En la nota mencionada, el PTS reconoce que el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) fue una de las primeras organizaciones de izquierda atacadas por la Triple A. “La ofensiva contra el PST se inicia en mayo de 1974 con el asesinato de Inocencio Fernández, a manos de una patota de la UOM […] atentados a locales y el asesinato de tres compañeros en Pacheco” 2 . Señala que en el velatorio de estos últimos, en un acto unitario, Nahuel Moreno convoca a la “unidad para formar brigadas y piquetes antifascistas obreros y populares para abatir al fascismo en el país”3 . La nota reconoce la corrección de esta política y a partir de allí comienza a tergiversar por completo lo que ocurría. Falsamente dice que “esta política no será sostenida en el tiempo”, ocultando que el PST siempre la sostuvo. Pero ésta no se llevó a cabo porque las demás fuerzas (JP/Montoneros y el Partido Comunista, en primer lugar) la rechazaron, con la honrosa excepción del Peronismo de Base y Ortega Peña, asesinado poco después.
A renglón seguido, la nota instala la mentira de que para el PST “la iniciativa central para oponerse a la Triple A será el apoyo a la iniciativa de la UCR y el partido comunista de peticionar el fin de la violencia ante el gobierno de Perón a través del Grupo de los 8”. Para sostener esta falsedad total, manipulan tanto los hechos como las posiciones del PST. Inician su montaje a partir que, luego del golpe semifascista en Córdoba que derrocó al gobierno de Obregón Cano, electo por el pueblo, el PST participó el 21 de marzo de 1974 de una reunión pública con el presidente Perón, junto a la UCR y otros partidos burgueses, autodenominados el Grupo de los 8.
El tema no es nuevo, están retomando cuarenta y un años después, las críticas (y también tergiversaciones) que inició contra el PST el mandelismo francés en julio de 1974 y que fueron respondidas públicamente en un suplemento especial del periódico del PST, Avanzada Socialista (AS) Nº 119, el 4/9/1974.
Lo del “frente democrático” es una invención del PTS
Este artículo, que nada tiene que ver con un debate o una investigación histórica serios, toma como eje criticar una supuesta capitulación a un supuesto “frente democrático”. Esas dos palabras entre comillas corren por cuenta de los autores, no fueron ni una política ni un objetivo del PST.
Hay que recordar que en febrero de 1974 se produce el alzamiento de Navarro, el jefe de la policía de Córdoba que tira abajo al gobierno de Obregón Cano y Atilio López, peronistas vinculados a los sectores de la JP y Montoneros. La CGT de Córdoba y el Movimiento Sindical Combativo realizan un paro general de actividades que reclama la restitución del gobierno constitucional elegido hacía menos de un año, después de la dictadura de Lanusse.
Balbín, la UCR y un grupo de partidos burgueses y pequeño burgueses menores toman ese programa, reclaman el enjuiciamiento de Navarro y se niegan a dar quórum en el Congreso Nacional para que se vote la intervención de la provincia para legitimar lo actuado por el propio Navarro, tal como quería Perón, entonces presidente de la Nación 4.
Para confundir al lector, el PTS dice acordar con la propuesta de Trotsky de que frente al fascismo “hay que hacer unidad de acción con el diablo y su abuela” 5 . Y sigue tergiversando lo ocurrido, diciendo que la política del PST frente a estos hechos, fue la de “fortalecer las instituciones democráticas que eran impotentes para frenar la ofensiva de las bandas fascistas”. Dice que hicimos un “frente democrático” con estos partidos cuando “el objetivo (de la UCR y el PC) no era enfrentar al gobierno de Perón” 6 .
Vamos por partes, poniendo las cosas en su lugar. El PST no llamó ni se sumó a ningún frente democrático. Aclaremos de pasada que los frentes suponen la existencia de organismos comunes, programa y perduran en el tiempo. Nada de eso existió. El PST aplicó la táctica de Trotsky de unidad de acción con el diablo contra el fascismo y aprovechó la grieta que existía entre estos partidos del régimen y el propio Perón para filtrar el reclamo de las masas cordobesas contra el golpe de estado provincial. Llamó a los partidos antes mencionados a exigir a Perón el programa que las masas pedían en el paro provincial.
Al mismo tiempo, el PST denunció ante el periodismo al propio Perón como el instigador del golpe, cosa que el PTS esconde, diciendo que no se hizo. El diario patronal La Voz del Interior citaba declaraciones del PST diciendo que quien “ha instigado el golpe provincial no ha sido otro que el mismo Perón”, que “la presencia de jefes del III Cuerpo de Ejército, y de la Aeronáutica [...] constituyen un claro aval, en los hechos, a los golpistas de la que no está excluido el propio general Perón”. Denunció que los hechos eran “parte de la ofensiva derechizante que lleva adelante el gobierno nacional en todo el país cercenando cada vez más las libertades democráticas [...] exige la libertad de Obregón Cano y Atilio López, la restitución a sus cargos […] que una vez restituidos organicen un plebiscito para que la clase obrera y el pueblo sean los que decidan la continuidad del orden institucional, […] enjuiciar a Navarro, a la oficialidad policial y a los elementos civiles golpistas por un tribunal popular con mayoría obrera [...] Llamamos a los sindicatos clasistas y combativos (Movimiento Sindical Combativo, Legalistas) a que convoquen a los partidos, juventudes políticas (UCR; PC, JP, JTP, GAS) a la Federación Universitaria de Córdoba, centros de estudiantiles, tendencias sindicales políticas y estudiantiles como a personalidades independientes a constituir una coordinadora en defensa de la soberanía popular e impulsar la resistencia por medio de la movilización obrera y popular única arma capaz de frenar a la derecha dentro y fuera del peronismo”.7 Es lamentable que un diario patronal y reaccionario como La Voz del Interior sea un testigo más fiel que la nota de estos autores.
