Verón tenía 43 años y era referente del MTD “No al Desalojo”. En el corte de ruta reclamaba junto a una veintena de familias la provisión de becas y herramientas de trabajo que le permitieran continuar con la autoconstrucción de viviendas. La policía de Capitanich desalojó violentamente sin orden judicial y propinó una feroz golpiza a Verón. Según testigos, Verón llegó al hospital “con las tripas colgando”.
Todas las versiones oficiales hablan de “heridas autoinflingidas”, “heridas previas”, o el cinismo a cargo del justificador serial, Aníbal Fernández, que dijo: “Verón murió por una septicemia, no por golpes”. Las renuncias no alcanzan, tienen que ir presos. Exigimos inmediata investigación, juicio y castigo para este nuevo asesinato contra un manifestante social, el número 17 de la era K.