May 06, 2024 Last Updated 4:26 PM, May 6, 2024

Escribe Adolfo Santos

En el marco que precede al Congreso Mundial de la Unidad Internacional de Trabajadores y Trabajadoras Cuarta Internacional, que se llevará a cabo de forma virtual los días 10, 11, 12 y 13 de diciembre, Izquierda Socialista realizó el último fin de semana una exitosa conferencia nacional. Llegamos a este momento después de que, durante meses, el conjunto de la militancia dedicó horas a la lectura, el estudio y la discusión de los principales documentos y numerosos boletines con aportes, críticas y sugerencias. Este proceso y el nivel del debate demostraron un alto grado de consolidación política. De la misma manera, la cantidad de delegados electos evidenció un crecimiento partidario, incluso superando las trabas impuestas por la pandemia.

Para designar la presidencia honoraria se propuso rendir homenaje a León Trotsky, Federico Engels, Nahuel Moreno, los mártires chilenos asesinados en la rebelión de 2019, el pueblo palestino por su lucha contra la opresión imperialista y los compañeros de Izquierda Socialista recientemente fallecidos –Juan Suppa, Jorge Steimbach, Javier “Joto” Ávila, Jorge Alvareda, Iván Ávila, Camila Rodríguez y Graciela Torres–, propuesta que fue aprobada por unanimidad. De esta forma se inició la conferencia con la presentación de las delegadas y delegados elegidos en los plenarios de base.

El primer debate fue sobre la situación política mundial. Presentado el punto por Miguel Sorans, dirigente de la UIT-CI, hubo numerosas intervenciones de los compañeros sobre los principales temas. La doble pandemia, la de la grave crisis económica y la del coronavirus que afecta gran parte de la humanidad. La situación del imperialismo norteamericano, marcada por los altos índices de pobreza que indican su profunda crisis y por las masivas protestas antirracistas después del asesinato del trabajador negro George Floyd, que contribuyeron con la derrota electoral del reaccionario Donald Trump. Los procesos de luchas y rebeliones alrededor del mundo con su punto alto en Chile. La rebelión de las mujeres. La decadencia de las viejas direcciones reformistas y la batalla por construir una nueva dirección al servicio de la clase trabajadora y sus luchas, junto con el carácter de la dictadura capitalista en China y el gobierno burgués bonapartista ruso encabezado por Putin, que no tienen nada de progresivos, y las propuestas de impulso de las campañas políticas y de solidaridad internacionalista. Tales fueron los principales temas sobre los que se centraron las intervenciones.

Luego se inició el debate sobre la situación ambiental, un tema importantísimo frente a la devastación que está llevando a cabo el sistema capitalista imperialista, poniendo en riesgo la vida del planeta. La novedad fue el extenso documento presentado por la dirección de la Internacional. Nuevamente, después del informe del compañero Guillermo Sánchez Porta, quedó demostrada la avidez por debatir. Hubo un reconocimiento de la calidad del documento, aportando nuevos datos para un tema tan crucial en estos momentos en que innumerables personalidades y organizaciones científicas pronostican situaciones catastróficas si no se adoptan severas medidas de protección al ambiente en los próximos años. Los importantes aportes, orales y escritos, serán elevados al congreso para socializar con los delegados de otros países.

Los debates finalizaron el domingo 29 con el punto sobre balance y orientación de nuestra Internacional presentado por el compañero Gabriel Schwerdt. Hubo coincidencia en que, desde el último congreso, la UIT-CI tuvo un crecimiento y una consolidación notable, fundamentalmente a partir de sus aciertos políticos en los distintos procesos de la lucha de clases mundial, como nuestra postura crítica frente al castro-chavismo, nuestro posicionamiento ante las revoluciones del norte de África, de la revolución siria o de la rebelión chilena, además de nuestra caracterización de que el triunfo de Trump no significaba un giro a la derecha de las masas, ni mucho menos el advenimiento de nuevos regímenes fascistas, como pronosticaban muchas corrientes de izquierda.

