Jul 18, 2024 Last Updated 9:34 PM, Jul 18, 2024

Izquierda Socialista

Redacción de Izquierda Socialista y de El Socialista

El 1° de agosto se cumple un año de la desaparición y muerte de Santiago Maldonado, en el marco de la represión desatada por la Gendarmería Nacional contra la movilización de la comunidad Pu Lof en Cushamen, provincia de Chubut.

El 31 de julio en la sede de Télam –ocupada y en lucha por el despido de 357 compañeros– se realizó una conferencia de prensa con organizaciones de derechos humanos y con la participación de Juan Carlos Giordano en representación de Izquierda Socialista. Allí el hermano de Santiago, Sergio Maldonado, denunció al gobierno de Macri: “Solo dijeron que la causa de muerte era ahogamiento con ayuda de hipotermia. No se sabe cómo, dónde, cuándo. El equipo forense nunca pudo responder a preguntas como la de cuánto tiempo estuvo en el agua Santiago, ni confirmar si había muerto el 1° de agosto. La muerte de Santiago se produjo en el marco de una irrupción ilegal y a balazos de 130 efectivos de Gendarmería en el predio de Lof Cushamen. Este gobierno ajusta, reprime y está del lado de los poderosos”, concluyó Sergio. La conferencia tuvo como objetivo convocar al acto del miércoles en Plaza de Mayo a un año de la desaparición de Santiago.

Desde Izquierda Socialista no tenemos dudas: los responsables de la desaparición y muerte de Santiago Maldonado son el gobierno de Macri, y en particular la ministra Bullrich y la Gendarmería Nacional. Por eso seguimos exigiendo verdad y justicia y castigo a los culpables. 
Guido Poletti

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Las dos escenas sucedieron el sábado 28. La vicepresidenta Gabriela Michetti fue recibida cálidamente en la inauguración de la Sociedad Rural. Su discurso elogió a los monopolios agroexportadores y les aseguró que seguirían sus privilegios. A la misma hora, dirigentes de PRO que salieron a “timbrear” eran violentamente repudiados en los barrios obreros y populares. Esa es la foto de la Argentina actual: la de un gobierno aplaudido por los ricos y el FMI, y al mismo tiempo cada día más repudiado por los trabajadores, los jubilados y demás sectores populares, que siguen acumulando bronca anuncio tras anuncio de sus medidas de ajuste. Ese mismo sábado se anunciaron los aumentos en los boletos de los colectivos en Capital y Gran Buenos Aires y los recortes en las asignaciones familiares. A esto se sumó, un par de días después, la “novedad” de un nuevo tarifazo en la luz y la autorización a las petroleras para dejarlas subir otra vez el precio de la nafta. Mientras tanto, los precios siguen subiendo, en particular los de la canasta alimentaria. Por eso aumentan la pobreza y la miseria. Hasta la propia gobernadora Vidal tuvo que reconocer que cada día son más las personas que llegan a los comedores populares.

En ese marco, las declaraciones de Macri de que todo se trata de una “tormenta” y que hay que “tener confianza en que la recuperación llegará en 2019” no convencen a nadie. Ven que, así como las políticas de ajuste previas nos llevaron a esta crisis, el pacto Macri-FMI nos conducirá a un pozo aún más profundo, de donde solo saldrán ganando, como siempre, las grandes patronales y los pulpos especuladores. Por eso Macri cae en todas las encuestas. Esta vez junto con Vidal y Rodríguez Larreta.

El peronismo en todas sus variantes, por su parte, lleva adelante una oposición sólo en el discurso. No solamente se niega a enfrentar de verdad el ajuste, sino que lo aplica en sus provincias. Los gobernadores están enfrascados en negociar cómo zafa cada uno, negociando con el gobierno nacional para que le toque recortar menos que a su vecino. Para eso no tienen problema en mostrarse y hasta elogiar al gobierno nacional, como lo vimos esta semana en Córdoba, en la visita y las recorridas conjuntas de Macri con el gobernador Schiaretti. Del lado del kirchnerismo, ahora tenemos a Cristina Kirchner que pasa del “silencio” a aparecer como oradora en un próximo acto en el Smata con Pignanelli, uno de los burócratas más odiados, el que hace pocos meses era el sindicalista “preferido” de Macri y quien está dejando pasar la flexibilización laboral en su gremio. Con todas estas idas y venidas, no resulta extraño que la burocracia sindical de la CGT, vinculada por mil lazos al peronismo, siga garantizando la tregua con el gobierno, archivando cualquier atisbo de medida de lucha luego del paro general del 25 de junio, que cada vez queda más lejos en el tiempo.

