Empezó el mundial y las luchas, lejos de suspenderse, como querían Cristina y las patronales, crecen. Es que la inflación no cede y el ataque a los trabajadores, tampoco. Los alimentos y artículos de primera necesidad siguen subiendo. Se están pagando “precios nuevos con salarios viejos”. ¿Se acuerda, amigo lector, de los famosos “precios cuidados”? Quedaron en la historia. Esto ha obligado a que en las actuales paritarias se tenga que pedir más de lo que cerraron en la primera tanda. En la Alimentación las patronales quieren dar un 30% de aumento y el gremio pide 45, para llevar el básico a 9.000, valor de la canasta familiar. Por eso han fijado paros por turnos. A los Camioneros les ofrecieron la burla de un 26%, pero el sindicato pide 40 y plantea un plan de lucha. Los bancarios nacionales pararon contra 36 despidos en Tucumán y el impuesto al salario. También paran los estatales, como los de La Pampa, por 72 horas, ante un miserable aumento ofrecido del 28 por ciento, cuando la inflación será del 35/40% en el año. Los ferroviarios del Sarmiento se movilizan por un 40% en las paritarias y el pago de una deuda en tickets. Los trabajadores del subte (y también el Sarmiento) pararon exigiendo seguridad. Están en lucha los trabajadores los trabajadores de la fábrica Paty en provincia de Buenos Aires. Se movilizaron los Sutebas combativos la semana pasada. Y están de paro del 17 al 23 de junio los docentes universitarios.
Por su parte, y a pesar de exportar 137.000 unidades en lo que va del año, Honda, Volkswagen, General Motors, Fiat, Renault, Iveco y Peugeot-Citroen están suspendiendo personal. Lo mismo pasa con la autopartista Lear, que suspendió 330 trabajadores. Se viene de una gran lucha como la de Gestamp, donde los obreros siguen reclamando su reincorporación.
Se ha planteado, entonces, una dura pelea nacional. Por el salario y para frenar los despidos y suspensiones. Es cierto que hay que pelear desde cada lugar de trabajo o gremio. Pero un ataque así, hacia el conjunto del movimiento obrero, necesita de una medida nacional unificada.
De Caló o Pignanelli del Smata no vamos a hablar. Son corresponsables y cómplices de las rebajas salariales y las suspensiones y despidos. Lo han demostrado en el conflicto de la multinacional Gestamp, donde la burocracia del Smata salió públicamente a apoyar los despidos de la patronal y a patotear a los trabajadores en lucha.
Quien tiene la mayor responsabilidad de que no se unifiquen y profundicen las luchas son quienes se niegan a darle continuidad al parazo del 10 de abril: Hugo Moyano y Luis Barrionuevo. La semana pasada hicieron una marcha al Anses junto a Micheli. Allí, Moyano comparó el 35% de inflación con el 11 que les dieron a los jubilados o el 26% que le quieren dar a su propio gremio, Camioneros. Señaló: “vamos a profundizar la lucha y a seguir peleando hasta las últimas consecuencias” (Página12, 11/6). Pero después llamó a “derrotar a este gobierno con los votos”. Es decir, no con lucha. ¡Y si fuera con los votos, habría que esperar al año que viene!
Insinúan hacer algo cuando pase el mundial. Pero el mundial no es impedimento para que sigan los bajos salarios y demás ataques antiobreros. Tampoco por el mundial la clase obrera está dejando de luchar.
Llamamos a hacer asambleas y plenarios de delegados para salir a luchar y, esencialmente, para exigir a la CGT Moyano y a Barrionuevo a que, junto con la CTA Micheli, dejen de mirar para otro lado y llamen a otra medida nacional. ¡Que convoquen al movimiento obrero a decidir si quiere esperar o que se profundice la pelea dándole continuidad al paro del 10 con otro paro general, esta vez de 36 horas con movilización a Plaza de Mayo! En Brasil, en pleno mundial, los trabajadores están luchando a brazo partido contra los techos salariales de Dilma Rousseff.
Desde cada lugar de trabajo, desde cada lucha y junto al Encuentro Sindical Combativo, llamamos a debatir y aprobar esa exigencia en los lugares de trabajo. ¡Basta de techos salariales! ¡Salarios igual a la canasta familiar! ¡Que se prohíban las suspensiones y despidos por ley! ¡Abajo el impuesto al salario! ¡Contra el ajuste de Cristina y los gobernadores! ¡Que la crisis la paguen los grandes empresarios, multinacionales y banqueros, no los trabajadores! ¡Paro general de 36 horas y plan de lucha!
