Logramos, mediante un petitorio con miles de firmas de la comunidad académica y con reiterados cortes de calle y movilizaciones al rectorado, arrancar a fin del año pasado un aumento de un 71%. Sin embargo, tenía un carácter “excepcional” y no teníamos ninguna garantía hacia adelante, ya que los becarios no somos reconocidos como trabajadores y carecemos de paritarias o instancias de negociación salarial.
La semana pasada y tras el corte que impulsamos el 28 de octubre, logramos que se regularice nuestra situación al obtener la equiparación de nuestra beca a un cargo docente de la universidad, y de esta manera con cada aumento salarial, a nosotros nos van aumentar el mismo porcentaje. Esta nueva conquista nos da fuerza para seguir adelante y continuar reclamando por la gratuidad de los posgrados y por los derechos básicos que todavía no tenemos: aguinaldo, vacaciones pagas, aportes jubilatorios y obra social para las familias.