A diferencia del año pasado, cuando se construyó una movilización el 12 de mayo contra el congelamiento presupuestario que contó con la venia de los rectores que hasta pusieron micros, este año el acuerdo del macrismo con las autoridades (peronistas y radicales) es mucho más sólido. Las autoridades son cómplices del ajuste a cambio de prebendas de fondos entregados discrecionalmente por fuera del presupuesto votado en el Congreso.
La Franja Morada, que preside la Federación Universitaria Argentina, según su página de Facebook definió participar de la movilización, pero se negó a convocar una reunión de la FUA para discutir cómo y con qué reivindicaciones movilizarse. Su participación será testimonial, más bien un capítulo de la interna de Emiliano Yacobitti (presidente de la UCR-Capital y máximo referente de la Franja) con Cambiemos por el impulso de la candidatura de Lousteau en CABA. Recordemos que la Franja es sostén del Secretario de Políticas Universitarias, Albor Cantard, y ha hecho una y otra vez actividades de apoyo al Ministro de Educación, Esteban Bullrich.
Por su parte, el kirchnerismo y el peronismo lejos de tener por preocupación realizar medidas de fuerza contundentes, tienen la cabeza puesta en tratar de censurar toda posible crítica a los gobernadores kirchneristas y las autoridades universitarias en la marcha del 16. Para colmo, nuevamente quieren dividir la movilización y que ésta no llegue de forma conjunta a Plaza de Mayo, repitiendo su accionar del 2016. Como hicieron con la marcha federal del 22 de abril, su apuesta es por un palco que cante “vamos a volver”, para postularse electoralmente y no un plan de lucha masivo que le frene la mano al ajuste. La Mella/Patria Grande es quien lleva a fondo esa política como vocero de La Cámpora y compañía en las reuniones de preparación de la marcha. Algo que hace rato dejó de sorprender.
Los sectores que defendemos la independencia política del movimiento estudiantil debemos bregar porque los estudiantes tomen como propia y en sus manos esta lucha. Hay que derrotar el techo salarial del gobierno, conquistar más presupuesto y frenar las políticas de privatización que tiene en carpeta el macrismo. Las clases públicas, asambleas, movilizaciones, cortes de calles y tomas de facultades deben estar en la agenda del momento para radicalizar el conflicto.
Necesitamos que la marcha del 16 sea un puntapié y no un techo para un proceso de lucha estudiantil. Reivindicaciones por las cuales pelear nos sobran: defensa de la Autonomía Universitaria (frente a los recientes atropellos en Jujuy y Comahue); anulación de la LES; boleto educativo y becas para hacer frente al ajuste; defensa del desarrollo de la ciencia y cumplimiento del acuerdo conquistado por lo investigadores del Conicet en diciembre del año pasado; democratización del cogobierno; entre otros puntos transversales al movimiento estudiantil de todo el país.