Apr 28, 2024 Last Updated 1:19 AM, Apr 28, 2024


Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
 
El presidente Alberto Fernández habló en un acto preparado por el burócrata de la Uocra, Gerardo Martínez, quien le regaló una lapicera. Días previos el Jefe de Gabinete, Juan Manzur, llamó a concurrir a los gobernadores. Fue uno solo. El gobierno peronista está en su peor crisis política. Alberto Fernández se la pasa haciendo promesas en vistas a las elecciones de 2023 mientras crece el hambre y la pobreza.
 
Si el acto en el camping de la Uocra de Esteban Echeverría fue realizado para darle oxígeno al presidente, que preparen otro. El evento fue organizado por el burócrata antiobrero Gerardo Martínez, quien estuvo apoyando a todos los gobiernos en estas décadas, vendiendo mano de obra barata y precarizada de sus afiliados en beneficio de las grandes constructoras. Es más, Martínez fue buchón de la última dictadura militar. Una pinturita. Escucharlo decir ante obreros de la construcción “tenemos la oportunidad de ganar el pan con el sudor de nuestra frente”, cuando nunca laburó, muestra con quién se rodea el presidente para gobernar. En el acto estaba toda la conducción de la CGT encabezada por Héctor Daer, y se lo vio hasta al perdedor de la UOM, Antonio Caló.

Es llamativo que, rodeado de esos jefes sindicales que firman paritarias a la baja, el presidente diga que les dio órdenes a sus ministros para que los salarios le ganen a la inflación. ¿Por qué Alberto Fernández no empieza por los trabajadores que dependen de su gobierno como las enfermeras y médicos de los hospitales públicos, estatales y docentes, llevando sus ingresos al valor de la canasta familiar? ¿Por qué no hace lo mismo para sacar a millones de jubiladas y jubilados de la indigencia culpa del cambio en la movilidad jubilatoria que impuso?

El presidente dijo “nos está costando mucho que la distribución del ingreso sea justa”. Pero este es el capitalismo que él defiende, junto a Cristina. Para solucionar el tema llamó a los empresarios y trabajadores a hacer más equitativo el reparto de la torta, es decir, a los mismos grandes empresarios que se la llevan en pala y a la burocracia sindical que no apoya ninguna lucha.

A tal punto es la crisis del gobierno que Fernández volvió a apelar al gobierno de Perón de hace casi ochenta años, para intentar mostrarse como que el peronismo del siglo XXI estaría a favor de los trabajadores. “Los derechos que desde 1945 ganaron los que trabajan hoy se los quieren quitar”, dijo. Pero el peronismo de hoy no tiene nada que ver con el viejo peronismo que bajo circunstancias excepcionales le pudo otorgar amplias concesiones al movimiento obrero. Fernández tiene amnesia selectiva. Se olvida de gran parte de la historia. En los años ´90, bajo el peronismo menemista (que Fernández y el kirchnerismo apoyaron), se remataron todas las empresas del Estado, creció la desocupación y la deuda externa se fue al doble. ¿Dónde estuvo la mejora para los trabajadores? Hoy el Frente de Todos está en el gobierno. Hace dos años y medio que le ganó a Macri y los males macristas se agravan.

El gobierno sigue con un discurso “popular” intentando mostrar que de la mano del FMI nos vamos a salvar. “Ahora que pudimos sacarnos las exigencias estamos en el camino correcto”, dijo Fernández. ¿Qué exigencias se sacaron? ¿Acaso no se viene un nuevo tarifazo y la inflación llegará al 70% con la bendición del FMI? Argentina se hunde en la miseria y la desigualdad social. El pacto con el FMI es más saqueo, dependencia y sometimiento.

Estas reiteradas promesas en actos oficiales son para llamar a votar al peronismo en el 2023. “No cabe duda que el 2023 es nuestro”, dijo Kicillof en otro acto peronista donde participó La Cámpora (ver PJ y La Cámpora / “Una cumbre para el 2023”). El peronismo está preocupado por las elecciones mientras sigue aplicando un mayor ajuste para el FMI y no toca a los grandes grupos económicos que se siguen llevando las riquezas y ganancias.

Solo un plan económico alternativo obrero y popular opuesto al que aplica el gobierno salvará a los trabajadores y sacará al país de la postración. Opuesto también, por supuesto, a las recetas del macrismo y el radicalismo de Juntos y a las barbaridades de la ultraderecha de Milei y Espert. Es lo que postulamos desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad.


Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad

Así tituló el evento Página/12. Se llevó a cabo el sábado pasado y fue convocada por la titular del PJ mendocino, la senadora kirchnerista Fernández Sagasti. Se lo denominó “Peronismo futuro” y ofició como un espacio de reflexión. Participaron Kicillof, “Wado” De Pedro, Yasky, Massa, Rodríguez Saá, Mayans, Urtubey (quien dijo no era parte del oficialismo), entre otros. Dicen que las menciones a Alberto Fernández y a Cristina no provocaron ningún entusiasmo.

