Jul 17, 2024 Last Updated 6:04 PM, Jul 17, 2024

Izquierda Socialista


Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI

El gobierno de Israel ha bombardeado e invadido por tierra las principales ciudades de la franja de Gaza, donde habitan más de 2 millones 300 mil personas. Los objetivos de los misiles israelíes se han dirigido contra edificios habitados, refugios, escuelas, hospitales, iglesias y la principal carretera que corre de norte a sur. El 65% de la población tuvo que abandonar sus casas. Es fundamental la movilización popular mundial para apoyar a la resistencia palestina y obligar a Israel a retirarse y cesar los bombardeos.

Desde el comienzo de su ofensiva, el ejército israelí cercó todas las fronteras terrestres y marítimas de Gaza, impidiendo la salida de la población civil, y cortó el suministro de electricidad, agua y alimentos, agravando el desastre que ya causan los bombardeos diarios y la invasión armada.


Ciudad del Cabo - Sudáfrica

Los últimos informes hablan de más de doce mil personas palestinas muertas, entre ellas, más de cuatro mil niños. La mayoría de quienes han sido asesinados son mujeres y menores. Unos quinientos muertos se agregan cada día.  

Aunque Israel les dice a los palestinos que abandonen el norte de Gaza, algo que sólo pueden hacer hacia el sur, bombardea incluso el camino que va hacia el sur, matando a palestinos que escaparon de sus casas.

El hospital de Al Shifa, el más grande de Gaza, fue atacado por el ejército israelí con el argumento de que ahí había túneles y milicias de Hamas, lo cual no pudieron demostrar ni siquiera en fotos inventadas. El director del hospital dijo que el complejo médico se ha convertido en una “gran prisión” y una “fosa común” para las 7.000 personas que están dentro, sin electricidad, sin comida, sin agua.

Pero además los ataque no son sólo en Gaza, también en Cisjordania, donde no existe presencia de Hamás, hubo ataques de colonos sionistas armados y de los militares de Israel, que asesinaron a 190 personas hasta el 7 de octubre. Eso muestra claramente la intención de expulsar a todos los palestinos de su tierra.


Londres - Inglaterra
 
¿Expulsión de los palestinos?

Este genocidio, desatado desde principios de octubre, con la excusa de lo que llaman “ataque terrorista” de Hamás, es continuidad de una política contra los palestinos desde hace 75 años. Desde su fundación el Estado de Israel, con apoyo imperialista de Gran Bretaña y Estados Unidos fijó el objetivo de expulsar a los palestinos y poblar Israel con colonizadores judíos provenientes de Europa. Ya los expulsaron de la mayor parte de su territorio palestino originario y ahora pretenden también expulsarlos de Cisjordania y Gaza.   

Para Netanyahu, el genocida primer ministro Israelí, el objetivo inmediato de hoy parece ser la expulsión de los palestinos de Gaza, el pequeño territorio de cuarenta kilómetros de largo por diez de ancho, donde viven 2.3 millones de palestinos en una cárcel a cielo abierto. Esta expulsión sería hacia la península egipcia del Sinaí, una región desértica. De hecho la gran mayoría de los habitantes adultos de Gaza son provenientes de otras zonas de Palestina de las que se adueñó Israel. Y un objetivo más inmediato ahora sería explotar el gas que está en la región, en primer lugar en la plataforma marítima al lado de Gaza, para lo cual “molestan” los palestinos.


París - Francia

¡Todo el apoyo a la resistencia palestina!

Por supuesto que para cumplir este objetivo debe no sólo masacrar palestinos, sino también lograr frenar la creciente movilización de los pueblos árabes y del mundo contra Israel y su cómplice Estados Unidos. Por eso esta lucha tiene una gran importancia mundial y su desenlace tendrá consecuencias mundiales.

Mientras los gobiernos imperialistas de Estados Unidos y Europa apoyan a Israel y le  envían armas, los gobiernos árabes dicen estar en contra del genocidio en Gaza, pero no hacen absolutamente nada para apoyar a los palestinos. Tampoco Irán o China. Hicieron reciente reunión en China con países árabes, sacaron una declaración “contra crímenes de Israel en Gaza” y hablaron de la necesidad de “los dos Estados”, pero sin ninguna medida concreta de apoyo a los palestinos, y tampoco una ruptura de relaciones de China y de países árabes como  Egipto, Liga Árabe, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Sudán y Marruecos. Sólo dos países en el mundo han roto relaciones con Israel por el genocidio en Gaza: Bolivia y Bélice.

