Escribe Rafael Brandon (Delegado APTA SOL Rosario)
Pasaron casi dos meses del cierre de SOL por parte de su patronal. La compañía no ha vuelto a volar y casi todos los aviones ya han sido sacados del país. Más de 80 trabajadores bajo distintas modalidades de tercerización han sido cesanteados y la empresa ofrece un retiro voluntario que representa la mitad de la indemnización y que además, solo podría ser aceptada por los empleados próximos a jubilarse. El plazo de negociaciones para conseguir un comprador para la empresa se fue postergando. Hoy las negociaciones son con la empresa Amazonas de Bolivia. Mientras tanto los trabajadores realizaron tareas de mantenimiento o fueron enviados a “estudiar” para una eventual convocatoria de otra empresa aérea, especialmente en el caso de algunos pilotos por LAN.
Por su parte, la presión de los trabajadores logró que se pagara el sueldo completo de enero. Pero concretamente no hubo ninguna garantía escrita y firmada por el gobierno nacional de que todos los trabajadores mantendrían su puesto de trabajo, sea cual fuere el destino de SOL. Lamentablemente las conducciones sindicales de todos los gremios del sector mantuvieron en secreto todas las negociaciones, insistiendo en que los trabajadores no realicemos ninguna acción pública para exigir el compromiso del gobierno con los puestos de trabajo. Todo una muestra de la relación de los gremios con el nuevo gobierno de Macri y las empresas. Los trabajadores no tenemos otro camino que exigir una solución y mantener los puestos de trabajo.