismo. Pero los socialistas revolucionarios tenemos otra mirada.
 
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, en la Conferencia de Potsdam de 1945, José Stalin (líder de la burocracia soviética), Franklin Roosevelt (presidente de Estados Unidos) y Winston Churchill (primer ministro británico) pactaron la ocupación y división de Alemania, como parte de los acuerdos en los que definieron “esferas de influencia” en Europa y el mundo para estabilizar el dominio capitalista imperialista. La partición alemana serviría también para dividir al otrora poderoso movimiento obrero alemán.

En 1949 se creó la República Federal Alemana (RFA) en la región occidental y más desarrollada, sostenida por el imperialismo yanqui y los millones de dólares del Plan Marshall para su reconstrucción. En la zona oriental, la República Democrática Alemana (RDA), apoyada por la burocracia estalinista de la URSS. Berlín, la antigua capital alemana, situada en el centro de la RDA, quedó igualmente ocupada y dividida.

La RDA estaba gobernada por una dictadura de partido único (Partido Socialista Unificado) a imagen y semejanza de la dictadura estalinista de la URSS. La expropiación y eliminación de la burguesía y la planificación estatal de la economía permitieron mejoras como el pleno empleo, acceso a educación y salud. Pero la división del país y la opresión pesaban sobre su población. En 1953 fueron duramente reprimidas las huelgas obreras de Berlín oriental. Para 1961 se estima que dos millones de personas habían huido del país. Como respuesta, en la madrugada del 13 de agosto de 1961, el gobierno de la RDA comenzó a construir un muro con intención de aislar definitivamente los dos lados de la ciudad de Berlín. La llamaron barrera de “contención antifascista”. El muro de hormigón alcanzaría los 155 kilómetros de largo (45 kilómetros dentro de la ciudad). Separó familias, amigos y vecinos. 239 personas fueron asesinadas a manos de la Stasi, el siniestro servicio secreto de la RDA, al intentar cruzar.

La caída del Muro de Berlín

La noche del 9 de noviembre de 1989, tras los anuncios del gobierno de la RDA sobre el otorgamiento de permisos para visitar Berlín occidental, miles de personas se movilizaron hacia el muro. Sorpresivamente, la multitud comenzó a demolerlo con picos, martillos y palas, ante la mirada desconcertada de los soldados. Tras veintiocho años caía el muro que había separado a la ciudad y representaba el símbolo máximo de la división alemana. Miles de personas de ambos lados se reunieron para festejar, abrazarse y besarse.

La caída del Muro de Berlín derrumbó a la burocracia estalinista del PSU e inició el camino hacia la unificación del país en 1990. En aquel entonces el hecho causó una enorme sorpresa mundial. Algunos analistas lo presentaron como una jugada magistral del capitalismo imperialista, encabezado por el presidente yanqui, Ronald Reagan, junto al Papa Juan Pablo II y la complicidad del líder soviético, Mijaíl Gorbachov. El politólogo yanqui Francis Fukuyama afirmó que la caída del muro era el triunfo definitivo del capitalismo sobre el socialismo y pronosticó progreso permanente para la humanidad.
 
Un triunfo de las masas con un alto costo

Desde Izquierda Socialista y la UIT-CI damos otra explicación. Ninguno de los supuestos ideólogos de la caída del muro, ni el viejo dictador de la RDA, Erich Honecker, lo planificaron. Al contrario, a todos les convenía mantener la división alemana y los acuerdos de finales de la guerra, incluido el compromiso de la URSS a limitar su dominio a los países de Europa oriental y colaborar en evitar o controlar las revoluciones en el resto del mundo.

Lo cierto es que en la década de 1980 las burocracias gobernantes en los países del “socialismo real” (donde se había expropiado a la burguesía y tenían regímenes totalitarios) profundizaron sus negociaciones con el imperialismo y la apertura al capitalismo. La falta de libertades y la caída en los niveles de vida alentaron entre las masas un ascenso de las luchas. Estalló la revolución polaca, con el surgimiento del sindicato Solidaridad. Las huelgas mineras sacudieron a la URSS. En junio de 1989, la dictadura del Partido Comunista chino aplastó la revolución en la Plaza Tiananmen. Pero las masas no se detuvieron.

