Escribe Atilio Salusso
La familia Rocco está usufructuando las tierras donde fusilaron al joven mapuche Elías Garay. Fue beneficiada por una concesión a noventa años. ¡Sí! noventa años. Es decir, se quedan por décadas con tierras fiscales (del Estado) para hacer sus negocios.
Rocco es un empresario local beneficiado a su vez por condonaciones de deuda y apoyos económicos no reintegrables. En 1999 el Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos aprobó las solicitudes de Plantación Forestal donde aparecen 100 hectáreas para Rocco, 200 para Héctor Magnetto (Papel Prensa), 362 para Luciano Benetton (Tierras Sud) y 1.000 para Federico Ochoa (Tierras Tecka).
Rocco inició ese negocio con un capital de doce mil pesos. En 2012 recibió apoyos económicos no reintegrables enmarcados en la Ley 25.08 de Inversiones para Bosques Cultivados, y se le condonaron deudas por los períodos anteriores al 2021, es decir, nunca pagó nada desde 1999 hasta ahora. También Rocco fue exceptuado del pago de la Tasa de Servicios Municipales en un 100% en 2021, dibujando en la cara de los ciudadanos de El Bolsón y Río Negro lo que representa y significa tener una “sociedad de responsabilidad limitada”.
Estos datos son oficiales y reproducidos por el periodista Gustavo Figueroa (Pressenza, 26/09/21, Neuquén), el cual se pregunta: “¿Qué objetivos persigue la explotación del territorio en manos de familias que son beneficiadas ininterrumpidamente por el Estado y que retribuyen de forma miserable a la sociedad y al espacio territorial que explotan? ¿Qué consecuencias produce la plantación de árboles foráneos sobre el territorio, pasando por encima inclusive de los elementos de la naturaleza circundantes (ríos, lagos, valles, cerros, cascadas, montañas)? ¿Cuánta agua consume un “bosque” de pinos o eucaliptos? ¿Tendrán la misma suerte las familias preexistentes que habitan el territorio hace cientos de años? ¿Por qué en esas listas de beneficiarios aparecen tan pocos nombres de familias originarias?”