Más allá de estas “peleas” que pueden terminar en la convocatoria o no a la marcha, la CGT, incluyendo todas sus alas, mantiene su tregua con el gobierno y las patronales de no hacer olas en medio del proceso electoral. Como resultado de este pacto opuesto a los intereses de los trabajadores, los caciques sindicales dejaron pasar las paritarias a la baja, la flexibilización incorporada a varios convenios como el del gremio petrolero de Neuquén, los cierres y despidos masivos en AGR-Clarín y PepsiCo, los nuevos despidos en Cresta Roja y tantos atropellos más contra los trabajadores sin mover un dedo.
La convocatoria a la marcha del 22 de agosto se hizo supuestamente para repudiar la represión en PepsiCo… un mes y medio después. Esta medida totalmente insuficiente para frenar el ajuste, en todo caso es un taparrabos para tratar de ocultar que el pacto de los burócratas sindicales con el gobierno y los patrones sigue plenamente vigente.Todo esto es una confirmación más de que es imprescindible terminar con estas direcciones traidoras y avanzar en la construcción de una nueva conducción democrática y combativa de los trabajadores. Para eso debemos seguir fortaleciendo el sindicalismo combativo, para enfrentar la profundización del ajuste con la reforma laboral que pretenden Macri, Triaca y las patronales y reclamando un verdadero plan de lucha para exigir la prohibición de despidos y suspensiones, el salario igual a la canasta familiar, el 82% móvil para los jubilados, e imponer los reclamos de la clase trabajadora para derrotar el ajuste.