Escribe Laura Marrone - Docente y pre candidata a Diputada Nacional CABA
El reciente caso de Agustín, alumno de la sala de 5 años de un jardín de infantes en el barrio de Flores de Ciudad de Buenos Aires, asesinado a golpes por su padrastro, duele hondo. Hace solo dos meses murieron Rolando y Rodrigo en el mismo barrio, en el incendio de un taller textil clandestino.
Estas muertes ponen al rojo el desamparo que viven muchas niñas y niños de nuestro país: víctimas de violencia intrafamiliar e institucional, explotación sexual y laboral, abuso, hacinados, a merced del narcotráfico o las adicciones del entorno familiar o barrial, inseguros emocionalmente por la desocupación de sus familias o la falta de un techo estable. Solo en el mes de marzo 2015 el 40% de las denuncias por violencia al Programa de Violencia del Ministerio de Justicia fueron de menores de 18 años.