Estos aciertos, entre otros, sirvieron para acercar nuevos grupos de compañeros revolucionarios de diferentes países que estarán participando del congreso. Justamente, una de las tareas que propone nuestra Internacional es la unidad de los revolucionarios, una propuesta que llevamos a la reciente Conferencia Latinoamericana y de los Estados Unidos organizada por el FIT-Unidad. En ese marco, se señalaron una serie de debilidades y dificultades que deberemos superar para mejorar nuestra intervención en los procesos de la lucha de clases y en la construcción de nuestras secciones nacionales. La conferencia finalizó con la elección de los delegados y delegadas e invitados e invitadas de Izquierda Socialista al VII Congreso Mundial de la UIT-CI y el emotivo cierre entonando las estrofas de La Internacional.

Se cumplen 12 años de la Masacre de La Encrucijada del 27 de noviembre de 2008, donde fueron asesinados dirigentes obreros de la Corriente Sindical C-Cura del PSL -UIT-CI, corriente política de José Bodas y Orlando Chirino. Reproducimos esta nota de Simón Rodríguez Porras de 2014, dirigente del Partido Socialismo y Libertad, sección venezolana de la UIT-CI

Por: Simón Rodríguez Porras (PSL)

La noche del 27 de noviembre de 2008, luego de una ardua jornada en la huelga en la fábrica de la transnacional de alimentos Alpina, tres dirigentes de la Unión Nacional de Trabajadores, capítulo Aragua, se dirigieron a uno de los locales de La Encrucijada de Cagua a cenar. La policía del estado Aragua, bajo órdenes de los tribunales, había atacado la huelga a comienzos de la tarde, hiriendo a cuatro trabajadores y desalojando la ocupación que se mantenía en protesta por rebajas salariales y violaciones a la libertad sindical por parte de la patronal. En una gran acción de solidaridad, decenas de trabajadores de la zona convocados por Richard Gallardo, Luis Hernández y Carlos Requena, había logrado sumarse a los obreros de Alpina para desalojar a la policía regional y retomar la fábrica. Carlos, delegado de prevención en la empresa Produvisa, estaba lesionado en una pierna producto del enfrentamiento con la policía.

Gallardo era presidente de la Unete-Aragua, indiscutiblemente el principal referente del movimiento obrero del estado. Junto con Hernández, secretario general del sindicato de la Pepsi Cola, los dirigentes habían protagonizado las principales luchas de los trabajadores de la región contra contra el golpe de Estado, contra la burocracia sindical, a favor de la heroica experiencia de autogestión obrera en Sanitarios Maracay, así como en la huelga general regional del año 2007, e innumerables huelgas y acciones reivindicativas. Su perfil como sindicalistas autónomos, democráticos y revolucionarios, además de su apuesta por la construcción de un partido político que expresara los intereses de los trabajadores, independiente del gobierno y los patronos, les habían granjeado la enemistad de empresarios, cuerpos policiales corruptos, mafias sindicales de la construcción ligadas al Psuv, así como de la élite boliburguesa regional. Aquella confluencia de intereses que Gallardo llamaba “la santa alianza” contra los trabajadores.

Con siniestra precisión, un sicario profesional irrumpió en el local donde se encontraban y acribilló a Luis, Richard y Carlos, truncando en pocos minutos las vidas de tres de los más destacados luchadores de la clase trabajadora aragüeña y del país. Los enemigos de los trabajadores no solo apuntaban a quitar del camino a tres dirigentes probados en mil peleas, sino también a destruir la Unete-Aragua y el joven partido político que ellos impulsaban, la Unidad Socialista de Izquierda, bajo cuyas banderas habían participado en las elecciones regionales realizadas apenas cuatro días antes. En una advertencia directa, la banda armada de motorizados ligada al alcalde electo de Villa de Cura, el pesuvista Aldo Lovera, había celebrado el triunfo electoral con disparos al aire frente a la fábrica donde trabajaba Luis Hernández, quien había sido el contendor de Lovera.

