Escribe Mariano Barba
Multiplicidad de páginas periodísticas tratan de dilucidar el futuro electoral del peronismo. En todas, la protagonista principal es la vicepresidenta Cristina Kirchner. Mientras su silencio genera más incertidumbre en las filas oficialistas, el ministro Sergio Massa sigue aplicando un tremendo ajuste en acuerdo con el FMI. Su principal sostén es justamente Cristina.
Es tan grande la crisis del gobierno que a poco más de un mes del cierre de las listas de candidatos todavía el peronismo no sabe quién será su presidenciable. Todas las miradas se posan en la vicepresidenta, que se reserva el uso de la lapicera. Quizá quiera evitar una lucha en las PASO y designar a su delfín como lo hizo en el 2019 cuando ungió a Alberto. Pero le va tan mal al gobierno que el peronismo no tiene candidatos de peso y hasta incluso piensan cambiarle el nombre de Frente de Todos a la coalición para que no esté emparentado con el ajuste. Por eso Cristina también duda y se reaviva el “operativo clamor”, si se presenta a la máxima candidatura o como Senadora en la provincia de Buenos Aires, todo tipo de especulaciones para tratar de arrastrar votos y no perder las elecciones.
En lo que no duda Cristina es en el apoyo a la gestión de Massa en el Ministerio de Economía. Todas las semanas un nuevo cimbronazo genera más desorden en la economía de amplios sectores populares. Cada cimbronazo y cada índice inflacionario mensual manda a la pobreza a miles y miles de nuevas familias de trabajadores. De esta gravísima situación, que se descarga sobre el pueblo trabajador, ¿por qué Cristina no hace responsable a Massa ni a su propio gobierno? Porque sería reconocer que el peronismo es el culpable de esta catástrofe donde la pobreza supera el 40%. Siempre se pone por fuera de la gestión, aunque cada vez es menos creíble.
Sergio Massa viaja muy seguido a reunirse con autoridades del Fondo Monetario para rendir cuentas como buen alumno de ese organismo. Cristina, mientras respalda totalmente esa gestión de sometimiento al Fondo, señaló en su clase magistral de La Plata, que: “las políticas del FMI no han dado resultado en ninguna parte” y que “ningún argentino de bien puede ignorar el lastre que significa el retorno del Fondo Monetario”. Entonces le preguntamos a Cristina ¿en qué quedamos? Si el Fondo es malo para el país ¿por qué entonces el gobierno peronista del Frente de Todos reconoció el endeudamiento de Macri por 45.000 millones de dólares? No solo lo reconoció sino que lo está pagando con mayor miseria. Si esa plata fue a la bicicleta financiera, desconocerla debería haber sido el primer paso de un gobierno que se autodefine como “nacional y popular”. Al revés, y para que no queden dudas, Cristina vuelve a ratificar lo que ya ha dicho en otras oportunidades aclarando que “no estamos diciendo que no hay que pagar”, sino que propone seguir pagando al FMI, negociar un poco mejor y pagar a los usureros del mundo con el ahorro de los argentinos que diariamente aportan con su trabajo mientras la inflación le pulveriza sus sueldos.
Ni FMI ni dolarización
A esta altura del gobierno del Frente de Todos es indudable que el desmadre económico y el ajuste no pueden ser adjudicados al pasado macrista, que también había profundizado la miseria. Cristina no puede ocultar esa responsabilidad total del peronismo por eso empieza a elegir como opositor a Milei, con el argumento de que no comparte la dolarización. Con esa polémica también oculta que el gobierno peronista seguirá pagando la deuda externa y entregando a las multinacionales las riquezas del gas, el petróleo, el litio y la producción del campo.
Por eso desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad decimos con claridad que no coincidimos con Cristina en que “el único sistema viable es el capitalismo”. Es el capitalismo es el que nos está hundiendo en la pobreza, el responsable de los tarifazos, la miseria y el saqueo de las riquezas del país. El peronismo no va más, y tampoco Juntos por el Cambio o Milei. La salida es el Frente de Izquierda Unidad, donde proponemos que para combatir este desastre total que se abate sobre el pueblo trabajador y sectores populares hay que tomar medidas de fondo. Solo un gobierno de la izquierda y de las y los trabajadores lo podrá garantizar, en el camino de una Argentina socialista.