En 1989 la RDA tenía su economía semiparalizada y crecía el éxodo de población a Hungría y Checoslovaquia. A mediados de año comenzaron fuertes movilizaciones populares. En octubre, el gobierno intentó calmar los ánimos con algunos cambios. Destituyeron a Honecker e impusieron a Egon Krenz. Pero las movilizaciones continuaron. El 4 de noviembre medio millón de personas se concentraron en la Alexanderplatz, la gran plaza del centro de Berlín. Los anuncios del 9 de noviembre precipitaron los acontecimientos.

La caída del Muro de Berlín fue un enorme triunfo del pueblo alemán que no sólo abrió el camino a la unificación alemana, sino que aceleró el derrumbe del aparato estalinista mundial que mantenía encorsetado el movimiento de masas por su acuerdo con el imperialismo. Fue una revolución política triunfante. Pero al mismo tiempo tuvo grandes limitaciones. La ausencia de una alternativa socialista revolucionaria que encabezara las movilizaciones no permitió que se enfrentara el proceso de restauración capitalista iniciado. Se instaló la confusión y la ilusión en las bondades del capitalismo. El retroceso respecto a la expropiación de la burguesía y la planificación estatal fortaleció a la naciente potencia imperialista alemana unificada.

Los trabajadores y el pueblo alemán continúan haciendo su experiencia con el capitalismo. Lejos de obtener el progreso anhelado, desde 2008 viven la crisis económica mundial y los planes de ajuste de sus gobiernos. Este año, tras la pandemia, la invasión de Rusia a Ucrania trajo de nuevo el temor de la guerra en Europa y la posibilidad de vivir una crisis energética que afecte a millones. Pero los trabajadores y los pueblos de Alemania y el mundo siguen luchando. Protagonizan heroicas rebeliones y revoluciones que cuestionan el sistema capitalista en el siglo XXI. En ellas, contra las direcciones reformistas o de falso socialismo, sigue planteada la gran tarea de construir una alternativa socialista revolucionaria capaz de conducir a las masas a lograr un gobierno de trabajadoras y trabajadores que avance hacia un verdadero socialismo con democracia para el pueblo trabajador.

Escribe Federico Novo Foti

Con la caída del Muro de Berlín y el derrumbe del aparato estalinista los gobiernos capitalistas y sus voceros anunciaron el “fin de la utopía socialista”. Sin embargo, lo que resulta una utopía es progresar y tener un futuro bajo el capitalismo, que sólo trae hambre, pobreza, pandemias, guerras y destrucción ambiental.

La izquierda estalinista y reformista (PC, PS y otros) concluyó que el hundimiento del estalinismo había sido producido por “exceso de estatismo” y lanzó la política del “socialismo de mercado”. La vieja y fracasada idea de construir el socialismo en unidad con grandes capitalistas y multinacionales. La dictadura capitalista del PC chino se presentó como el modelo a seguir. Así por ejemplo en Venezuela, Maduro aplica un brutal ajuste capitalista e impuso un régimen totalitario con el nombre de “socialismo del siglo XXI”.

La realidad es que el socialismo no fracasó. Las que fracasaron fueron las dictaduras de partido único y la utopía reaccionaria del “socialismo en un solo país”, sin extenderlo al resto del mundo. Fracasan y pierden apoyo popular los gobiernos de “falso socialismo”, como el de Maduro, Ortega, Castillo o Boric, porque no rompen con el capitalismo.

Por eso desde Izquierda Socialista y la UIT-CI decimos que no va más el sistema capitalista y en cada lucha alentamos a construir un partido revolucionario que pelee por un verdadero socialismo. Contra los partidos del “falso socialismo” y tomando la tradición revolucionaria de Lenin y Trotsky, luchamos por conquistar gobiernos de trabajadoras y trabajadores que expropien a las multinacionales y grandes capitalistas e impongan una economía estatal planificada que termine con la pobreza, la destrucción ambiental y todos los males capitalistas. Que pelee por extender la revolución a todos los países para terminar con el capitalismo que es un sistema mundial. Un socialismo con plena democracia para el pueblo trabajador, que dé la iniciativa a trabajadoras y trabajadores y no a siniestras dictaduras de partido único.

Nuestro semanario. En el que te acercamos el reflejo de las luchas del movimiento obrero, las mujeres y la juventud, además un análisis de los principales hechos de la realidad nacional e internacional.

Es una herramienta fundamental para fortalecer a Izquierda Socialista y al Frente de Izquierda.

La suscripción del periódico impreso nos permite también seguir editándolo, ya que nos financiamos con nuestros propios aportes y del de los suscriptos.

 

Suscribite a la versión Impresa

Más Leídos