Los ferroviarios del Sarmiento se movilizan
¡Que paguen lo que nos deben!
Escribe: Mónica Schlotthauer Cuerpo de delegados Sarmiento
A un mes de iniciado el plan de lucha por el 40%, el pago de la deuda por mala liquidación del adicional, tickets y el resarcimiento por el cambio de razón social cuando se echó a TBA, los ferroviarios han logrado que, por primera vez, las deudas sean parte de los puntos a tratar en esta paritaria. A los tickets, la cúpula de la Unión Ferroviaria no los reclamó en ninguna paritaria desde 2009. Otro logro es que los ferroviarios de todas las líneas conozcan que a ellos también les están robando y que los paritarios sean recibidos para debatir el tema en el Ministerio. Pero todavía las soluciones no aparecen.
Finalizada la conciliación obligatoria, solo se ha convocado a una reunión. Propusieron 28% de aumento, incluyendo tickets. Fue rechazado por el Sarmiento y, días más tarde, por las cúpulas de La Fraternidad y Señaleros.
Durante los 20 días de conciliación, los ferroviarios encabezados por Sobrero denunciaron aprietes y cartas documento que violan la conciliación. Por eso, este martes los trabajadores del Sarmiento marcharon a los ministerios de Transporte y de Trabajo, denunciando “Ayer: Jaime-Cirigliano-Pedraza. Hoy: Randazzo-La Cámpora-Sasia: mentiras, excusas y negociados”. Y repudiaron que cuando salen a reclamar, el gobierno los tilda de “salvajes, extorsionadores, vagos”.
En un volante, señalan: “Randazzo desprecia y ataca violentamente a los que trabajamos porque reclamamos lo nuestro. Pero se abraza a la cúpula sindical mafiosa. Organiza con la presidenta actos por los trenes chinos y fotos con Sasia. Lo mismo hacían antes Jaime, Cristina y Pedraza, cuando aplaudían el doble piso de Cirigliano […] Una vez más, hoy como siempre, el Sarmiento de pie y unidos sus trabajadores. Sin importar los colores, porque ésta es plata que nos corresponde a todos. Marchemos a las puertas de los ministerios a defender lo nuestro. El Sarmiento no se calla. Se la banca”.
Paritarias Foetra
Inmenso fraude en la combativa asamblea telefónica
Escribe: Viviana Carranza • Delegada oficina Palermo/Telecom y congresal a Fatel por la Lista Roja en la Granate
El viernes 13, con más del 70% de los votos, una inmensa asamblea rechazó el vergonzoso preacuerdo salarial de la burocracia kirchnerista de Iadarola-Marín, hecho que desconocieron estos funestos personajes amigos del gobierno y las empresas, que salieron corriendo del predio de Ezeiza, tras asegurar que había ganado la aceptación.
La oposición, organizada, llamó a quedarse. Y con gran parte de los presentes en la asamblea se votó hacer una movilización al edificio República para luego llevar al Ministerio de Trabajo los centenares de firmas que denuncian el fraude.
La miserable propuesta salarial (18,5% a fin de julio y 11,5% en enero) solo aumentó la inmensa bronca por los últimos acuerdos, que vienen provocando la estrepitosa caída de nuestros salarios. Cientos de compañeros, aun pensando que la directiva iba a desconocer el resultado, se movilizaron para repudiarla.
Lo nuevo fue la organización. Micros bancados por los propios compañeros en edificios donde la directiva no ponía o los hacía llegar tarde. Empujones para no quedar afuera cuando vimos que empezaban a sesionar antes de horario. Decenas de compañeros repartiendo el cartel del NO, que se levantaron como una marea en el momento de la votación, provocando las caras pálidas del oficialismo. Cantos desde los micros, fotos y videos que se subieron al Facebook “Telefónicos por el rechazo”. Organización contra la patota: intentaron copar un micro de compañeras de Palermo y fueron bajados.
Los cantos se repetían: “paro, paro, paro”; “un solo pago, la p…”; “ohhh, que se vayan todos…”.
