La abstención superó el 50% (el voto es voluntario y hubo un sector político abstencionista, entre ellos la nueva dirigencia de la Federación de Estudiantes de Chile). En este contexto de gran polarización, la izquierda que denunció a ambas candidatas, Marcel Claude (2,76%) y Roxana Miranda (1,24%), sumó el 4%, una votación importante, aunque por el antidemocrático sistema electoral chileno, donde no existe la proporcionalidad, no obtuvieron diputados.
Otro dato político central fue que el Partido Comunista, con bastante peso en Chile, apoyó a Bachelet, que debió maquillarse, abandonando el viejo nombre de “Concertación” que gobernó 20 años manteniendo la Constitución y las leyes de Pinochet, adoptando el de “Nueva Mayoría”, como si ahora sí fuese a cumplir las demandas del pueblo. La Concertación estaba formada por el Partido Socialista (el de Bachelet) y la Democracia Cristiana de Frei (que en su momento apoyó al pinochetismo). La “Nueva Mayoría” es lo mismo, pero con algunos adornos de “izquierda”. Para este maquillaje fue central el apoyo del PC y las candidaturas de dirigentes estudiantiles, como Camila Vallejos, entre otros, que fueron electos diputados de “Nueva Mayoría”.
Marcel Claude, economista del Partido Humanista, cuyo movimiento incluía a diferentes agrupaciones estudiantiles, populares y de izquierda, llamó en su campaña a luchar por la nacionalización sin pago del cobre (hoy en gran medida en manos de transnacionales), el respeto a los derechos laborales, la educación gratuita y que el estado pague la deuda estudiantil de 3000 millones de dólares (las deudas contraídas por los estudiantes para poder pagar la universidad).
Tanto Marcel Claude, como Roxana Miranda, candidata del Partido Igualdad, llaman a no votar ni por Bachelet ni por Matthei en la segunda vuelta.
Rainier Ríos, dirigente del Movimiento Socialista de los Trabajadores (UIT-CI) que fue parte del Movimiento Todos a la Moneda, encabezado por el economista Marcel Claude, señala en su balance electoral: “Es evidente que las candidaturas de Marcel Claude y de Roxana Miranda fueron un aporte importante para que las demandas de las masas adquirieran un rol protagónico. Esto quedó demostrado en los debates cuando Bachelet y el PS -que fundaron con el pinochetismo el actual modelo de educación particular subvencionada- debieron referirse a la educación gratuita como una de sus propuestas de gobierno. Incluso los dirigentes de las grandes movilizaciones estudiantiles de 2011 -apoyados por las masas en estas elecciones- se levantaron como las candidaturas de la educación gratuita, cuando fueron ellos los que se negaron a formular esa demanda en el 2011” (ver declaración completa en www.uit-ci.org). Bachelet cambió de nombre a su frente y prometió de todo para atraer al electorado, pero por sus antecedentes y compromisos con los capitalistas chilenos, no cumplirá. “Las expectativas que se han abierto en las masas -prosigue Ríos- con un inminente segundo mandato de Bachelet no podrán ser cubiertas con un simple maquillaje a lo que existe. Las masas exigen cambios, se los ofrecieron y pasaran la cuenta por ellos [...] sólo podrán avanzar quienes son capaces de expresar realmente las demandas de las masas y saben -sin sectarismoacompañar a los trabajadores que no paran de luchar en su proceso de rupturas profunda en los frentes y las organizaciones sociales, con los dirigentes traidores del PC y el PS”.
Rainier señala que “La votación de Claude y Roxana Miranda demuestran que es la hora de fundar un nuevo movimiento de lucha [...] Organización cuyo perfil es ampliamente compartido por las bases y los votantes: debe ser de lucha, democrático (en donde las bases deciden) y anticapitalista. Esto último hoy lo entendemos por estar a favor de la lucha consecuente contra el régimen de los grupos económicos y las trasnacionales y en pro de un gobierno de los trabajadores y el pueblo”.