Sin embargo, a pesar de que nos seguimos endeudando astronómicamente, a plazos impensables y con tasas usurarias, eso no le alcanzó a Macri para hacer los méritos suficientes frente a los usureros internacionales. La semana pasada las calificadoras de los especuladores financieros mundiales (el llamado Morgan Stanley Capital Investment –MSCI-) le negaron a la Argentina el “ascenso” a la categoría de “mercado emergente” –un supuesto escalón que le permitiría al país ser más atractivo para la llegada de inversiones extranjeras-. El motivo de que permanezcamos en el equivalente a la primera “B” del fútbol fue que, para los buitres internacionales, aún el gobierno de Macri “no es confiable”, reclamándole más y más ajuste.
Por supuesto que Macri sigue “haciendo méritos”. Ahora estamos ante una nueva ola de despidos, liderada justamente por la transnacional yanqui Pepsico, pero a la que se suman también Walmart de Sarandí, la química alemana Lanxess (cínicamente una semana después de la visita de Angela Merkel prometiendo inversiones de su país) y una larga lista que registramos en esta misma página, ante la complicidad manifiesta del Ministerio de Trabajo. Al mismo tiempo, el gobierno reúne el Consejo del Salario, para terminar fijando por decreto un “aumento” al salario mínimo en tres tramos, que recién llegaría a 10.000 pesos en julio de 2018. Todo esto es parte del ajuste en curso, al que hay que sumarle los salarios que siguen perdiendo frente a la inflación, los recortes a los subsidios de todo tipo a miles de personas necesitadas, la reducción de los servicios del PAMI a los jubilados y el ataque permanente a la educación y la salud pública.
Mientras tanto, se produjo el cierre de listas para las PASO del 13 de agosto. Acá también Macri redobló la apuesta: su principal candidato en la provincia de Buenos Aires será Esteban Bullrich, el ministro de Educación ajustador de los docentes. Del otro lado, finalmente se presenta Cristina, después del acto “al estilo moderno” en la cancha de Arsenal, donde subió al escenario a “ejemplos” de las víctimas del ajuste. Claro que cuando se armaron las listas no fueron ellos los candidatos, sino parte de los dirigentes de siempre (intendentes, burócratas sindicales, defensores de Boudou o Kicillof, etcétera). El kirchnerismo, con su Unidad Ciudadana en la provincia, se postula como la fuerza que puede “frenar a Macri”. Nada más lejano: mientras hablan de las consecuencias del ajuste de Cambiemos, efectúan uno similar en Santa Cruz. Y Sus diputados y senadores, en este año y medio, fueron quienes garantizaron con sus votos las principales leyes del ajuste.
Massa y Randazzo, los otros candidatos peronistas, por su parte, también han sido cómplices de las políticas de Cambiemos, garantizándoles ellos también con sus votos a Macri lo que necesitaba. A lo que hay que sumarle las repetidas treguas que llevaron adelante los burócratas sindicales que adherían a sus espacios. Ninguno de ellos, entonces, tampoco son salidas para enfrentar el ajuste de Macri.
La realidad del día a día es que tenemos que seguir dando la pelea, apoyando y coordinado todas las luchas, tanto la de los despedidos como en Pepsico y otros lugares, los trabajadores de Santa Cruz a los que todavía se le adeudan salarios atrasados, como las de los estatales, los judiciales, los médicos de la Cicop, o los choferes de colectivos que exigen seguridad para trabajar y tantos otros. Esta es la tarea que tenemos planteada, junto con fortalecer al sindicalismo combativo.
Y, al mismo tiempo, empezar a salir a pelear el voto y hacer más grande la única alternativa unitaria que ha estado presente, y seguirá estándolo en todas las luchas: el Frente de Izquierda. Para que los trabajadores, las mujeres y la juventud tengamos realmente una opción con un programa alternativo, que empezando por dejar de pagar la deuda externa, ponga toda esa plata para resolver las necesidades de empleo, salario, salud, educación y vivienda.
Es el momento de sumar todas las fuerzas militantes, de poner en marcha la campaña electoral del Frente de Izquierda con todos los compañeros. De estar presentes en cada ciudad, cada barrio y cada esquina con nuestra agitación, nuestras pintadas y afiches. Llamando a los compañeros en cada fábrica, empresa, escuela y facultad a dar su voto a la principal alternativa de Izquierda que tienen los trabajadores, la juventud y el pueblo. Para enfrentar ahora en las PASO y, después, en octubre, a Macri, a Cristina, a Massa y todos los candidatos del ajuste.