Apr 28, 2024 Last Updated 1:19 AM, Apr 28, 2024


Escribe José Castillo

En el debate organizado por Perfil, Juan Grabois, referente de Patria Grande y autoidentificado con el Papa Francisco (de hecho el título de la nota hablaba de economía “vaticana” versus economía austríaca) jamás hizo lo mínimo que se espera de cualquier referente “popular”: denunciar la peligrosidad del pensamiento de ultraderecha de Milei. Se perdió la oportunidad de hacerle acordar de sus socios políticos pro-dictadura, o del hecho de que los referentes teóricos de Milei, empezando por Friedrich Hayek, se dedicaban en su época especialmente a ensalzar a los dictadores Pinochet y Videla.

Nada de eso estuvo en la exposición de Grabois. Se enredó en complejos debates doctrinales del derecho, buscando siempre algún tipo de acuerdo o coincidencias con Milei. Incluso se felicitó cuando la encontró en que Milei “aceptaría a los manteros” porque son supuestamente parte de las bondades del libre mercado.

El problema de fondo de Grabois es que, mientras Milei es un defensor a rajatabla del capitalismo, los monopolios e incluso de la desigualdad social, él le responde cuestionando sólo los “excesos” del mercado. Y planteando un supuesto Estado compensador que aparecería para “igualar derechos de propiedad” (otra expresión que tomó del propio Milei en el debate) de aquellos que quedaron excluidos.

El planteo de Grabois terminó siendo tan tibio que, aún reconociendo que su propuesta de “ingreso mínimo universal” no garantiza ni siquiera la salida de la pobreza extrema, no propuso ni siquiera algo tan simple como un plan de obras públicas para generar trabajo genuino a los desocupados.

Quedó claro que para enfrentar a Milei y sus planteos reaccionarios, es necesaria una propuesta claramente anticapitalista, como la que encarna el Frente de Izquierda y no medias tintas como la que expresa Grabois.



Escribe José Castillo

El referente “libertario” nunca deja de asombrarnos: siempre tiene un nuevo enunciado, más reaccionario que el anterior, para dar que hablar. De su planteo machista, racista y patriarcal en la Feria del Libro (“no voy a pedir disculpas por ser hombre con rasgos de blanco, rubio, de ojos celestes y tener pene”), pasó (a posteriori del debate de Perfil) a defender la compra-venta de órganos. Se trata de uno de los negociados más repugnantes que ha generado el capitalismo. De un lado, personas ultranecesitadas, en la más absoluta marginalidad, vendiendo riñones. Sumado a auténticas mafias que consiguen (obviamente asesinando primero) órganos vitales para luego venderlos en el mercado negro. Del otro lado, gente con plata que puede comprarlos, generando la terrorífica situación de que la vida de una persona que depende de un transplante se defina por la capacidad o no de pagar el “precio requerido” del órgano a la venta.

En el propio reportaje de Perfil ya Milei había dado señales de que su posición iba en este sentido, cuando ante su afirmación de que el mercado “resuelve todo”, se le dijo si sería legítimo que alguien le compre un brazo a otra persona porque le gusta coleccionar brazos, y Milei increíblemente respondió: “si alguien lo quiere vender, ¿cuál es el problema?”. Para enseguida explicar que se trata de la “decisión sobre el propio cuerpo del que vende el brazo”. Claro que esa “decisión sobre el propio cuerpo” Milei no la acepta cuando se opone a la legalización del aborto. Se entiende, lo hace desde el machismo más acérrimo, y también desde garantizarle el “libre mercado” al negocio del aborto clandestino.
Esta es la horrorosa y archirreaccionaria concepción ideológica de Milei, sin el más mínimo respeto por los derechos y dignidades de las personas.


No al FMI

El pueblo trabajador sigue sufriendo las consecuencias del plan de ajuste acordado entre el gobierno del Frente de Todos y el Fondo Monetario Internacional. Los bajos salarios, las jubilaciones de miseria, el congelamiento de los planes sociales, la decadencia de la educación y la salud pública tienen una misma causa: cumplir con las exigencias del FMI. El Fondo tiene metas muy concretas para hacernos cumplir y nos monitorea trimestralmente. Justamente en estos días está culminando la primera de las diez misiones de control del Fondo sobre nuestra economía. Todo con un objetivo claro: que los argentinos “ahorremos”, en base a nuestro hambre y miseria, los dólares necesarios para dar cumplimiento a los pagos de deuda externa, en primer lugar con el propio organismo.

