¿Y ustedes qué proponen?, nos preguntan nuestras compañeras y compañeros de trabajo, de estudio, familiares, o vecinos. Son millones los que están decepcionados con el gobierno de Alberto Fernández y recuerdan, a la vez, el desastre del gobierno de Macri, que dejó al pueblo hambreado y sometido al más feroz ajuste.

Escribe José Castillo, candidato a diputado nacional CABA, por Izquierda Socialista/FIT Unidad

“Otra cosa no se podía hacer, íbamos a recuperar el salario, el trabajo, a reactivar la economía y justo vino la pandemia”, suelen justificarse desde el Frente de Todos. Nosotros, por nuestra parte, afirmamos que sí se podía hacer otra cosa. Tenemos una propuesta distinta, radicalmente opuesta tanto a lo que plantean desde el gobierno como a lo que sostiene Juntos por el Cambio. Veamos los principales puntos.

Primera propuesta: no hay salida si seguimos pagando la deuda externa, hay que suspender inmediatamente los pagos

Este es el punto cero de nuestro programa. No hay ninguna salida para el país, ninguna posibilidad de que el pueblo trabajador pueda mejorar, recuperar el empleo, que haya salarios dignos o mejorar la educación y la salud públicas si toda la plata se termina yendo al pago de la deuda externa.

Desde que asumió Alberto Fernández se pagaron 7.900 millones de dólares en concepto de vencimientos de deuda. Hagamos la cuenta, al tipo de cambio real hoy son casi un billón y medio de pesos. ¡Un equivalente a todo lo que se puso para la pandemia! Por eso insistimos, ¡sí que se podía haber hecho otra cosa! Nada más y nada menos que duplicar toda la asistencia a las consecuencias sanitarias y sociales del Covid-19.

Mucho más si tomamos en cuenta los 4.100 millones que el gobierno se propone pagar en concepto de capital (3.800 millones) e intereses (300 millones) al FMI hasta fin de año, como ha afirmado la propia vicepresidenta, Cristina Fernández, en el acto de lanzamiento de la campaña. En total, el Frente de Todos terminará el año habiendo pagado a lo largo de su mandato 12.000 millones de dólares, más de 2 billones de pesos.

Segunda propuesta: hay que romper los lazos económicos y políticos que nos tienen atados al FMI

Pero no se trata solo de que la plata se usó para inflar los bolsillos de los pulpos acreedores. Hace más de un año que estamos metidos en una negociación con el FMI que nos exige, para llegar a un acuerdo, un durísimo y mayor ajuste, superior a todos los que vivimos en los últimos años. Respondiendo a esto, el ministro Martín Guzmán se comprometió, al aprobar el presupuesto 2021, a un déficit fiscal no mayor a 4,2% del PBI, lo que viene requiriendo achicar el gasto social desde principios de año. ¡Por eso no hubo más IFE en 2021! ¡Por eso los jubilados vienen perdiendo escandalosamente frente a la inflación y sus haberes están por debajo del nivel de indigencia!

Y eso no es lo peor. Apenas pasen las elecciones se procederá a firmar un nuevo acuerdo con el Fondo con  más ajuste, más hambre y más entrega. Nosotros planteamos que hace falta algo completamente distinto, un programa que priorice las más urgentes necesidades populares. Que dé trabajo, mejores salarios y jubilaciones. ¡Esto requiere agrandar el gasto social, no achicarlo! No puede ser que el Fondo nos dicte y luego venga a monitorear nuestra política económica. Hay que romper ya esta cadena de dependencia.

Tercera propuesta: hay que poner un impuesto de verdad a las grandes fortunas

No cabe duda de que vivimos una crisis pavorosa. Pero no todos perdieron con ella. Los bancos siguieron acumulando ganancias fabulosas. Lo mismo los propietarios de las empresas tecnológicas, como Marcos Galperín, de Mercado Libre, que se transformó en megamillonario gracias a la pandemia. También los laboratorios, como el de Hugo Sigman o Richmond. O los grandes monopolios exportadores.