El gobernador Uñac de San Juan, quien venía de ser el único gobernador que participó del acto del día anterior con Alberto Fernández, lanzó la frase “espero que esto sirva para construir el triunfo en el 2023”. Pero este triunfo ya lo lograron en 2019 y no se ve ningún cambio favorable para los trabajadores y el pueblo.

A tal punto es la crisis del Frente de Todos que De Pedro señaló: “El peronismo y el kirchnerismo son lo mismo. Hay que dejar de personalizar y volver a discutir ideas”. Y la idea que lanzó este referente de Cristina (quien venía de reunirse días atrás con el burócrata Luis Barrionuevo) fue que Argentina debe dejar de ser un país unitario, reclamando que YPF se mude a una provincia patagónica… ¡para que sus impuestos no vayan a la Ciudad de Buenos Aires! Elogió también la “estatización de YPF de Cristina”. Lo corregimos a De Pedro. YPF fue rematada por el peronismo menemista en los años ‘90 con el apoyo de Néstor y Cristina. Y cuando éstos gobernaron no estatizaron YPF, sino que adquirieron el 51% de las acciones pagando una cifra exorbitante. Hoy YPF no es 100% estatal, es una Sociedad Anónima que cotiza en Estados Unidos.

La kirchnerista Juliana Di Tullio, por su parte, señaló: “Un peronismo soportando 40% de pobres no es un peronismo que esté funcionando”. Di Tullio no quiere quedar pegada a una cifra de pobreza emblema de gobiernos de centro derecha, hoy patrimonio del Frente de Todos que integra. Pero si no se toca la estructura capitalista del país y se sigue aplicando el ajuste del FMI, el resultado cantado seguirá siendo más pobreza.

El podio del doble discurso se lo llevó Kicillof. Sin sonrojarse dijo: “Sin independencia económica y con sometimiento a las finanzas internacionales también se pone en jaque a la democracia”. ¿Pero acaso no es su propio gobierno el que se sometió aún más a las finanzas internacionales pactando con el FMI y reconociendo el brutal endeudamiento macrista? Kicillof es otro de los que dice que había que haber pactado con el Fondo Monetario pero de otra manera. Otra manera “más progre”. Una patraña para intentar tapar algo que el propio De Pedro reconoció en la misma reunión, el peronismo y el kirchnerismo son lo mismo.

Alberto y Ucrania


Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad

“Cuando la pandemia empezó a aflojar se inició la guerra que también condena al Sur. Por eso fui a Europa a plantear que estaban causando un daño enorme”, dijo Alberto Fernández en el acto en referencia a la guerra. Pero se equivocó de interlocutor. Donde tendría que haber viajado es a Rusia, para decirle a Putin que está causando un “daño enorme” contra el pueblo ucraniano con su criminal invasión.

Alberto Fernández viene criticando las sanciones económicas contra Rusia y el envío de armas a Ucrania. Claramente se pone del lado del gobierno capitalista-imperialista de Putin. Si está contra “los daños” debería romper relaciones con Rusia. Y si se refiere a los daños en Argentina, no debería haber pactado con el FMI el pago de la deuda externa mafiosa, usurera y fraudulenta que afecta a millones.
                    


Escribe Mercedes Trimarchi, legisladora electa CABA por Izquierda Socialista/FIT Unidad

El domingo 15 de mayo el diputado por La Libertad Avanza, Javier Milei, presentó su libro “El camino del libertario”. Lo hizo junto a Viviana Canosa, frente a más de mil personas en la Feria del Libro. En ese marco, la periodista lo interrogó sobre su profesión como economista y sobre su precandidatura de cara a las elecciones presidenciales del 2023. Entre otras frases provocadoras, que sus seguidores aplaudieron en la sala, dijo que, si es presidente, en su gobierno “no va a haber marxismo cultural”. Y agregó: “ya saben que, si gano, le doy pista al Ministerio de la Mujer”, acompañando la afirmación con un gesto de que lo cerraría. “No voy a estar pidiendo perdón por tener pene; no tengo por qué sentir vergüenza de ser un hombre blanco, rubio y de ojos celestes”, remató.

Sus palabras tienen una enorme carga racista, más teniendo en cuenta que las dijo al día siguiente de la masacre ocurrida en la localidad de Búfalo en el Estado de New York. Allí Payton Gendron, un hombre blanco, asesinó a diez personas mayoritariamente negras que se encontraban en un supermercado. El asesino, que había premeditado el ataque con odio racial, adhiere a la teoría que se conoce como “El gran reemplazo”. Esta ideología señala que existe una avanzada de los movimientos feministas y antirracistas como el “Black Lives Matter”, que buscaría reemplazar a los hombres blancos.

