Este enorme triunfo fue el resultado de más de 20 días de lucha contra los despidos y la persecución sindical. Con paros, movilizaciones, piquetes y resistiendo la represión y las detenciones, los choferes lograron torcer el brazo de la empresa que contaba con el apoyo del gobierno y la UTA regional, que llegó a apoyar un lockout patronal para derrotar a los trabajadores.
Los choferes venían denunciando malos tratos y un plan de ajuste que consistía en obligarlos a renunciar a fuerza de sanciones y suspensiones, con el objetivo de reemplazarlos por trabajadores precarizados. Corbelli, dueño de la empresa Expreso y de la mitad de las líneas de colectivos de La Plata, contó con el apoyo del gobierno provincial y municipal, y de Pedroza, el burócrata de la UTA. Pero la lucha de los choferes contó con el apoyo de la mayoría de los trabajadores de la línea Este y los usuarios, la solidaridad de otras líneas, sindicatos combativos como los Sutebas multicolores, estudiantes y partidos de izquierda. Este triunfo es un ejemplo a seguir para los trabajadores que pelean contra el ajuste, los despidos y las suspensiones.