La causa tiene como antecedente un conflicto gremial entre los trabajadores y la empresa que pretendía continuar aumentando los ritmos de producción a niveles insostenibles. En aquel momento, ante la firmeza del delegado “Cacho” Vidal y la CI de no permitir que la línea de producción en uno de los sectores trabajara con menos personal que el habitual, el dueño de la empresa, Jorge Fort, en persona, irrumpió en el sector en forma violenta intentando reanudar el funcionamiento y luego realizó una presentación judicial contra Vidal. La Justicia ahora avala el desafuero del delegado y su suspensión.
Los trabajadores reunidos en asamblea decidieron realizar distintas medidas para frenar este atropello.