Mientras Macri intenta usar la captura de los prófugos como rédito político (cuando han sido los lugareños quienes brindaron las pistas), se confirmó que diciembre y enero fueron los meses de mayor inflación de los últimos años y aumenta la pérdida del poder adquisitivo. Macri definió que su prioridad es entregarle miles de millones de dólares a la oligarquía terrateniente, a las multinacionales y a diferentes sectores patronales, exceptuándolos de retenciones e impuestos. Pero se niega a dar un bono de emergencia a los trabajadores, pese a que todo aumentó. Gobierna con decretos, ¡pero para modificar el impuesto al salario “hay que esperar que lo trate el Congreso en marzo”!
Lo más grave es el despido de miles de trabajadores estatales en municipios, provincias y en la Nación. ¡La vice Michetti, de un saque, despidió a dos mil! Vidal y los intendentes bonaerenses, la superan. Y no son sólo los macristas, también se despide en municipios y provincias gobernadas por radicales y kirchneristas. En Santa Cruz, Alicia Kirchner despidió unos mil empleados estatales, que tuvieron que tomar dependencias para obligarla a una negociación.
Usan una gran campaña y el verso de que “despiden ñoquis” y que “el Estado no puede sostener tantos empleados”. ¡Aunque la plata del “Estado macrista” sí puede usarse para “sostener” a oligarcas y multinacionales!
Es mentira que los despedidos sean gente que cobra sin trabajar. El convenio laboral de los trabajadores estatales establece, como en cualquier otro trabajo, los mecanismos para advertir a quien no concurre a trabajar y, en todo caso, recién ahí tomar medidas disciplinarias si no justifica su inasistencia. ¿Por qué el gobierno no hace eso con los supuestos “ñoquis”? Porque Macri, los gobernadores e intendentes buscan despedir a los trabajadores no efectivizados, amparándose en la precarización laboral que sufren decenas de miles de compañeros que hace años están con “contratos basura”. ¡Una herencia de 12 años del kirchnerismo que, en vez de ponerlos en planta permanente, precarizó a la mitad de los estatales de todo el país!
Es urgente salir a enfrentar unificadamente este ajuste. Si pasan los despidos en el estado, van a seguir con fuerza en el resto, como en Cresta Roja o Austral de Lázaro Báez en Santa Cruz. Encima, el gobierno está dispuesto a avanzar con represión, como ya hicieron en Cresta Roja y los municipales de La Plata. También quiere utilizar el “miedo a los despidos” para recortar aumentos en las paritarias, como ya lo advirtió Prat Gay. Además, estos ajustes tienen el apoyo de toda la oposición patronal, como Massa y los diputados kirchneristas, que lo justifican.
A pesar de que hay movilizaciones en algunos municipios y provincias, la burocracia sindical de las CGT no hace nada. Moyano dijo “no vamos a permitir que el ajuste recaiga sobre los trabajadores”, pero no toma ninguna medida para enfrentar los despidos. Caló y los burócratas kirchneristas, que ahora son “oposición”, tampoco llaman a una sola medida de lucha, dejándole las manos libres al gobierno para que siga profundizando el ajuste.
Desde cada dependencia tenemos que organizar la pelea contra los despidos, impulsando asambleas y no permitiendo que un solo trabajador quede en la calle. Coordinando con las demás reparticiones para salir a pelear unidos. Hay que exigirle a ATE (que ya hizo un paro el 29 de diciembre), a UPCN (que no hizo nada aún) y demás gremios estatales a que unifiquen la lucha con un plan de lucha nacional, junto a las CGT y CTA.
¡Ningún trabajador despedido! ¡Reapertura de las paritarias y bono de emergencia ya! ¡Basta de aumentar los precios!