Mientras el gobierno sigue adelante con el ajuste, en muchos lugares se sale a pelear. Así lo hacen los docentes de Capital, provincia de Buenos Aires, Chaco, Santa Cruz, Tierra del Fuego y Corrientes. O los trabajadores del Astillero Río Santiago, que se movilizaron por miles a la calle enfrentando las mentiras tanto de Macri como de Lanata. O los despedidos de Télam, que siguen firmes en su lucha. Por eso sigue teniendo plena vigencia el reclamo a la CGT y las CTA de que se le dé continuidad al parazo de fines de junio con una nueva medida de fuerza nacional, ahora de 36 horas, como parte de un plan de lucha para enfrentar el ajuste de Macri y el FMI. Ganas de luchar y movilizarse sobran, como lo van a demostrar una vez más las mujeres marchando el próximo 8A para que se apruebe el aborto legal en el Senado.

En este proceso de lucha contra el ajuste de Macri y el FMI, la alternativa no es el peronismo. Todos sus sectores apuestan a dejar pasar el ajuste y se postulan para el 2019. Así lo hacen los eventuales candidatos como Urtubey, Pichetto, Solá o Massa. También el kirchnerista Agustín Rossi, que se sinceró la semana pasada al explicar que, si llegan al gobierno, “iban a reconocer el acuerdo con el FMI”. Por eso la salida viene por izquierda. Desde el FIT decimos que a la crisis hay que oponerle un plan económico de emergencia obrero y popular, no para “el 2019”, sino para resolver hoy la crisis. Rompiendo con el FMI y suspendiendo inmediatamente los pagos de deuda externa para poner todo ese dinero que hoy se destina a los pulpos usureros al servicio de resolver las más urgentes necesidades populares.

Lo que necesitamos es construir una nueva dirección sindical y política para la clase trabajadora. Para eso tenemos que fortalecer al Frente de Izquierda y al sindicalismo combativo. Para apoyar todas las luchas, para coordinarlas para que ganen, para estar más fuertes para enfrentar el ajuste de Macri y el FMI y para postular al FIT frente a las falsas opciones de los partidos patronales. Te invitamos a sumarte a esta tarea.

El 3 de septiembre de 1938, en la más absoluta clandestinidad, un grupo de dirigentes revolucionarios impulsado por Trotsky fundó en las afueras de París la Cuarta Internacional.

Desde la muerte de Lenin en 1924, la burocracia soviética encabezada por Stalin había sido responsable de gravísimas derrotas del proletariado mundial: la de la revolución china en 1925-27, la de la revolución española y el triunfo del nazismo. El Estado obrero soviético y la Tercera Internacional, una de las mayores conquistas de la revolución, sucumbieron a la burocratización. Trotsky, el líder bolchevique que dirigió la Revolución Rusa junto con Lenin, fue expulsado del Partido Comunista primero y después de la URSS por rechazar ese viraje político. El estalinismo sumó a su política contrarrevolucionaria la persecución implacable de toda oposición dentro y fuera de la URSS, con miles de deportados y asesinados, en particular toda la vieja dirigencia bolchevique.

Con el ascenso de Hitler al poder en 1933, y la catastrófica derrota del proletariado alemán, en gran parte por la política suicida del estalinismo, Trotsky concluyó que la Tercera Internacional estaba muerta.

El 3 de septiembre de 1938, “en algún lugar de Suiza” que encubrió un punto de reunión clandestino en las afueras de París, unos treinta delegados de distintos países (más la adhesión de organizaciones que no pudieron enviar delegaciones) fundaron la Cuarta Internacional. Aprobaron, entre otros documentos, el Programa de Transición (La agonía mortal del capitalismo y las tareas de la Cuarta Internacional), cuyo diagnóstico fundamental se sintetizó en que “la crisis de la humanidad es la crisis de su dirección revolucionaria”.

Trotsky caracterizó la fundación de la Cuarta Internacional como “el trabajo más importante de toda mi vida”: unir a los marxistas revolucionarios alrededor de un programa que sintetizaba toda la experiencia del marxismo revolucionario mundial.