La frase de Milei no es casualidad. Es parte de su discurso de odio contra las mujeres, las disidencias y las personas marrones o negras. Justamente descarga su odio en las personas víctimas de este sistema capitalista, racista y patriarcal que él defiende (aunque se diga antisistema) y que excluye cada vez más a las grandes mayorías, llevándolas a situaciones de pobreza extrema. No es casualidad tampoco que su mejor alumno, el legislador porteño Ramiro Marra, haya lanzado el Movimiento Antipiquetero Argentino (MAPA) que invita a denunciar a quienes cortan la calle en reclamo de sus derechos. Tampoco es casualidad que seguidores de Milei pinten esvásticas o que griten frente a cámaras de televisión que es la hora de que la mujer vuelva a estar en la casa, como ocurrió en Parque Lezama en un acto de campaña electoral del año pasado.

Frente a la reacción machista, más organización feminista

Todos estos discursos -y acciones- cargados de misoginia y racismo que fomenta Milei, y que no son un fenómeno exclusivamente nacional como se vio en la masacre de Búfalo, muestran hasta dónde pueden llegar los neofascistas y sus políticas de odio. Por eso, alertamos que seguir dándole crédito (o tiempo mediático) a un personaje como Milei, es sumamente peligroso.

Desde su lugar de privilegio en una sociedad capitalista, racista y patriarcal, fomenta cada vez más el odio a las mujeres, a las personas pobres y a la izquierda, promoviendo que sean atacadas y silenciadas. Es lo peor del fascismo, que desde Isadora e Izquierda Socialista/FIT Unidad repudiamos y no vamos a permitir.

Con la cuarta ola de luchas feministas, las mujeres y disidencias venimos ganando en organización. Venimos visibilizando la violencia de género al grito de #NiUnaMenos y hemos conquistado el aborto legal con la #MareaVerde. Apostamos a la movilización feminista para enfrentar todos los atropellos de los neofascistas que nos quieren a las mujeres encerradas en la casa y a las disidencias avergonzadas dentro del placard. Pero no lo lograrán.

Si algo aprendimos con la lucha es que nadie nos regaló nada y que todos los derechos conquistados son producto de nuestro esfuerzo. No es como dijo Alberto Fernandez, que el patriacado terminó una vez logrado el aborto. Sino veamos cómo están actuando los sectores conservadores y antiderechos de los que Milei forma parte. Ningún derecho ganado es para siempre, por eso debemos seguir movilizades y frente a la reacción machista oponer más organización feminista.

Escribe Federico Novo Foti
 
El 12 de mayo la diputada “libertaria” Victoria Villarroel presentó un proyecto para derogar la ley 26.160, iniciativa que fue acompañada por Javier Milei, José Luis Espert y un grupo de diputados de PRO. La ley, que data de 2006, declara la emergencia en materia de posesión y propiedad de tierras de las comunidades originarias. Fue conquistada tras el reclamo de pueblos originarios. La misma ordena hacer el relevamiento de tierras, pero en 16 años solo se logró el 50% del mismo bajo los gobiernos peronista-kirchnerista y el macrismo. Y señala que mientras tanto no puede haber desalojos. Es por eso que en noviembre y diciembre del año pasado organizaciones de pueblos originarios como Opinoa y EPI Kamba realizaron movilizaciones y un acampe frente al Congreso nacional para exigir una nueva prórroga de la ley. El Frente de Todos se negó y la prorrogó por decreto, sembrando incertidumbre sobre la legalidad de la medida. Del reclamo participaron solo los diputados de Izquierda Socialista en el FIT Unidad, Juan Carlos Giordano y Mónica Schlotthauer, y referentes ambientalistas de la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones (BFS). Ahora los libertarios vuelven a la carga intentando derogar la norma, argumentando que hay que “detener las usurpaciones de los mapuches”.

Esta iniciativa surge como reacción a la lucha originaria que logró este mes el fallo judicial que reconoce la propiedad comunitaria mapuche del Lof Millalonco Ranquehue sobre tierras ubicadas en las afueras de Bariloche, y en momentos en que se da el histórico fallo que reconoció que la “Masacre de Napalpí” (Chaco), perpetrada en julio de 1924 contra 500 originarios Qom y Moqoit, fue un “delito de lesa humanidad” cuyos responsables fueron policías y civiles comandados por el entonces gobernador radical y empresario algodonero Fernando Centeno.

Milei, Espert y los libertarios se suman al coro de macristas y peronistas que están al servicio de los grandes terratenientes, en su mayoría extranjeros, como Lewis y el Grupo Benetton, los empresarios del desmonte y las multinacionales mineras y petroleras que están detrás de los desalojos y la persecución a los pueblos originarios.

   

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