Quienes sí apoyan al pueblo palestino son las millones de personas movilizadas en todo el mundo. Esto, aunque no ha detenido el genocidio, logró que Estados Unidos presionara a Israel para permitir el paso de algunos camiones con combustible por la frontera de Egipto a Gaza, y el 21 de noviembre una tregua de cuatro a cinco días en Gaza e intercambio de prisioneros entre Israel y Hamás: 50 rehenes por 150 prisioneros palestinos.


Roma - Italia

Desde la Unidad Internacional de Trabajadores y Trabajadoras -Cuarta Internacional- (UIT-CI) llamamos a redoblar las movilizaciones de solidaridad con Palestina para terminar con el genocidio perpetrado por Israel. Que los pueblos exijan a sus gobiernos: ruptura de todos los acuerdos económicos, políticos y militares con Israel. No al envío de armas a Israel y basta de ayuda financiera y militar de Estados Unidos al gobierno sionista. Que se retire la flota yanky de las cercanías de Israel y Medio Oriente. Que los pueblos de los países árabes, con su movilización, exijan a sus gobiernos que apoyen a la resistencia palestina con todo lo que ella reclame y, en especial, a los que han reconocido a Israel, ¡que rompan relaciones ya! ¡Toda la solidaridad con el pueblo palestino!

¡Alto ya a los bombardeos criminales a Gaza! ¡Fuera militares israelíes de Gaza! ¡Basta de cerco genocida! ¡Ruptura de relaciones con Israel! ¡Liberación de las y los presos palestinos! ¡Todo el apoyo a la resistencia palestina!

Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI

La movilización mundial en solidaridad con el pueblo palestino y contra el genocidio en Gaza es inmensa. Desde el inicio de este último genocidio en Gaza, se han registrado alrededor de 4 mil marchas en 92 países del mundo, sumando millones en las calles. Con las pancartas y banderas se expresó el repudio al Estado de Israel y a los gobiernos, yanqui y europeos, que le envían armas.
No ocurre algo de tal dimensión desde las grandes marchas de los años setenta contra la invasión y el genocidio yanqui en Vietnam, que generaron una crisis política al gobierno de Estados Unidos y lo obligaron a la retirada.

Como reacción al apoyo popular a la resistencia palestina, partidos de derecha, auspiciados por varios gobiernos imperialistas, organizaron marchas a favor de Israel, pero fueron muchísimo menos concurridas.

En Estados Unidos hubo más de 1.400 acciones contra el apoyo norteamericano a Israel. Entre las más importantes, centenares de miles de personas en Nueva York y Washington.

En Europa, el sábado 12, 800 mil personas se manifestaron en Londres y hubo acciones en casi todas las ciudades del Reino Unido. También en París, con 100 mil manifestantes, y en Barcelona con 30 mil. A las que se sumaron marchas en Suecia, Noruega, Dinamarca, Italia, Portugal, Suiza, Irlanda, Alemania, Países Bajos, Luxemburgo, Austria, Bélgica, Polonia, Grecia, Chipre, Rumanía, Eslovenia, Bosnia y Herzegovina.

Además, hay resoluciones de sindicatos portuarios de Barcelona, Gran Bretaña, aeroportuarios de Bélgica, portuarios de Italia, Grecia y Turquía, señalando que van a impedir la salida de armamento para Israel.

El apoyo al pueblo palestino es masivo en la mayoría de los países árabes: Egipto, Túnez, Argelia, Marruecos, Irak, Jordania, Yemen, Líbano. En países de tradición islámica como Turquía, Paquistán y en Indonesia se habla de dos millones de personas movilizadas, también en la India y en Australia.

También hubo importantes expresiones en Latinoamérica. Las más grandes en Chile, junto a las de Argentina, Brasil, México, Bolivia, Venezuela, Colombia, Perú y Bolivia, donde se rompió relaciones diplomáticas con Israel, una de las principales medidas que reclamamos desde la UIT-CI.

                                          

Escribe Adolfo Santos

“El estado de Israel es la institucionalización del hecho colonial […] Es el instrumento (armado hasta los dientes por el imperialismo) que tiene como fin mantener esa situación colonial y retribuir servicios al imperialismo actuando como gendarme contra los movimientos revolucionarios o simplemente nacionalistas del mundo árabe”*

A 75 años de la instauración del estado de Israel, solo restan jirones de lo que fue Palestina. Ni siquiera la Franja de Gaza o Cisjordania pueden ser considerados territorios libres destinados a los palestinos. Rodeados por muros y alambres de púas, esos espacios son verdaderos campos de concentración controlados por el ejército sionista donde viven en condiciones inhumanas millones de palestinos, prisioneros en su propia tierra. La voracidad sionista, con la complicidad de los gobiernos capitalistas del mundo, ha ido avanzando en la ocupación a costa de un verdadero genocidio.

