Queremos ser claros: en la Argentina se están cerrando fábricas y hay una ola de despidos. ¿Quién es el responsable? En primer lugar, los propios empresarios, que embolsan millonadas de súper ganancias y tratan a los obreros como material descartable. Tomemos este caso. Como trascendió en algunos medios de comunicación (ver Perfil, 15 de julio), la decisión de cerrar la planta ya había sido tomada al más alto nivel de la transnacional en México, que envió un “grupo de especialistas” con esa tarea. Sus órdenes eran clarísimas: cerrar ese establecimieto de Florida, que parte de la producción pasara a importarse desde Chile y mantener la empresa de Mar del Plata, en la que imperaban condiciones más flexibilizadas (léase de súper explotación).
El segundo responsable es el gobierno, que se pone escandalosamente del lado de las patronales y les deja violar todas las normas, incluyendo que se salteen los pasos previstos por el propio Ministerio de Trabajo, como el procedimiento preventivo de crisis. Y que después corre presuroso a poner todo el aparato represivo al servicio de la empresa. Notemos que la “velocidad” para cumplir la orden judicial de desalojar la planta no fue tal cuando se trató de cumplir con la otra disposición de los jueces, que ordenaba reponer a un grupo de trabajadores en sus puestos de trabajo.
Y hay un tercer responsable, la burocracia sindical, representada por Rodolfo Daer, que lleva años transando con las patronales, regalando condiciones de trabajo, denunciando y haciendo despedir a los nuevos activistas que no le responden; actuando directamente al servicio de la patronal cuando salió a decirle a los trabajadores que “no se podía hacer nada”, “que agarraran la indemnización y se fueran”.
¿Qué es lo que hacemos desde el sindicalismo combativo y la izquierda, por el contrario? Participamos, apoyamos y fortalecemos a los nuevos delegados y activistas que surgen defendiendo a sus compañeros en los puestos de trabajo. Aquellos que hacen lo que decide la base, consultándola permanentemente; que pelean a diario por las condiciones de trabajo, exigiendo que se cumplan los convenios, las disposiciones de seguridad e higiene, cuidando la vida y la salud de los compañeros; que luchan por que no se pierda el poder adquisitivo de los salarios, exigiendo que los paritarios sean efectivamente representantes de los trabajadores, elegidos en asamblea; y que, cuando las patronales ponen en riesgo las fuentes de trabajo, suspendiendo, echando compañeros o directamente cerrando las plantas, salen a defenderlos, a exigir que se cumpla la mismísima ley que violan los empresarios.
Empresarios, gobierno y burocracia sindical: ahí están los responsables de que se cierren las fábricas y queden compañeros en la calle, sumidos en el desempleo. Nosotros, por el contrario, somos los que peleamos para defender las fuentes de trabajo.