Pese a la evidente debilidad de sus fuerzas, los hechos posteriores a septiembre de 1938 y el desarrollo de la lucha de clases reafirman que la fundación de la Cuarta Internacional y la adopción del Programa de Transición permitieron darle continuidad al único marxismo revolucionario existente, el trotskismo. El asesinato de Trotsky en agosto de 1940 significó un abrupto vacío en su dirección, sin posibilidades de reemplazarla en el corto plazo dada la juventud e inexperiencia de sus cuadros. Años más tarde, la dirección revisionista y burocrática de Pablo y Mandel la sumió en una crisis crónica y una dispersión de las que aún no se ha recuperado.

Desde Izquierda Socialista y la UIT-CI ratificamos la vigencia de su programa y objetivos, así como la necesidad de seguir la pelea por su reconstrucción, una tarea clave en la lucha por el socialismo mundial.

Nos visitaron en el local central de Izquierda Socialista los tres dirigentes recién salidos de Nicaragua y protagonistas de la rebelión iniciada el 18 de abril, que están recorriendo Chile, Argentina, Uruguay, Brasil y Perú para denunciar la brutal represión del gobierno de Daniel Ortega, que ya lleva 450 muertos y miles de heridos, detenidos y desaparecidos. La “caravana internacional” está integrada por tres jóvenes: Ariana Mcguire de la Coordinadora Universitaria por la Democracia y la Justicia; Yader Parajón, miembro del Movimiento de Madres y Familiares de Víctimas, y Carolina Hernández, del Movimiento Campesino Antiextractivista, todos integrantes de la Articulación de Movimientos Sociales que unifica las movilizaciones contra Daniel Ortega y que reclaman la caída del gobierno represor.

En la reunión nos brindaron un informe político de cómo continúan las movilizaciones masivas y nos comentaron su experiencia de reunirse con organizaciones defensoras de los derechos humanos de todos los países del cono Sur para buscar pronunciamientos de repudio a la brutal represión. En el mismo sentido nos informaron que su prioridad también es reunirse con organizaciones de izquierda para clarificar que Ortega no es un gobierno de izquierda, sino una verdadera dictadura. Compartimos esta denuncia desde Izquierda Socialista y la UIT-CI en polémica con la falsa campaña que impulsan el propio Daniel Ortega junto a Nicolás Maduro, Raúl Castro, Evo Morales y Dilma Rousseff de que las protestas constituirían un “golpe de derecha”, campaña cada vez más debilitada y poco creíble ante la inocultable violación a los derechos humanos. Como parte del intercambio político los tres dirigentes de la caravana le preguntaron a nuestro compañero Miguel Sorans sobre su experiencia en la revolución sandinista contra Somoza, como parte de la brigada Simón Bolívar de combatientes latinoamericanos, quienes fueron expulsados y reprimidos por el propio Ortega en 1979.

Ahora junto a la caravana impulsamos una charla en la Facultad de Ciencias Sociales y una concentración este viernes 24 de agosto a las 17 frente a la embajada de Nicaragua para seguir impulsando la solidaridad internacionalista con el pueblo de Nicaragua.

Por Partido Socialismo y Libertad (PSL)

El gobierno de Maduro lanzó un nuevo ajuste económico llamado “paquetazo”, que busca descargar la tremenda crisis sobre las espaldas de los trabajadores. Reproducimos a continuación extractos de la declaración de nuestro partido hermano de Venezuela, el PSL, miembro de la UIT-CI

El gobierno de Maduro dejó a un lado el doble discurso “seudo-socialista” y se  quitó la careta una vez más. Decidió descargar todo el peso de la crisis sobre los trabajadores y el pueblo aplicando un paquete de ajuste brutal, que hace palidecer las medidas adoptadas en 1989 por el gobierno de Carlos Andrés Pérez en acuerdo con el FMI.

El gobierno anunció, junto a la entrada en vigencia del nuevo “cono” monetario (la nueva moneda, que reemplazará al actual bolívar totalmente desvalorizado por la hiperinflación), una serie de medidas leoninas contra el pueblo trabajador, que a su vez benefician a los empresarios y transnacionales.

