Escribe: Nahuel Fernández • Presidente Centro Estudiantes Ciencias Sociales
Esta elección, lamentablemente, no se da de forma democrática, sino que hay una elite profesoral que es la que termina decidiendo quién gobierna. Desde la Juventud de Izquierda Socialista peleamos por la democratización, para que los trabajadores docentes, no docentes y los estudiantes sean parte efectiva del cogobierno y de la elección de las autoridades, y no un simple decorado.
A más de 10 años de gobierno kirchnerista, el cogobierno universitario se encuentra estancado en el tiempo. Se sigue gobernando la universidad con el estatuto que impuso la Revolución Libertadora. El cual sirve para sostener en el cogobierno a una elite docente que posee un nivel de vida muy por encima de las mayorías populares de nuestro país. Mientras gran parte de los docentes de la UBA trabajan ad-honorem (gratis), los trabajadores no docentes sufren la tercerización laboral y los estudiantes enfrentamos un modelo educativo privatizador, hay dos mil docentes en la UBA que ganan por encima de los 50 mil pesos y son los que eligen a los decanos y el rector. Lo mismo sucede con los consejeros directivos que cogobiernan cada facultad, donde hay una mayoría absoluta que representa a esta elite profesoral.
Para ser concretos, mientras cerca del 90% de la población de la UBA está conformada por estudiantes, estos poseen una representación menor al 25% en la Asamblea Universitaria. Y una elite docente que representa el 1% de la población de la UBA posee el 50% de la representación en los órganos de cogobierno. Es que para aplicar un modelo educativo donde se obligue a los estudiantes a realizar trabajo gratuito en forma de pasantías para recibirse, para que se reformen los planes de estudio al servicio de las necesidades empresariales, se estudie en edificios que se caen a pedazos y los trabajadores sufran el ajuste, es necesario que todos estos sectores no tengan la posibilidad de definir quién gobierna la UBA.
Esta discusión se retomó la semana pasada ante la elección del decano en Sociales, Filo y Exactas, y la votación de consejeros superiores. Desde las conducciones de izquierda de los centros de estudiantes apostamos a seguir el camino de los estudiantes riojanos que, luchando, lograron terminar con la dictadura en la UNLaR y realizamos asambleas estudiantiles donde se votó tomar las facultades contra este régimen antidemocrático y abrir la discusión sobre la necesidad de una democratización. Pero kirchneristas, radicales y macristas, con la protección de la policía Federal, violando la autonomía universitaria e incluso utilizando barrabravas -como sucedió en Exactas-, impusieron a los decanos de esas casas de estudio. Escuchar al facho de Eduardo Feinmann en C5N atacando a los estudiantes diciendo “yo estoy con Aliaga” (el decano K de Exactas) alcanza para mostrar de lo que estamos hablando. Contra todo el movimiento estudiantil, pretenden en un mes elegir a Barbieri (ex decano de Económicas) como rector de la UBA para seguir aplicando el modelo educativo privatizador.
¿Cómo democratizar?
Es necesario retomar el camino de los reformistas cordobeses del 18, quitándole el poder a esta casta, y poner las definiciones en manos de las mayorías para poder cambiar la orientación de la Universidad. Para eso es necesario implementar: 1-Elección directa del rector, los decanos y directores de Carrera bajo la modalidad de una persona, un voto. No al voto ponderado que reproduce las arbitrariedades y da todo el peso de las definiciones a unos pocos profesores. 2-Claustro único docente. Que todos los docentes (titulares, adjuntos, JTP, ayudantes de 1era y 2da, investigadores, etcétera) voten en un único claustro. Basta de que unos privilegiados impongan en nombre de todos. 3-Voz y voto para los no docentes. Es una aberración que haya trabajadores de la universidad que no puedan ser parte de las definiciones políticas que día a día afectan sus condiciones laborales. 4-Mayoría estudiantil: los órganos de cogobierno (Consejo Superior, Consejos Directivos, Juntas de Carrera) deben reflejar la realidad de la universidad, donde los estudiantes que hemos estado en la primera fila en la defensa de la universidad pública seamos mayoría.
Para ello, sigámonos organizando en asamblea para imponer esta salida mediante la lucha y la movilización.