Lamentablemente, la CGT Moyano y Barrionuevo salieron a poner paños fríos y se negaron a esta continuidad. En el caso de Moyano, tras no hacer ningún anuncio en la propia conferencia de prensa donde se balanceó el éxito del paro del 10, fue dándole largas al asunto en los días siguientes, hasta finalmente anunciar una marcha, sin paro, para el próximo 14 de mayo. Los puntos de la convocatoria, si bien son reclamos sentidos por la clase trabajadora (inseguridad, inflación y desocupación), está claramente por detrás de los reclamos del paro general de abril: desaparecen las consignas más importantes, esencialmente la de un pedido de aumento de emergencia para todos los trabajadores, contra el ajuste, paritarias sin techo, etcétera.
No caben dudas: Moyano y Barrionuevo se juegan a “no hacer olas”. Dan por hecho que “su” demostración de fuerzas el 10 fue suficiente para posicionarse en los espacios del peronismo opositor (en especial con Massa y el Peronismo Renovador) y priorizan sus relaciones (e intereses) con ese sector de la oposición patronal.
Como la bronca y presión de las bases siguieron siendo muy fuertes, buscaron descomprimir con su marcha aislada, sin paro, que tiene como objetivo evitar la profundización de cualquier plan de lucha que dé continuidad al paro de abril. Moyano y Barrionuevo, con esto, tratan de canalizar el ascenso sin ningún plan de lucha. Y, por supuesto, evitar convocar a una medida para no quedar pegado al reclamo que hizo el sindicalismo y la izquierda el primero de Mayo. Algo similar sucede con la CTA Micheli. Lanzó una marcha aislada para este jueves 8, poniendo como eje la ley “antipiquetes”, sin decir ni una palabra que hay que dar continuidad al paro nacional.
Por todo esto, la inmensa vanguardia luchadora que, a pesar de no confiar un segundo en Moyano, Barrionuevo o Micheli, tomó en sus manos el paro del 10, ahora observa con absoluta indiferencia las convocatorias a estas “marchitas”. Tampoco generan el más mínimo interés en el conjunto de los trabajadores.
Desde Izquierda Socialista no apoyamos la marcha del 14 que se llama sin otra perspectiva que evitar la profundización de la lucha. En cambio, seguimos exigiendo a la CGT Moyano y a Barrionuevo (también a la CTA Micheli) un verdadero plan de lucha, con un nuevo paro general de 36 horas con marcha a Plaza de Mayo. Para derrotar el ajuste de Cristina, por un aumento salarial de emergencia de 3000 pesos, 9.000 de salario mínimo, paritarias sin techo, el 82% móvil para los jubilados y la prohibición de las suspensiones y despidos, ahora que ésta realidad ha comenzado a darse en varias plantas industriales, en la construcción y otros sectores. Para ello impulsamos que se hagan asambleas en los lugares de trabajo y se convoquen a plenarios de comisiones internas y delegados para discutir y resolver sobre esto. Este es el reclamo que hacemos junto al Encuentro Sindical Combativo y el Frente de Izquierda, como quedó plasmado el 1ª de mayo en Plaza de Mayo.
Diputados moyanistas votan a favor de Repsol
Los diputados Facundo Moyano, Omar Piaini (secretario general sindicato de Canillitas) y el neuquino Guillermo Pereyra (adjunto de la CGT Moyano), votaron a favor del proyecto oficialista de pagarle 10.000 millones de dólares (entre capital e intereses) a Repsol por la expropiación parcial de YPF. Tal como señalaron, sus votos fueron una decisión orgánica de la CGT, luego de una discusión en su seno. Se sumaron así a una de las entregas más escandalosas del patrimonio nacional, votando una ley que favorece a la transnacional petrolera que, desde el menemismo, se dedicó a saquear nuestros recursos no renovables. Plata que debería ir a salario y trabajo. ¿No? El moyanismo, de esta forma, pone a sus diputados al servicio del kirchnerismo. Lo opuesto a lo que hacen las bancas del Frente de Izquierda, que repudiaron el proyecto oficial y ese escandaloso pago.
J.C.