Durante la campaña electoral, Cristina y Macri mostraron en qué están cien por ciento de acuerdo: en darle la espalda a los trabajadores y dejar que pasen los despidos. Para eso no hay “patria o buitres”, ni “grieta”, ni nada. Pero los trabajadores están firmes y no bajan los brazos.
Organizados en asambleas, vienen realizando distintos cortes de calle y marchas por iniciativa propia, casi sin apoyo del sindicato. El gremio de la Alimentación recomienda esperar, mientras se acaba la plata y no prepara para una pelea larga, generando expectativas en que se solucione rápido. No hubo medias de fuerza de ningún tipo y solo aconseja “hacer changas”, mientras crece la bronca.
Desde Izquierda Socialista estamos a disposición de los compañeros. Es imprescindible que se destrabe esta situación. El sindicato debe garantizar que estas familias puedan tener un plato de comida ya y no queden expuestas a aceptar cualquier cosa por necesidad. Es necesario que el conflicto esté rodeado de solidaridad. Si la empresa no les paga en 48 horas a los trabajadores, se la debe estatizar y ponerla a funcionar bajo control y gestión de ellos. De esta manera se podrían utilizar los 400 mil pollos que se faenan por día para combatir el hambre y la pobreza en el país. Eso daría solución a las 5 mil familias que están en la calle y a millones que pasan hambre.
Corresponsal