Massa anda recorriendo el país, provincias e intendencias, buscando hacer un poco más fuerte su Frente Renovador. Pero de renovador no tiene nada. Se presentó a las elecciones como algo “nuevo”, pero la pura verdad es que el intendente de Tigre y actual diputado nacional de nuevo podrá tener alguna casa o 4x4, nada más.
Se reunió con los Rodríguez Saá y los elogió. ¿Qué hay de nuevo en el feudo puntano? Luego fue a Córdoba y visitó al intendente Ramón Mestre de la UCR, quien acababa de aumentar alevosamente el boleto de transporte con represión. El hermano del diputado nacional Diego Mestre, quien le robó la banca a nuestra diputada de Córdoba, Liliana Olivero, mediante fraude. ¿Recuerda?
Y antes de que se cante el “no va más”, como en el casino, Massa apostó fuerte al anunciar el pase a sus filas del intendente por 23 años consecutivos, el denominado barón del conurbano (patotero y represor), el “vasco” Raúl Othacehé. Uno de los niños mimados del kirchnerismo, hoy es massista a muerte. Cuando los ciclos se agotan, los caciques cambian de barco. Un paso al costado para salvarse del naufragio con la idea de seguir nadando buscando buen puerto.
Othacehé vino siendo sostenido por Cristina a pesar de su frondoso prontuario. De patotear asambleas barriales allá por 2001, a perseguir a cuanto opositor se le cruce o quiera hacer sombra a sus negocios. En su distrito aparecieron muertes “accidentales” de quienes osaban investigar algún ilícito, ataques a periodistas independientes, violaciones a los derechos humanos, suicidios no esclarecidos, allanamientos a comedores comunitarios que no controlaba, cierre del centro universitario de Merlo, obras que generaron más caos e inundaciones, entre otras calamidades. Massa lo llenó de elogios: “Tenemos la satisfacción de sumar un liderazgo nítido; la experiencia de un intendente de los quilates de Raúl”, entre otros piropos.
UNEN ¿de quién y para qué?
Los radicales de Ricardo Alfonsín y Sanz, y el FAP de Binner, se han sacado decenas de fotos en el verano. Hablan de “unidad” para 2015 (lo único que les preocupa) y piden “consenso” y respeto a las leyes. Pero son más de lo mismo. Hasta que llegó “la novedad del verano”: el radical Aguad de Córdoba dijo que Macri sería bienvenido a ese espacio. ¡Y si ya lo conforman Prat Gay y Losteau, qué tiene de malo, podría decir cualquier analista!
Aguad dijo que sería bueno que Macri, Sanz, Carrio y hasta Pino Solanas diriman en una interna la candidatura para el año que viene. ¿Qué tal? Y el jefe del PRO aceptó el convite: “No descartamos un frente electoral a futuro”, dijo. ¡Posible alianza bendecida por Lilita Carrió! Y por ende de Pino Solanas, que nada dijo al respecto.
A todo esto, el electorado que votó por algo distinto apostando a Binner y a la UCR ¿se tendrá que seguir aguantando que se tilde de “progresista” a semejante engendro? Quieren hacen pasar por “centroizquierda” a una alianza patronal que es socia del ajuste de Cristina (ver Binner…). Todos están con los techos salariales, el pago de la deuda externa, los arreglos con el Club de París, el robo de Chevron y las privatizaciones menemistas.
La salida viene por izquierda
Si alguien votó por Massa creyendo que castigaba al kirchnerismo, se equivocó. En esta nota está la prueba. Y si alguien creía que no votando por ninguna de las opciones peronistas y apoyando a la UCR o a Binner se estaba fortaleciendo algo distinto, también.
En las pasadas elecciones el Frente de Izquierda hizo una campaña electoral muy clara: con propuestas concretas y denunciando tanto al gobierno como a la oposición patronal. Señalando que todos son políticos patronales al servicio de seguir garantizándoles las ganancias a los grandes empresarios, multinacionales y al imperialismo.
Por ese mensaje, el Frente de Izquierda obtuvo un millón doscientos mil votos, una bancada de izquierda en el Congreso nacional, la legislatura de la Ciudad, Provincia de Buenos Aires, Mendoza, Salta, Santiago y otros lugares. Logrando un gran entusiasmo en cientos de miles de trabajadores y jóvenes que optaran por un programa alternativo, de izquierda, revolucionario y transformador.
Pasadas las elecciones asumimos ese compromiso, apoyando en primer lugar las luchas, al sindicalismo combativo y enfrentar a todos estos políticos patronales. Luchando por un gobierno de los trabajadores y el pueblo que imponga medidas de fondo al servicio de satisfacer las urgentes necesidades populares. Para esa pelea y seguir fortaleciendo al FIT, llamamos a sumarse a Izquierda Socialista.