La Masacre de La Encrucijada desató una indignada respuesta obrera de manera inmediata. El propio 28 de noviembre en la mañana la rabia recorrió las fábricas de Aragua y se expresó en un paro regional con cortes de rutas importantes como la Autopista Regional del Centro. En Villa de Cura, incluso el comercio cerró ese día ante la gran conmoción social. Inmediatamente una huelga regional fue convocada para el 2 de diciembre. Bajo la presión de la movilización, el gobierno se vio forzado a romper su silencio el 1 de diciembre, cuando el presidente Chávez se dirigió a Maracay y aseguró que el crimen sería investigado, además de prometer una depuración de la policía regional. Promesas que serían incumplidas.

La huelga regional del día siguiente obligó a las autoridades a comprometerse a instalar una comisión de la verdad con la participación de las familias de las víctimas de la masacre y de las organizaciones sindicales, como garantes de la transparencia de la investigación. No obstante, esa misma noche el ministro del Interior y Justicia anunció la posición que en definitiva impondría el gobierno para encubrir el crimen y salvaguardar a sus autores intelectuales y materiales: se anunció que la masacre había sido motivada por un “ajuste de cuentas” por una disputa dentro del sindicato de la Pepsi Cola, y se acusó a un trabajador de la empresa, sin evidencias y sin que los fiscales a cargo de la investigación respaldaran los dichos del ministro El Aissami. Pero además, numerosos testigos confirmaban que el trabajador había cumplido turno esa noche en la fábrica. Menos de un año más tarde, El Aissami emplearía los mismos métodos de encubrimiento y montaje judicial para perseguir al cacique yukpa Sabino Romero y encarcelarlo por año y medio. Como recompensa por las tareas realizadas, Chávez llevaría a El Aissami a la gobernación de Aragua en las elecciones regionales de 2012.

En la misma línea, las autoridades regionales torpedearon la comisión de la verdad que había sido acordada. Nuevas movilizaciones de trabajadores en Maracay el 11 de diciembre y el primero de mayo de 2009 reiteraron la exigencia de una investigación independiente y consistente de la masacre. La impunidad favoreció un nuevo ataque del sicariato, con el asesinato del sindicalista revolucionario Jerry Díaz, también de la Unete-Aragua, el 25 de abril de 2010. Cuando menos, al gobierno le interesaba dejar correr estos crímenes para aplastar a la Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma (C-cura), principal corriente sindical de la región y cabeza de la Unete-Aragua. Más allá, el crimen contra Díaz confirmaría nexos de las mafias sindicales de la construcción con el alto gobierno. A menos de un mes del asesinato de Díaz, el 23 de mayo el presunto sicario y el dirigente sindical de la construcción Tomás Pérez aparecieron en la edición 358 del programa Aló Presidente, transmitido desde Guacara. Pérez tomó la palabra y recibió los aplausos del presidente Chávez como “dirigente obrero bolivariano”.

Dando continuidad a la política de encubrimiento del sicariato antiobrero, el presidente Chávez publicó el 1ero de agosto en su columna de opinión “Las líneas de Chávez” la insólita declaración de que “en la Venezuela bolivariana no tenemos sindicalistas asesinados”. Actualmente Rafael Isea, quien en aquella época se desempeñaba como gobernador de Aragua y uno de los principales socios de las mafias sindicales de la construcción, se encuentra prófugo en EEUU, presuntamente bajo acuerdos de colaboración con la DEA.

La exigencia de justicia para Richard Gallardo, Luis Hernández, Carlos Requena, así como para Jerry Díaz, Ramiro Ponce, Esdras Vásquez, Luis Delgado y Carlos Méndez, mártires de C-cura a manos del sicariato, sigue en pie. Como sigue vivo su proyecto de construir una corriente sindical autónoma y combativa, y un partido revolucionario de los trabajadores y el pueblo oprimido. Al conmemorarse seis años de la Masacre de La Encrucijada, el Partido Socialismo y Libertad inaugurará en Maracay la Casa de los Trabajadores Richard Gallardo, Luis Hernández y Carlos Requena como homenaje.