Y esto no es lo único: los funcionarios del FMI ya anticipan que este ajuste que estamos sufriendo es solo la primera parte de algo incluso más profundo: a fin del año próximo, de cara al gobierno que surja de las próximas elecciones, vendrán las exigencias de las “reformas estructurales” (jubilatoria, laboral y fiscal).  O sea que vendrán por “lo que queda” de los derechos del pueblo trabajador.

No hay futuro, ni posibilidades de desarrollo o progreso si seguimos así: el FMI dirige de hecho nuestra economía y nuestra política. Somos una semicolonia de ese organismo, lo que quiere decir que dependemos de decisiones tomadas por las grandes potencias imperialistas, y principalmente por los Estados Unidos.

Por eso insistimos, desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad, en la necesidad de implementar otro plan económico, obrero y popular, que, para resolver las más urgentes necesidades de trabajo, salario y jubilaciones dignas, salud, educación y vivienda, indefectiblemente tiene que partir de romper con todos los condicionamientos políticos y económicos que nos impone el FMI y con dejar de pagar inmediatamente la deuda externa. Se trata de dejar de ser una semicolonia, de dar la pelea por una segunda y definitiva independencia.

Escribe Claudio Funes

La oposición patronal en Diputados impuso al oficialismo el debate por la Boleta Única de Papel. ¿Sería un gran cambio? La UCR, el PRO y la Coalición Cívica de Juntos por el Cambio son sus impulsores, mostrándose como paladines de la democracia y la transparencia cuando solo proponen una modificación formal, que tiene sus pro y contra. Esta boleta sería para los cargos nacionales, mientras en sus provincias, como la UCR de Gerardo Morales en Jujuy y donde gobierna la UCR, mantienen los acoples, colectoras, el sistema punteril y todos los vicios de los que se aprovechan, igual que hace el peronismo de Alberto Fernández y Cristina.

Ni la actual boleta que defiende Alberto Fernández ni la boleta única que propone la oposición son garantía de democracia, porque no cambia el sistema electoral actual que es antidemocrático, minado de trampas y proscripciones al servicio de los viejos partidos que nos vienen gobernando desde hace décadas. Y si la izquierda no presenta fiscales, fuimos.

Gobierno peronista y oposición patronal se unen contra la izquierda manteniendo el piso del 3% del padrón electoral -inflado, no depurado- para lograr cargos nacionales, lo cual impide que tengamos más diputados. O mantener el 1,5% de los votantes en las PASO para participar en las elecciones generales. Cada Censo nacional obliga a actualizar la cantidad de bancas. ¿Se va a hacer ahora? Claro que no, en beneficio de ellos.

La Boleta Única de Papel tampoco impedirá que los candidatos peronistas y radicales continúen mintiendo con falsas promesas electorales, como el hambre cero de Macri o la heladera llena de Alberto y Cristina.

Los partidos que recibieron financiamiento de grandes empresarios, como Cristina de los laboratorios Global Pharmacy, Multifarma y Seacamp en 2007 y Macri de la corrupta Odebrecht en 2015, o ambos de Techint como denunció Carrió (Clarín, 7/6/2022), ahora se pelean por el tipo de boleta. Tienen acuerdo en sostener el actual sistema electoral para continuar gobernando para el gran capital. Esos son los grandes debates en el Congreso mientras crece el hambre y la pobreza.
Hay que terminar con los pisos proscriptivos e imponer un distrito electoral único, entre otras reformas. Nada de esto proponen el gobierno ni la oposición patronal.

Escribe Mariano Barba

Estamos entrando en el invierno y el frío se hace presente. Falta el gasoil en varias provincias. Suben los precios de los alimentos y los combustibles, la vida se hace más cara para el pueblo trabajador y sectores populares. Las multinacionales petroleras acumulan enormes ganancias por los valores internacionales. Para terminar con el saqueo y la dependencia hace falta una YPF 100% estatal que administre todos los recursos gasíferos y petroleros.

El gas es insuficiente para el mercado interno ante la proximidad del invierno. El gasoil escasea mucho en 19 provincias. Jujuy, Salta, Formosa, Tucumán, Misiones, Corrientes y Entre Ríos entre las más afectadas. Sin embargo, las grandes compañías multinacionales que explotan el gas y el petróleo están aprovechando las disputas internacionales entre Rusia y la Unión Europea, para conseguir ganancias extraordinarias con los hidrocarburos de Vaca Muerta, el segundo del mundo en gas y el cuarto en petróleo extraídos con el método del fracking.

