El 13 de junio de 2013, una formación del ferrocarril Sarmiento embistió por detrás a otra que se encontraba detenida. Tres pasajeros murieron y 315 resultaron heridos. Ocurrió 14 meses después de la Masacre de Once (22/02/2012) y se debió nuevamente a la falla en el sistema de frenos de los viejos trenes Toshiba de la década del ́60 que aún seguían corriendo en el ramal, 50 años después de fabricados.
Para ese entonces las denuncias formuladas por los ferroviarios del Sarmiento y la lista Bordó Nacional ante la CNRT, la Auditoría General de la Nación, la justicia y el Congreso Nacional formaban una pila tan grande como la de víctimas. Nunca se atendieron estas advertencias. Ni las que se hicieron antes de la masacre de Once ni las posteriores. Antes de este nuevo choque los delegados del Sarmiento presentaron nuevas denuncias sobre la formación Chapa 1, que ya había tenido problemas de frenos. La misma formación que 48 horas antes del choque por el que se condena hoy al motorman López estuvo detenida por distintas fallas. Es más, la delegada Mónica Schlotthauer una semana antes, en un programa de televisión, hizo las alertas públicamente. El gobierno siempre las desoyó. Por eso junto a los empresarios que siguieron recibiendo jugosos subsidios son los verdaderos responsables.
Juicio exprés sin investigar a fondo
Toda la causa de este choque fue un mamarracho. Pruebas adulteradas como el video de la cabina, peri- cias, testimonios claves e informes técnicos descartados por apuntar al mal estado de la formación y un proceso sumario para castigar solo al trabajador. Por ejemplo, en el juicio, se desestimaron las denuncias del delegado del Sarmiento Edgardo Reynoso, porque según el juez no tiene ningún “título técnico”. No bastó que Reynoso sea un trabajador de 35 años en el ferrocarril. Tampoco las de Sobrero y otros del gremio de la Fraternidad. Y encima el abogado querellante, el tal Gregorio Dalbón, pidió una investigación por falso testimonio a dirigentes de La Fraternidad que declararon y amenazó con acusar a Sobrero por ser uno de los “autores intelectuales” del choque. ¡Una verdadera barbaridad!
Todo el sustento de la condena radica en que López desestimó tres señales que le ordenaban disminuir la velocidad primero, y frenar después. Pero esas señales funcionan de forma errática y los conductores reciben directivas de no guiarse por los alertas. Esa “naturalización” de la desidia es lo que provoca muertes tras muertes.
Lo mismo ocurría con el mantenimiento de los vagones que se hace de forma precaria. Y cada vez que los trabajadores denunciaban fallas por las cuales no puede salir formación, la jefatura los obliga incluso con personal de seguridad. El tren Chapa 1 tenía un sistema de frenos distinto al resto. Fallaba varias veces por día. Entraba al taller y volvía a salir para repetir las fallas al poco tiempo. Así se viajaba en el Sarmiento y en las demás líneas.
Un precedente que no se puede dejar pasar
El gobierno de Cristina Kirchner con su ministro y candidato presidencial Florencio Randazzo presionaron desde el primer día para culpar al motorman. Este fallo condenatorio contra un trabajador sienta un precedente nefasto de cara a la sentencia que se espera para octubre en la causa de Once, donde se logró sentar en el banquillo de los acusados a funcionarios K de la talla de Schiavi y Jaime y a los hermanos Cirigliano (28 en total). ¡Pero se condena a un trabajador y no hay ningún preso de los verdaderos responsables!
Tenemos que continuar con las denuncias y las movilizaciones junto a familiares de las víctimas, los trabajadores ferroviarios y organizaciones de usuarios para revertir esta condena injusta y asegurar que los funcionarios y empresarios imputados en el juicio de Once se pudran en la cárcel.
Randazzo: ¿y los frenos?
El gobierno después de la masacre de Once prometió poner en el Sarmiento el sistema de frenos (ATP) que permite que la formación se detenga ante cualquier imprevisto. Sistema que ya está implementado en el subte y en el ferrocarril Roca. Pero nunca lo hizo. Lo que provocó una nueva masacre como la de Castelar. Los trenes nuevos chinos tampoco tienen dicho sistema. Quiere decir que el gobierno es responsable ante cualquier otra muerte evitable que pueda ocurrir.
En el programa de A 24 conducido por Rolando Graña, Sobrero y Giordano defendieron al motorman López, polemizaron con la querella patrocinada por el abogado Dalbón (que acusó al conductor y a los dirigentes sindicales, salvando a los Jaime y empresarios mafiosos) y llamaron a seguir luchando por cárcel a todos los verdaderos responsables.