Exoneró del pago del impuesto sobre la renta a los importadores y a las transnacionales petroleras. Aumentó la gasolina, llevándola por primera vez  en la historia del país a precios internacionales. Previamente ya había autorizado el incremento de las tarifas de los servicios públicos. 
El viernes 17 de agosto, el gobierno anunció nuevas medidas que acompañarán a las planteadas cuatro días antes. Lo fundamental es que se aumenta el IVA, pasando de 12% a 16%; se unifica el tipo de cambio y se “aumenta” el salario mínimo, que ahora será de 1.800 bolívares “nuevos”, es decir, 180 millones de los actuales, aproximadamente 30 dólares mensuales. El gobierno asume por 90 días el diferencial de la nómina salarial de las pequeñas y medianas empresas privadas, lo que se constituye en un gigantesco subsidio a la burguesía nacional.

Un paquete capitalista contra el pueblo trabajador

Las medidas instrumentadas por el gobierno de Maduro dicen procurar eliminar el gigantesco déficit fiscal, de hecho, una de las consignas del gobierno es “déficit cero”. Ya veníamos diciendo que la crisis económica era pavorosa. El gobierno necesita desesperadamente recursos financieros y para ello trata de incrementar sus ingresos metiendo la mano en los bolsillos del pueblo trabajador. Pero al mismo tiempo otorga gigantescos subsidios y exenciones de impuestos favoreciendo a los empresarios, importadores y transnacionales petroleras, con lo cual vuelve a incrementar el hueco fiscal.

Ninguna de las medidas que el gobierno está aplicando va en beneficio de los trabajadores y el pueblo. Todas son medidas dirigidas a recuperar los negocios capitalistas.

La consecuencia inmediata del ajuste será una profundización de la hiperinflación, especialmente con el impacto que tendrá el aumento de la gasolina. Incluso los precios se dispararán antes de que este aumento entre efectivamente en vigencia, licuando el pírrico aumento del salario mínimo anunciado.

La implementación del nuevo “cono” monetario (la nueva moneda) el 20 de agosto causará una gran confusión en las personas, que deberán eliminar cinco ceros a los precios. No está claro cuántos billetes del nuevo cono entrarán en circulación, ni sabemos si continuará la escasez de efectivo, y la plataforma para pagos electrónicos está de por sí cercana al colapso.

Más allá del impacto causado por los anuncios, es necesario tener claro que el gobierno está aplicando un paquetazo capitalista brutal, que agravará las condiciones de vida de la mayoría de la población oprimida y explotada. El salario seguirá siendo insuficiente para cubrir las necesidades básicas de alimentación, medicinas y transporte. La tragedia social que padecemos alcanzará límites insospechados.

Las medidas adoptadas por el gobierno, claramente dirigidas contra el pueblo, pondrán a la orden del día la necesidad de luchar y enfrentarlas en la calle.

Los trabajadores y el pueblo no podemos pagar la crisis creada por el gobierno, los banqueros y las transnacionales

Hoy más que nunca debemos movilizarnos para enfrentar en la calle el paquetazo capitalista del gobierno.

Hay que redoblar la movilización que ya está en curso. No podemos permitir que el capitalismo salvaje que administra el gobierno chavista lleve a la muerte y al hambre a la única clase productiva de la sociedad: los trabajadores.

Hoy es más necesario que nunca unificar las luchas para potenciarlas y masificarlas ¡Por una coalición o coordinación nacional de luchas que convoque a una gran marcha en Caracas de todos los sectores! ¡Preparemos desde las bases en asamblea un gran paro nacional contra el gobierno y su paquetazo de ajuste ¡Sigamos en la calle por salario igual a la canasta básica! ¡Indexación mensual del salario a la inflación!

Por un plan económico alternativo popular

Sólo un gobierno de los trabajadores y el pueblo, que ponga en marcha la construcción de un nuevo modelo económico basado en la planificación democrática de la economía nos podrá sacar de manera estructural de esta tragedia. Además de luchar por el aumento de salarios igual a la canasta básica, es imperioso pelear por medidas estructurales y de fondo, para que sean los capitalistas los que paguen la crisis. En ese sentido planteamos luchar por el no pago de la deuda externa, por una industria petrolera 100% estatal sin empresas mixtas ni transnacionales, por la confiscación de los bienes de los corruptos, por una reforma agraria que permita avanzar hacia el autoabastecimiento de alimentos, por la eliminación del IVA y por una reforma tributaria progresiva, entre otras medidas que permitan superar la debacle que estamos viviendo.

Nuestro semanario. En el que te acercamos el reflejo de las luchas del movimiento obrero, las mujeres y la juventud, además un análisis de los principales hechos de la realidad nacional e internacional.

Es una herramienta fundamental para fortalecer a Izquierda Socialista y al Frente de Izquierda.

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