El precio del barril está en los 115 dólares y el millón de BTU los 25 dólares, tres veces más que hace un año. Las regalías que pagan al país son de apenas el 12%, una miseria para los beneficios que embolsan. Encabezada por YPF, e impulsada por el gobierno peronista del Frente de Todos y los gobiernos provinciales, crece la voracidad de las multinacionales, con el fracking usando más de 800 camiones diarios de arena, millones de litros de agua y más de 600 químicos para extraer el petróleo y el gas bombardeando la roca y las arcillas a miles de metros de profundidad.

YPF cuenta con la mayor cantidad de perforaciones hasta el momento y, para el diario inglés Financial Times, “Chevron (de Estados Unidos), Petronas (de Malasia) y Shell (Británica y Holandesa) estarán entre las empresas internacionales que se beneficiarán si finalmente despega el desarrollo petrolero de Vaca Muerta en Argentina”. A este listado hay que agregarle la Exxon (de Estados Unidos), Tecpetrol (Techint) y Vista Oil de Miguel Galuccio, ex presidente de YPF bajo el gobierno de Cristina Kirchner.

Este megaproyecto de extracción de gas y petróleo de Vaca Muerta es un verdadero saqueo de las riquezas del país, iniciado en el 2013 bajo el gobierno de Cristina (avalado por el gobierno provincial del Movimiento Provincial Neuquino, MPN) a través del acuerdo Chevron con cláusulas secretas (permite que se lleven las ganancias y si bajan muchos los precios el gobierno les debe garantizar la rentabilidad). Aplicar este extractivismo por parte de las empresas genera una contaminación sin precedentes en la Patagonia por los derrames, también afecta a las napas y los ríos, e incluso produce una sucesión de movimientos sísmicos como en la pequeña localidad de Sauzal Bonito (Neuquén) donde hubo treinta y cinco temblores en un día, coincidente con fracking en sus proximidades.

Escasean el gasoil y el gas natural

Con la ola polar saltó a la vista el drama de conseguir gas para calefaccionar a millones de hogares de trabajadores. Habrá que traer del exterior cerca del 30% del gas que se consumirá, comprándolo a Bolivia, además de importar unos cincuenta buques de Gas Natural Licuado (GNL) pagando 30 dólares el millón de BTU. Significará un gasto de 4.000 millones de dólares extras.

Lo mismo pasa con la falta de gasoil en el centro y norte del país que afecta a todos los sectores de la economía. La patronal del campo reclama porque la cosecha de maíz, soja y girasol está demorada, ya que en nuestro país casi el 90% de la economía se mueve en camión desde el desmantelamiento de los ferrocarriles que provocó Menem. En el mercado negro se paga el litro de gasoil alrededor de los 250 pesos.

Como consecuencia del plan de ajuste del gobierno peronista y los gobernadores, los trabajadores y sectores populares pagarán de su bolsillo el incremento tarifario de los combustibles, que generan un aumento en el costo de vida. La garrafa cuesta alrededor de 1.000 pesos o más, dependiendo la provincia, y la subsidiada por el Anses unos 500 pesos, cuando se la consigue. Y se consume en una semana con uso familiar.

Desde Izquierda Socialista/FIT Unidad proponemos terminar con el saqueo de las riquezas del subsuelo y llamamos a luchar por una YPF 100% estatal, gestionada por sus trabajadores y técnicos. Por rescindir todos los contratos existentes con los innumerables pulpos del sector, tanto extranjeros (como Chevron, Total, Exxon) como las que tienen participación local (como Panamerican Energy con Bulgheroni o Tecpetrol de Techint). Para construir una gran empresa estatal que integre todo el negocio petrolero desde la exploración, pasando por la extracción, el refinamiento y la comercialización. Lo mismo se debe hacer con la explotación del gas, reconstruyendo una gran empresa única, estatal, gestionada por sus trabajadores, como supo ser en su momento Gas del Estado.

Nuestro semanario. En el que te acercamos el reflejo de las luchas del movimiento obrero, las mujeres y la juventud, además un análisis de los principales hechos de la realidad nacional e internacional.

Es una herramienta fundamental para fortalecer a Izquierda Socialista y al Frente de Izquierda.

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