Ejemplos que muestran una maduración en la pelea contra la burocracia enquistada desde hace más de una década y que la votación a la oposición Granate Blanca del 40% en las elecciones de 2013 se refleja en la lucha cotidiana.
Desde la agrupación Lista Roja estamos orgullosos de ser parte de esta pelea, por una dirección combativa y democrática en nuestro gremio, y ahora en la lucha contra este miserable preacuerdo.
Rechazo en todo el país
Los telefónicos están agrupados en dos federaciones, cada una con diversas provincias federadas. Lo que tienen en común es el carácter burocrático de los dirigentes que preacordaron estas cifras y el rechazo de la base que se ha expresado de muchas formas: con una importante asamblea y movilización en Mendoza, asambleas por el rechazo en Mar del Plata, Entre Ríos, Misiones, Santiago del Estero, Catamarca y decenas de petitorios en los sindicatos Luján, Neuquén, Córdoba, Tucumán y otros.
Paty cierra su planta bonaerense
La policía de Scioli desalojó la toma
El lunes 16 de junio, los más de 200 trabajadores de la empresa de hamburguesas Paty, de Vicente López, Gran Buenos Aires, decidieron tomar la empresa. Allí estuvimos los compañeros de Izquierda Socialista y del Encuentro Sindical Combativo, con los dirigentes ferroviarios “Pollo” Sobrero y Mónica Schlotthauer.
David Soria, uno de los cuatro delegados, en diálogo con El Socialista nos explicó que la firma Quick Food hace unos años había adquirido la empresa Paty, alquilando el predio. Tiene otra planta en Santa Fe, pero las tres líneas de producción de hamburguesas están en Vicente López. La patronal, sin siquiera enviar un telegrama de despido o suspensión, empezó a citar a trabajadores en un departamento fuera de la planta, ofreciéndoles indemnizarlos más un plus, diciendo que cerraría. Los compañeros dicen que es posible que la venda a otra firma y ésta quiera tomar nuevos trabajadores, sin organización gremial ni antigüedad.
Cuando los obreros encargados de mantener la cadena de frío vieron que estaban llegando de madrugada decenas de agentes de seguridad privada para evitar que los obreros puedan entrar, avisaron a los delegados y estos a todos los trabajadores, que se citaron masivamente en la puerta en horario de entrada. Pese a que la seguridad lo quiso impedir, todos ingresaron y decidieron tomar la planta. La patronal no se hizo presente.
Este martes a la tarde, un imponente operativo policial ingresó al predio cortando un alambrado. ¡Otra vez Scioli reprime a obreros para salvar a los empresarios! Ante la abrumadora superioridad policial, los trabajadores en asamblea decidieron retirarse. La patronal junto con los delegados hicieron un inventario y demostraron que no había ningún tipo de destrozo o faltante.
Este miércoles van a movilizarse a la delegación del Ministerio de Trabajo provincial para exigir que se garanticen los puestos de trabajo. Y en caso de que la empresa quiera cerrar, que ésta sea estatizada, bajo control de los trabajadores. Como plantearon en la asamblea, si se achica un 30% los cupos para comedores escolares de la provincia, que se utilice la producción de Paty para cubrir esa faltante.
También reclaman al sindicato y a la Federación de la Carne que llamen a un paro y movilización contra los despidos, que ya son más de 20.000 en el sector. ¡Es urgente una ley que prohíba los despidos y suspensiones, como plantean los diputados del Frente de Izquierda! Llamamos a solidarizarnos con los compañeros.
Corresponsal
Obreros de Lear contra las suspensiones
Los trabajadores de la autopartista Lear (Smata, Pacheco), que producen cables eléctricos para Ford, siguen reclamando en contra de las suspensiones. La patronal decidió suspender a todo el turno tarde (más de 300 trabajadores) por tiempo indeterminado, lo cual, además, es ilegal.
La Comisión Interna realiza diariamente asambleas en la puerta, a la salida del turno mañana, juntándose con los trabajadores suspendidos, manteniéndolos en estado de alerta por posibles despidos. Y con movilizaciones semanales al Ministerio de Trabajo, mientras exigen al Smata que llame a una medida de acción del conjunto de los trabajadores para frenar la ola de suspensiones y despidos. Apoyamos sus reclamos y exigimos que se corten las suspensiones y que la crisis la paguen las patronales, no los trabajadores.