¡Ellos tienen que pagar la crisis, no el pueblo trabajador! Por eso hay que cobrarles de verdad un impuesto a las grandes riquezas, de 10%, que permita recaudar 30.000 millones de dólares y así, junto con la suspensión de los pagos de deuda, tener otro colchón de plata para atender las urgencias populares.
 
¿Qué se puede hacer con toda esta plata?

Hay que aumentar ya, urgentemente, los salarios, otorgando un incremento de emergencia para que nadie gane menos que el valor de la canasta familiar (hoy calculada por los trabajadores de ATE-Indec en 100.000 pesos). Y, a partir de ahí, ajustar los salarios automáticamente por inflación, al mismo tiempo que se deben reabrir todas las paritarias. Los grandes empresarios tienen que ser los que absorban la crisis  y no descargarla, como hasta ahora, sobre las espaldas de los trabajadores.

El mismo aumento debe otorgarse a todo el sector público, de todos los niveles -nacional, provincial y municipal-, a los trabajadores de la salud y a los docentes. Acá la plata debe salir, como dijimos, de la suspensión de los pagos de deuda y del impuesto a las grandes fortunas.

También hay que incrementar las jubilaciones, llevando la mínima a 64.000 pesos (el valor de la canasta de la tercera edad) y, a partir de allí, implementar el 82%  móvil.

Proponemos poner en marcha un importante plan de obras públicas, con eje en la construcción de viviendas populares, para dar trabajo genuino a los millones de desocupados y, a la vez, reducir el déficit habitacional, calculado entre tres y cinco millones de viviendas.

A todo aquel que haya perdido sus ingresos por la pandemia planteamos otorgarle un IFE (ingreso de emergencia) de 40.000 pesos mensuales mientras dure la emergencia.
Y, finalmente, como venimos explicando se puede acelerar sustancialmente la campaña de vacunación, garantizando ya mismo dos dosis para todas y todos, si procedemos a incautar las vacunas que, de a millones, se están produciendo en la planta de Hugo Sigman en Garín.

¡Este es nuestro programa de emergencia! ¡Esto es lo que proponemos! En síntesis, priorizar las más urgentes necesidades del pueblo trabajador haciendo que paguen los usureros de la deuda externa, los banqueros y los grandes millonarios. Esto no lo plantean el Frente de Todos ni Juntos por el Cambio. Solo la lista 1A Unidad de la Izquierda, del Frente de Izquierda Unidad. Por eso pedimos tu voto, para fortalecer la lucha por este programa.

Escribe José Castillo, candidato a diputado nacional CABA, por Izquierda Socialista/FIT Unidad

Hay quienes nos preguntan si nuestro programa es utópico e irrealizable.

¿Qué pasa si no pagamos? ¿Nos van a invadir? ¿Nos van a bloquear? ¿No será peor aun? Los economistas del establishment buscan meter miedo con estas preguntas. La realidad es que hay centenares de casos de países que, por distintos motivos, dejaron de pagar sus deudas. Pero no necesitamos ir muy lejos en la historia. Nosotros mismos, en diciembre de 2001, lo hicimos en medio del Argentinazo. ¡Pero no queremos volver a 2001, nos suelen decir! Aclaremos, nosotros tampoco queremos volver a la situación de ese momento, con un pueblo hambreado, con millones de desocupados producto de priorizar el pago de la deuda externa. No queremos volver, pero estamos yendo aceleradamente en esa dirección. Por eso llegamos a esa instancia y, gracias a la movilización popular, impusimos el no pago de la deuda. ¡Y por eso la economía se empezó a reactivar en los años siguientes! Y no hubo represalias por el simple y sencillo hecho de que estuvimos hasta 2005 sin pagar la deuda. Y si luego caímos en una nueva crisis fue justamente porque retomamos los pagos.

Nuestro planteo es perfectamente realizable, solo exige la voluntad política de no seguir priorizando a los pulpos acreedores. Lo utópico es lo contrario, decir que se puede pagar y redistribuir a la vez. Cincuenta años de historia argentina lo demuestran.

