Era clave repudiar la visita de Obama porque es el jefe del imperialismo yanqui que apoyó el golpe del ́76. El documento leído en la Plaza por los organismos de Derechos Humanos que defienden al gobierno de Cristina Kirchner junto a La Cámpora, la CTA Yasky, Movimiento Evita, Kicillof, Aníbal Fernández, Guillermo Moreno, Scioli e intendentes del PJ del conurbano, no lo hizo. Es más, Estela de Carlotto dijo que si Obama la invitaba a una reunión podía ir.
El documento titulado “Sin derechos no hay democracia” hizo centro en denunciar al gobierno de Macri y en reivindicar los años de gobierno de Cristina y no en repudiar a Obama. Esto y sembrar expectativas en que hay un cambio favorable del imperialismo hacia las masas, que es democrático y no está más por golpes de estado, es más o menos parecido. Esta política se suma al coro de aquellos que dicen que una cosa era EE.UU. cuando apoyó el golpe y el Plan Cóndor y otra ahora, con un “rostro más humano”, con Obama. Esto lleva a lavarle la cara al presidente norteamericano que precisamente vino a Argentina a “mostrarse” junto a Macri como “defensores de los derechos humanos”, haciéndole incluso un “homenaje” a las víctimas de la dictadura. El mismo Obama que mantiene la cárcel de Guantánamo, bombardea al pueblo de Siria junto a Rusia, mantiene las tropas invasoras en Afganistán y apoya a todos los planes de ajuste que aplican sus gobiernos serviles, como lo hace ahora Macri.
Volvemos a repetir: ese documento no mencionó la palabra Obama. Solo se limitó a decir “que Estados Unidos debe dejar de violar los derechos humanos” (Página 12, 25/3). Como pedir que el imperialismo deje de ser imperialismo por voluntad propia. El documento solo reclamó al respecto que EE.UU. “cumpla el anuncio de desclasificar los archivos de la dictadura”, cuando lo que hubo por parte de Obama fue solo una “promesa” que de darse, solo se llevará a cabo en los próximos años.
Por otra parte, el documento de estos sectores denunció que Macri está “desarmando el país que teníamos, integrado a la patria grande. Lo cambiaron por un país entregado a las corporaciones”. Está bien criticar a Macri por su ajuste. Pero el país ya viene entregado a las corporaciones desde el gobierno anterior. Dice que se está “empobreciendo al país con la deuda externa”, cuando fueron los K quienes pagaron casi 200 mil millones de dólares de contado de la deuda que viene de la dictadura, indemnizaron a Repsol, pagaron los juicios a las multinacionales en el del Ciadi y ahora, ante el debate con los buitres, el kirchnerismo duro y la Cámpora plantearon que hay que pagar “pero no tanto” como Macri.
También dice el documento “nos preocupa que se venda la soberanía de nuestro país con la megaminería” cuando el pacto con la Barrick lo vino haciendo el kirchnerismo. Lo mismo pasó con el pacto secreto YPF-Chevron.
Otra curiosidad y contradicción del documento es cuando denuncia que “entre las preocupaciones del nuevo gobierno no estuvo la de derogar una ley que no puede seguir en vigencia: la ley Antiterrorista”. Está bien exigir la anulación de la ley Antiterrorista, pero primero hay que decir que fue la primera que votó Cristina Kirchner, por exigencia del imperialismo, después de haber obtenido el 54% de los votos. Ley que el kirchnerismo aplicó contra periodistas y luchadores antimineros, dejándole ahora a Macri una herramienta para que siga criminalizando la protesta social.
Llamamos a los trabajadores y jóvenes que se movilizaron el 24 a sacar conclusiones sobre las dos políticas que se expresaron. Con la intención de seguir desenmascarando el doble discurso y de llamar a movilizar por todos los enemigos de nuestro pueblo, de afuera y de adentro.
J.C.G.