Calsa
Conclusiones de una gran huelga
Luego de 50 días de paro, portones bloqueados y con una guardia de mañana, tarde y noche, se levantó el paro. La huelga arrancó la reincorporación de 40 de los 60 despedidos; el pago de los días caídos; el cierre de las causas penales y de los despidos con causa. Mientras, se siguen negociando algunas reincorporaciones más y un plus en las indemnizaciones.
Fue una gran lucha, a pesar que no logró reincorporar a todos. Y dejó una gran experiencia para todos los trabajadores de la fábrica. Asentada esencialmente en la tremenda fuerza y heroica resistencia de los trabajadores, que hicieron changas, impulsaron el fondo de huelga, cortaron calles, hicieron festivales y hasta pidieron préstamos al banco para poder aguantar. Experiencia que servirá para las futuras peleas que los trabajadores estamos obligados a seguir dando.
Desde Izquierda Socialista nos sentimos orgullosos de haber compartido esta pelea desde el primer día. Impulsando el fondo de huelga y acompañando a los trabajadores pacientemente. Reímos y sufrimos con todos ellos, que han dado un paso adelante. La patronal “aprendió” que no puede hacer lo que quiere. Y los trabajadores, que se puede hacer retroceder a una multinacional que contó con el apoyo del ministerio y el gobierno. Quedan compañeros afuera todavía, pero no está dicha la última palabra.
En ese marco, surge el interrogante: ¿Qué pasó para que esta gran lucha, donde la planta de conjunto paró por sus despedidos, no terminó con todos los compañeros adentro? Responderla acertadamente es muy importante.
Lo primero que tenemos que decir es que fue una huelga larga, contra una multinacional que, evidentemente, se preparó para enfrentarla. Con una campaña pública, a través de solicitadas en los grandes medios, acusando a los trabajadores por el conflicto -cuando la culpable fue esa patronal negrera que mientras está invirtiendo millones de dólares para ampliar la planta, despide trabajadores. Segundo, la lucha tuvo que enfrentar tanto al Ministerio de Trabajo de la Provincia (Scioli), como al gobierno nacional (Cristina), los cuales jugaron para la patronal, contra los trabajadores y sus familias. Ya que ninguno intervino para evitar los despidos, avalando el funcionamiento ilegal de Calsa.
Ante esta situación, la conducción del conflicto, el sindicato de la Alimentación (STIA), ¿hizo todo lo necesario para impulsar esta lucha con el objetivo de ganarla? En esto también somos categóricos: no lo hizo.
En primer lugar, no tuvieron una política para fortalecer el paro activo, visitando a los compañeros en sus casas para que se sumen al acampe, al fondo de huelga, a las tareas apremiantes de la lucha. Nunca se presentó el secretario General del sindicato, Morán, ni recibió a los trabajadores. No hubo acciones, ni nacionales ni seccionales, en apoyo y no se incorporó el pedido de reincorporación en la paritaria, que estaba en curso. No hubo recorridas por las fábricas de la alimentación para informar del conflicto y coordinar. Si bien se presentó la seccional del Salto, que en dos ocasiones llevaron alimentos y cocinaron, fue totalmente insuficiente para un conflicto de una fábrica de más de 200 operarios y frente a una multinacional que no aflojaba.
En segundo lugar, el sindicato no puso sus enormes recursos económicos para el fondo de huelga, ni lo impulsó en el resto de las fábricas de la alimentación. “Cuando haga falta el fondo de huelga, les vamos a avisar”, decían en las asambleas. Si bien “bajó dinero”, fue totalmente insuficiente, lo que provocó desánimo, desgaste y frustración. Dejando el camino libre para que la fábrica sí ponga dinero, solo si los trabajadores “se cruzaban de bando”.
A su vez, el sindicato estuvo en contra de enfrentar a los carneros, mano derecha de la patronal para intentar quebrar la huelga. Y ante las dos solicitadas que publicó la patronal, donde acusó a los trabajadores de “grupo minoritario” y al gremio, el sindicato no respondió.
En definitiva: hubo una gran predisposición de la base para encarar esta gran lucha, de los despedidos y un fuerte activismo, que contrastó con lo que tenía que hacer el sindicato y no hizo. Estas enseñanzas, a modo de aprendizaje, son las que hay que debatir de ahora en más. Con los trabajadores de la fábrica y con todo luchador. Para sacar conclusiones y enfrentar en mejores condiciones los desafíos que se vienen.