En la capital, el candidato del matrimonio Zamora no superó por primera vez el 48% de los votos. Esta situación ha desatado una crisis en el Frente Cívico que amenaza con romperse entre su sector radical y el peronista, que se considera "traicionado" por la falta de apoyo oficial en las elecciones
de los municipios mencionados. Y por una "repartija" de cargos en la que fueron perjudicados. Por su parte, el macrismo irrumpió obteniendo 2 de los 4 concejales opositores con un 11%, relegando al FA-UNEN que, si bien obtuvo casi el doble de votos que aquél, por ir fraccionado en diversas listas de concejales, solo obtuvo un edil municipal.
El Frente de Izquierda realizó una campaña a pulmón, en la que ni siquiera recibió fondos estatales para financiar el pago de las boletas electorales, mientras el oficialismo y la oposición patronal desplegaban millones en publicidad de las intendencias que gobernaban y de sus propios candidatos. En una pelea desigual en un terreno difícil, como lo son habitualmente las elecciones municipales, el FIT alcanzó el 4,5 % en la capital provincial
(más de 5000 sufragios), superando a varias fuerzas patronales. Quedó así consolidado como la principal fuerza de izquierda que se está
construyendo entre los trabajadores santiagueños (duplicando en votos al MST). Y que, como se pudo ver en los conflictos estatales de comienzos de año, se prepara para dar una dura lucha por salario digno y terminar con la precarización laboral y la impunidad del matrimonio gobernante.