Escribe José Castillo
La frase de Alberto Fernández estuvo al servicio de quedar bien con el presidente del Estado Español. Todo en la búsqueda de obtener su apoyo en la negociación con el FMI. Pero particularmente, ya que los votos españoles en el directorio del Fondo son poco significativos, para tratar de que vengan nuevas inversiones españolas al país.
Queremos recordar que, cuando existieron, no aportaron nada bueno. Al contrario, fueron una parte muy importante del saqueo que sufrimos. Eso pasó con Repsol, la principal empresa española en nuestro país, que se terminó yendo y cobrando una suculenta indemnización de 5.000 millones de dólares luego de liquidar nuestras reservas de gas y petróleo. O con las diversas empresas españolas que estuvieron a cargo de Aerolíneas Argentinas (Iberia, Sepi, Marsans), que casi llevan a nuestra aerolínea de bandera a la quiebra.
Hoy los “inversores españoles” hacen millonadas con Telefónica, Fenosa en Gas Natural, la aseguradora Mapfre, Prosegur, Abertis, administradora de los peajes de los accesos Oeste y Norte, o los bancos Santander y BBVA con los negociados de la bicicleta financiera garantizados por el propio Banco Central.