El Indec dio a conocer los datos de la Balanza de Pagos a finales de 2016. El dato más importante es que reconocen una enorme suba de la deuda externa. Según los números oficiales la deuda se incrementó de 170.414 millones de dólares a fines de 2015 a 192.462 millones a fines de 2016. Un 13% interanual. La mayor parte de este incremento es deuda pública (26.000 millones de dólares), ya que el sector privado habría reducido su endeudamiento en 4.300 millones de dólares.
Pero el problema es mucho más serio. Lo que esos números no reflejan es todo el restante endeudamiento del estado nacional. Formalmente figura como deuda “interna”, pero una parte muy importante son bonos en moneda extranjera (y que deben por lo tanto ser abonados con divisas). Sumando todo eso, más las también crecientes deudas provinciales y la enorme masa de Lebacs (que son deuda del Banco Central), llegamos a un monto de endeudamiento realmente astronómico, superando los 350.000 millones en dólares. Desde el ascenso del macrismo, el gobierno tomó nueva deuda por un total muy superior a los 26.000 millones de dólares que dice el Indec. Lo hizo por la astronómica suma de 75.000 millones de dólares.
La deuda externa es una herencia envenenada que viene desde la dictadura. Varias veces, los planes de ajuste para pagarla terminaron en crisis abiertas, como la hiperinflación de 1989 o el estallido de diciembre de 2001. Sin embargo durante los años del kirchnerismo quisieron hacernos creer que ese problema había desaparecido: que nos habíamos desendeudado. Era una mentira total. La propia ex presidente Cristina Fernández de Kirchner reconoció que había pagado durante los mandatos de ella y su esposo más de 190.000 millones de dólares. Pero al final debíamos más que en 2003.
El gobierno de Cambiemos toma como “verdadero” el discurso del desendeudamiento, para justificar que entonces “tenemos espacio para endeudarnos de nuevo”. Así lo empezó a hacer desde el inicio de su mandato a fines de 2015. En medio de un verdadero “festival de deuda”, entre la nación y las provincias llevan acumulados 75.000 millones de nuevos préstamos, que más temprano que tarde habrá que devolver.
La bola de nieve macabra de la deuda externa está en movimiento ascendente. Ya en el presupuesto de este año está programado pagar en efectivo 16.000 millones de dólares en concepto de intereses de la deuda. Para que dimensionemos: se trata del doble de lo destinado al ministerio de Educación y de cuatro veces lo que va al ministerio de Salud.