Ver más en www.uit-ci.org

En la madrugada del viernes 13 de noviembre falleció Roberto Goijman, un entrañable compañero de la corriente morenista que había entrado al Partido Socialista de los Trabajadores desde su fundación, en 1972. Estuvo en el local partidario de Pompeya organizando a la Juventud Socialista de Avanzada. Trabajó en la industria gráfica, donde formó parte de nuestra corriente sindical que enfrentaba a la burocracia sindical y a sus matones. Después del golpe genocida, el 3 de julio de 1976 un grupo de tareas dinamitó su casa como represalia porque no lo pudieron secuestrar.

Refugiado unos años en Paraguay, fue allí donde comenzó a desarrollar su veta poética, que se convirtió en una gran pasión por el resto de su vida. Vuelto al país, donde nacieron sus hijos, continuó la militancia clandestina contra la dictadura. En los años ’80 se radicó en Trelew donde desarrolló una intensa actividad sindical y de organización de nuestro partido. Inscripto en las listas negras de las patronales locales, debió ganarse la vida con la venta de publicaciones.

Alejado de la militancia orgánica, su actividad poética se plasmó en una abundante publicación en revistas culturales y sus propios libros. Desarrolló nucleamientos artísticos en nuestro país y en América latina, fundó la revista Patagonia poesía y en 2010 recibió el premio a la trayectoria otorgado por la ciudad de Buenos Aires. La muerte lo sorprendió preparando el libro El último Kazarenko, sobre sus orígenes, con su padre como protagonista. Ya no tendremos su alta figura en los eventos de Izquierda Socialista ni en los asados de los viejos compañeros de Pompeya de los ’70. Saludamos a la familia de Roberto, a sus amigos, colegas poetas y los antiguos y nuevos compañeros de militancia por la revolución mundial y el socialismo.

El viernes 13 de noviembre falleció Miguel Ángel Batista, militante de nuestra corriente morenista desde 1972. Durante más de veinte años participó de la construcción del PST, y luego, del MAS. Miguel Ángel fue el obrero que constituyó la carne y la sangre de nuestra corriente. Por su integridad, por ser un luchador inclaudicable de la clase obrera, por su solidaridad hacia los trabajadores y lealtad a sus compañeros de lucha siempre fue un referente.

Se inició como delegado en Textil Pompeya en 1973, pasó por La Opinión, La Voz y, después de un tiempo en el Sanatorio Güemes, volvió a la industria gráfica. En cada lugar donde estuvo fue elegido delegado por sus compañeros. Alejado ya de la actividad partidaria, formó parte de la organización de vecinos, docentes y alumnos de la Escuela Taller del casco histórico que se movilizaron ante la amenaza de demolición del gobierno de Larreta.

Su vida terminó, pero su ejemplo de luchador queda grabado en la memoria de la clase obrera. Aunque su experiencia le hacía saber que mientras exista esta sociedad capitalista todo triunfo de los trabajadores es transitorio, se fue celebrando una pequeña victoria de la movilización de la escuela, la Justicia le hizo lugar al amparo que impide la continuación de la demolición del edificio. Saludamos a la familia de Miguel, a sus compañeros de tantas luchas y a sus compañeros del local de Pompeya del PST de los '70.

Desde que comenzó la lucha en el predio, Izquierda Socialista y varias delegaciones del Sindicalismo Combativo acompañaron a las familias de Guernica. Llevaron su solidaridad y donaciones los diputados nacionales electos por Izquierda Socialista en el FIT-Unidad Juan Carlos Giordano y Mónica Schlotthauer, quien también es delegada ferroviaria y se acercó con una delegación del Sarmiento; Mariana Scayola y Jorge Adaro, secretaria general y adjunto de Ademys, acompañados por miembros de la conducción del gremio; Graciela Calderón y Olga Ortigoza, directivas de Suteba La Matanza, con compañeros de Docentes en Marcha, y compañeras y compañeros de la zona oeste del Gran Buenos Aires.

Además se hicieron presentes Mercedes Trimarchi y Mercedes de Mendieta junto a una delegación de Isadora y estudiantes de la juventud de Izquierda Socialista, entre otros. Más  el acompañamiento permanente de militantes de la zona sur aportando al fortalecimiento de la lucha por “tierra para vivir”.

 

 

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