Preguntamos al PTS, ¿dónde está la capitulación a las instituciones burguesas? ¿Llamamos o no a la movilización de la clase obrera y a los sectores combativos?
El reclamo por la restitución del gobierno depuesto era profundamente democrático y materializaba el derecho a elegir, la lucha contra el alzamiento fascista y enfrentaba al propio Perón. Al tiempo que embretábamos a ese sector burgués y pequeño burgués, enfrentado al PJ, llamábamos a la movilización obrera y a organizar la autodefensa de los trabajadores.
El PST aplicó el consejo de Trotsky: en aquel caso, el “diablo” eran la UCR y Balbín y otros partidos burgueses menores. Que los partidos con los que hicimos esa solicitada no iban a ser consecuentes en la lucha, lo sabíamos. Nunca el diablo lo fue. Los sindicatos que convocaban al paro tenían dirigentes que se referenciaban en esos partidos, empezando por Tosco, que era compañero de la política del PC y de la propia CGT, que lideraba el destituido Atilio López.
El artículo se contradice a sí mismo en su propio rastreo histórico. Se insiste con la capitulación a un supuesto “Frente democrático” que nunca planteamos. Tenemos cientos de ejemplos. Uno: luego de la entrevista del 21 de marzo con Perón, en el número siguiente del periódico (AS Nº 99, 4/4/74), el redactor de Avanzada Socialista pregunta al dirigente público del PST entonces, Juan Carlos Coral: “Pero, alguno de los partidos que concurrieron, ¿no está empeñado en la formación de un frente político?” A lo que Coral responde: “Algunos no: todos, menos nosotros”. Aburriríamos con citas y citas en el mismo sentido.
Luego de criticar la capitulación que inventaron, dicen que el PST en abril de 1974 “acertó al exigir a las direcciones convocantes (Tosco, Ongaro, Salamanca) la formación de una coordinadora nacional para unir la vanguardia obrera” contra las bandas fascistas y por la unidad del movimiento obrero combativo en aquel célebre plenario en Villa Constitución. Y que también fue correcta la propuesta de Moreno en mayo del 74 que convocó “a formar brigadas y piquetes obreros antifascistas” en el acto antes mencionado. ¿Pero cómo? ¿Primero capitulamos y después tuvimos una política correcta, o era el revés? ¿Cuánto duró el “Frente democrático”?
Los autores están actuando como malos historiadores pero, más grave aún, lo que surge hacia el pasado es que quizá hubieran caído en errores políticos gruesos, siendo sectarios y abstractos. De haber vivido esa época, el PTS nos hubiera desarmado y no hubiéramos tenido política frente al avance de la Triple A. El PST fue audaz para tratar de explotar las contradicciones en el seno de los partidos burgueses y pequeño burgueses impulsando puntualmente la unidad de acción siempre que pudo contra el avance de bandas fascistas y al mismo tiempo, aguerrido para llamar y organizar la autodefensa del movimiento obrero.
El PST no se limitó a declararla. Desde el Navarrazo hasta la dictadura nuestro partido organizó la autodefensa armada de sus locales partidarios, así como la de los dirigentes sindicales que eran amenazados por las bandas de la propia burocracia sindical. Eso supuso conseguir armas y adiestrar a sus militantes. Así lo señala la propia prensa burguesa cuando refiere a los innumerables atentados con bombas y allanamientos que sufrieron nuestros locales antes de entrar en una semiclandestinidad. En ocasión del allanamiento al local central en Buenos Aires, luego del asesinato de tres compañeros, Bouzzas, Nieves y Robles, en noviembre de 1974, la prensa informa que “en el local se encontraron numerosas armas, proyectiles, material subversivo y la puerta bloqueada”. Efectivamente, nuestros locales, desde el Navarrazo habían pasado a tener equipos de autodefensa porque compartíamos la frase de Trotsky “al fascismo no se lo discute, se lo destruye”.
¿Por qué el PTS niega los hechos? ¿Error de historiadores o tergiversación política?
La negativa de los autores de basarse en los hechos reales conduce a la tergiversación política y mal educa a las nuevas generaciones.
1. Werner, Ruth y Aguirre, Facundo. El PST en la mira de la Triple A: Un debate sobre el Frente democrático”. Bs As, Ideas de Izquierda Nº 24, Octubre 2015.
2. El Partido Socialista de los Trabajadores (PST) es el partido que formó la corriente morenista en 1972, poco tiempo después de su ruptura con el PRT-El Combatiente en 1968 a partir de que éste decide organizar el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) como estrategia foquista y vanguardista. En su lugar, el PST promueve la estrategia de la construcción de un partido obrero para que la propia clase fuera la protagonista de su lucha, tal como ocurrió en el Cordobazo y demás levantamientos obreros. Para más información ver González, Ernesto. El Trotskismo obrero e internacionalista en Argentina. Tomo III. Vol. II Bs. As., Editorial Antídoto, 1999
3. Avanzada Socialista Nº 106. Junio 1974
4. Diario Los Principios, 5/3/1974.
5. Trotsky, León. El Frente único defensivo. Carta a un obrero socialdemócrata.
7. La Voz del Interior. 4/3/74, Pág. 7 y La Voz 2/3/1974. Pág. 11