Pero la lucha sigue firme. La mayoría de la población repudia al gobierno kirchnerista y quiere que se vaya. Y muchos, equivocadamente, opinan que Cambiemos “será mejor”. Eso se refleja en asambleas y congresos de Adosac, donde la directiva Lila se niega a nacionalizar la lucha, rechaza llevarla a Buenos Aires para desenmascarar al kirchnerismo y exigirle a Macri que pongan plata de una vez para salarios y jubilaciones. Porque tienen expectativas de que Bullrich (ahora Finocchiaro), Frigerio y Macri “se pondrán de nuestro lado” contra Alicia. Lamentablemente los dirigentes del MST y el PO ceden a esa visión, diciendo que “no hay que presionar a Macri porque ahora está mandando plata”.
Pero, ¿por qué Cambiemos, que donde gobierna descuenta a los docentes, suspende el receso invernal, declara ilegal los paros, reprime las luchas y los cortes, estaría en contra de que Alicia haga lo mismo? Alicia y Cambiemos están unidos contra la lucha docente y a favor del ajuste. Ambos pagan la deuda a los banqueros, perdonan retenciones e impuestos a las multinacionales mineras, petroleras y pesqueras, dinero con el que se podría resolver la crisis santacruceña. Ambos quieren derrotar la lucha docente, disciplinar a Adosac y, a partir de allí, al resto de los estatales santacruceños, para hacer pasar el acta acuerdo del ajuste que firmaron en Buenos Aires. Por eso ambos piden “un gesto de Adosac” (que levantemos el paro y sigamos discutiendo “con los niños en el aula”), sin siquiera devolver los descuentos ni ofrecer nada de aumento.
El único “gesto” que entienden Cambiemos y el kirchnerismo es la profundización de la lucha, la nacionalización del conflicto, pegarles en su campaña electoral denunciando lo que hacen. Fue sólo por la lucha que logramos que el gobierno nacional nos reciba. Será profundizándola como lograremos que aparezca la plata. Ctera, la CTA y la CGT deben dejar de ignorar nuestra lucha y llamar al paro nacional.