En estos días los ojos están puestos en la pequeña Franja de Gaza. Sin embargo, Cisjordania, situada entre las márgenes del Río Jordán y el Mar Muerto, aunque formalmente es administrada por la Autoridad Nacional Palestina (ANP), está ocupada y bajo control militar de Israel desde 1967, después de la “guerra de los seis días”. Con un siniestro plan de anexión total, el gobierno de Netanyahu dividió los 5.800 kilómetros cuadrados en tres áreas sometiendo a los casi tres millones de palestinos que ahí habitan a un régimen de completa opresión. Un tercio de ellos viven en los diecinueve campamentos de refugiados organizados por Naciones Unidas.



Un apartheid del siglo XXI

En 2020, un grupo de cincuenta expertos sobre derechos humanos consultados por la ONU, llegaron a la conclusión que la iniciativa sionista configuraba “una visión del apartheid en el siglo XXI”. No es para menos. El 60% del territorio cisjordano está bajo ocupación israelí, un área minoritaria distribuida en pequeñas parcelas o ghettos dispersos a lo largo del territorio, está bajo control de la Autoridad Palestina y la parte restante es de administración mixta, (ver mapa). Sobre ese diseño ideado por el sionismo para un mejor control, se ha ido avanzando en la colonización. De unas pocas centenas de habitantes judíos en 1967, hoy ya son más de 500 mil colonos organizados en 150 asentamientos.

Esta anexión, que ha sido condenada varias veces por la ONU, no para y se hace con una violencia creciente. Encerrados por un muro que recorre varios cientos de kilómetros separando Cisjordania de Israel, la población civil palestina sufre sistemáticos ataques y agresiones humillantes. El ejército sionista desarrolla una represión permanente con controles y detenciones que muchas veces terminan en muertes. Además, para avanzar en la colonización y facilitar los asentamientos, demuelen las casas de los palestinos con topadoras bajo la excusa de que no han solicitado permisos de construcción. Un pretexto siniestro, ya que a quienes los solicitan se los niegan.  

Y los “colonos” judíos, fuertemente armados por el gobierno de Israel, constituyen verdaderas milicias parapoliciales que se encargan de amenazar, quemar vehículos y propiedades y asesinar palestinos indefensos. Hasta los primeros días del mes de octubre de este año, además de los daños materiales, entre el ejército y las milicias asesinaron 190 civiles como parte de un plan de extender el terror y expulsar más palestinos de sus tierras, según denuncia la organización de derechos humanos israelí Yesh Din.

En este marco de opresión, los palestinos organizan su resistencia. Una resistencia permanente que ha tenido sus principales picos con las Intifadas, iniciadas en 1987 y repetidas en 2000 y 2005 y que apoyamos incondicionalmente. En enero de 1937, más de diez años antes de la existencia de Israel, respondiendo a una pregunta de la Agencia Telegráfica Judía, León Trotsky afirmaba: “Los hechos de cada día demuestran que el sionismo es incapaz de resolver la cuestión judía. El conflicto entre judíos y árabes en Palestina, adquiere un carácter cada vez más trágico y amenazador”, Trotsky tenía razón. No hay salida con el estado de apartheid sionista. La salida es una Palestina única para palestinos y judíos, democrática, laica y no racista.

*Del libro Palestina, historia de una colonización. Ediciones El Socialista

Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI

Es muy significativo y golpean fuertemente al discurso sionista, las manifestaciones de organizaciones de judíos en solidaridad con Palestina. Estas fueron masivas en Nueva York y Washington, y también en Londres, con la consigna “no en nuestro nombre”. Los manifestantes expresaron plena solidaridad con los palestinos y repudian al Estado de Israel.
                      

Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI

En 1977, la Asamblea General de las Naciones Unidas pidió que se observara anualmente el 29 de noviembre como Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, resolución 32/40, en conmemoración del día en el que, en 1947, la Asamblea había aprobado la resolución 181 (II) sobre la partición de Palestina.

Cada año ese día se hace una llamada de atención sobre el hecho de que la cuestión de Palestina no se ha resuelto y que los palestinos aún no han obtenido los derechos inalienables reconocidos por la Asamblea General, como el derecho a la libre determinación sin injerencia externa, el derecho a la independencia y la soberanía nacionales, y el derecho a regresar a sus hogares, de donde fueron desplazados, y a que se les restituyan sus bienes.

Pero estos derechos no vendrán jamás mientras exista el dominio del Estado sionista colonialista y genocida. Por eso hoy la lucha de fondo sigue siendo la lucha histórica Palestina por terminar con el estado sionista de Israel y por una Palestina única, laica, democrática y no racista en todo su territorio histórico.

Este 29 de noviembre será un día internacional para reforzar las grandes movilizaciones que se dan en el mundo en solidaridad con el pueblo palestino, contra el genocidio en Gaza.    
           

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