Sin embargo, las encuestas le dan que sigue arriba. Aunque no tranquilo, porque no le estaría dando para ganar con holgura en primera vuelta.
Es que es tan mala la oposición patronal de los Macri y Massa, que muchos, a pesar de todo, votarían por Scioli como el “mal menor”. Un ejercicio electoral que vinieron haciendo los trabajadores y demás sectores populares desde hace años, lamentablemente, con malos resultados. Votar al “mal menor” o al “menos malo”, ha llevado a postular a políticos que rápidamente se han sacado la careta y han gobernado en forma completamente distinta a lo que la gente creía.
Con Scioli no hay nada “seguro”. En Brasil, Dilma Rousseff prometió “crecimiento y desarrollo”, y después de ganar está aplicando un ajuste con congelamiento salarial y recorte en los planes sociales. Esto es lo que deberían ver los trabajadores que quieren votar por Scioli.
En Argentina ya se aplica un ajuste que consiste en salarios y jubilaciones por debajo de la inflación; impuesto al salario; trabajo en negro y crecimiento de la pobreza. Ajuste que se va a profundizar. Y se está hablando de una mayor devaluación; posibles tarifazos; más despidos y suspensiones y más endeudamiento para pagar la deuda externa.
Para lograr maniatar al movimiento obrero y convencerlo de que hay que “cuidar lo conquistado”, se está planeando con la UIA un supuesto “plan antiinflacionario” que consistiría en “acotar la negociación colectiva para fijar salarios inferiores a la inflación”. Es decir, “atenuar salarios, atenuar aumentos” (Garzón Maceda, Clarín, 30/9). Esto implica, directamente, más rebaja salarial y más ganancias patronales. Es el verso de los gobiernos, empresarios y la burocracia sindical: si avanza la crisis no queda otra que ajustarse los cinturones. Dirán que se acabaron los años de las vacas gordas, que la crisis mundial golpea, que hay que conformarse con menos y tratar de que se acepten menores ingresos. Si bien sabemos que estos planes pueden ser desbaratados por la clase obrera con sus luchas, es intención de estos políticos patronales de llevarlo adelante. Esto incluye tanto a Scioli, como a Macri y a Massa. Por eso los distintos sectores patronales apoyan a los tres candidatos, lo mismo hace la burocracia sindical: Caló con Scioli; Moyano con Macri; Barrionuevo con Massa.
Para aquellos que podrían optar por Macri o Massa para castigar al kirchnerismo decimos lo mismo. No hay que dejarse engañar. Niembro y el caso Mónica López muestran que son lo mismo.
Con Scioli, Macri o Massa gana el ajuste y pierden los trabajadores. Con estos políticos patronales ganan los de arriba y pierden los de abajo. Ganan la Barrick, Monsanto y Chevron y pierden los pueblos. Con Scioli, Macri y Massa se van a mantener las privatizaciones y los pagos de la deuda, incluso a los fondos buitre.
Cada voto que saque el FIT, será para enfrentar el mayor ajuste que se viene. Para apoyar las luchas que vendrán. Para que la crisis que querrán que pague el pueblo trabajador, la paguen los grandes empresarios, banqueros y el imperialismo. Cada voto que saque el FIT es para impulsar el sindicalismo combativo. Y por otro plan económico, obrero y popular, para defender los derechos de los trabajadores y postular una salida de fondo para poner los recursos económicos al servicio del pueblo trabajador, no de los capitales extranjeros, las “inversiones privadas”, banqueros y multinacionales.
Llamamos a votar por Del Caño presidente y a Myriam Bregman vicepresidente; por Pitrola y Sobrero en la provincia de Buenos Aires a gobernador y vice; por más bancas del FIT al Congreso Nacional, por Liliana Olivero en Córdoba; Solano y Marrone en Capital; Pitrola y Mónica Schlotthauer en provincia; Godoy y Angélica Lagunas en Neuquén; Lentini y Adriana Astolfo en Santa Cruz; Crivaro y Sancevich en Santa Fe, y así por todas las listas de luchadores que postula el FIT en todo el país.