Desde la dictadura genocida la deuda externa, su pago y los planes de ajuste del FMI se han convertido en la causa fundamental de la decadencia de nuestro país y de la caída en picada del nivel de vida de la clase trabajadora.
Generada por los militares genocidas, fue luego reconocida por todos y cada uno de los gobiernos posteriores a 1983. Todos, peronistas, radicales, macristas, sin excepción, pagaron millonadas de vencimientos y también todos terminaron ampliándola, dejando una creciente bola de nieve. Es mentira que hubo gobiernos que nos desendeudaron, como quiere hacernos creer el kirchnerismo, la deuda siguió y sigue creciendo, imponiéndonos cada vez mayor miseria y sometimiento.

Escribe Carolina Goycochea, candidata a diputada nacional La Rioja, por Izquierda Socialista/FIT Unidad

Desde los años ´90 con Carlos Menem y su secretario de minería el ex gobernador de la Rioja Ángel Maza, los gobiernos de Kirchner y Macri han sostenido un plan para imponer la megaminería contaminante y el saqueo de los recursos naturales.

En la Rioja las megamineras intentaron instalarse a partir del 2007 en Famatina, con la multinacional Barrick Gold. La enorme lucha del pueblo riojano logró expulsarla en 2009. Ahí apareció Osisko, que correría la misma suerte en 2012 con movilizaciones masivas en Famatina, Chilecito y La Rioja Capital. Organizamos asambleas contra la megaminería en toda la provincia.

En el 2014 nuevamente hubo intentos, ahora con el avance de la exploración de Uranio, para su posterior explotación en el Duraznillo, un paraje cercano a las nacientes de agua que abastecen a La Rioja Capital.
En 2016 las asambleas provinciales denuncian que la secretaría de Minería había otorgado 790 permisos para realizar exploraciones mineras, aproximadamente un 27,58% del territorio de la provincia. Y demuestran que hay 78 declaraciones de impacto ambiental definidas por la propia secretaría de Ambiente. También denuncian el avance de estas empresas en la cordillera riojana, en la reserva de Laguna Brava, violando la ley de protección de glaciares. Allí ya trabajan 20 empresas mineras y se han entregado 17 informes de impacto ambiental para 61 proyectos.

En 2018 nuevamente los vecinos de Chilecito inician un corte de ruta camino a Guanchín para expulsar a Sargen S.A., empresa que había iniciado un cateo y prospección en el cordón del Cerro Famatina. En 2019 se incorporaron dos nuevos proyectos mineros en Chepes y Ulapes, dónde vienen trabajando la canadiense Ultra Resouses ex Ultra Litium y la China Yunnang Ling Le Mining, en unas 27.900 hectáreas. La denuncia más reciente es de más proyectos en la cordillera riojana, en las inmediaciones de Laguna Brava.

Todos los gobiernos provinciales del peronismo, apoyados en su momento por Menem, los Kirchner, luego Macri y ahora Fernández, vienen impulsando esta política de saqueo, explotación y contaminación. Lo mismo las intendencias gobernadas por la UCR y Cambiemos. Y esto lo hacen los gobernadores de diferentes provincias, ya sean gobernadas por el peronismo o Cambiemos. En eso no tienen ninguna “grieta”, como les gusta decir.

Está demostrado que a la megaminería sólo la detuvo la lucha de los pueblos organizados contra el saqueo y la contaminación. Y allí, los únicos que siempre hemos estado, sin dobles discursos ni titubeos, hemos sido los dirigentes y militantes del Frente de Izquierda Unidad. Los que decimos no a la megaminería y el gobierno de Alberto Fernández y Cristina, junto con Quintela son responsables.

Por eso, para frenar la entrega, la contaminación y el saqueo, es que llamamos que en estas elecciones votemos al Frente Izquierda Unidad, la lista 1A, Unidad de la Izquierda. Para que haya diputados que apoyen nuestros reclamos y rechacen la megaminería en la provincia y en todo el país.