no las partes destinadas al servicio turístico ni mucho menos brinda servicios de transporte. En 1994 fue liquidado por Menem, dejando a miles de trabajadores despedidos y los talleres y vías abandonados. Sólo unos pocos kilómetros
desde la ciudad de Esquel, y unos menos desde El Maitén, se mantienen para el turismo. Los mapuches no han cortado el servicio, sino Menem y los sucesivos gobiernos.
En enero de este año, con el argumento de llevar una locomotora a los talleres de El Maitén para hacerle reparaciones, en lugar de solicitar permiso de paso (como lo hacen con Benetton y como lo solicitaba la comunidad), el juez Otranto ordenó el despeje de las vías que terminó en una gran represión por parte de la Gendarmería. También se la podría haber transportado por camión, como cuando se instaló una locomotora frente al casino de Esquel como atractivo turístico, sin mayores inconvenientes.
Desde el gobierno no hay un plan de recuperar la línea ferroviaria para comunicar a la población y dar trabajo a cientos de personas, sino una campaña contra la recuperación de tierras ancestrales. Utilizan a la Trochita contra los mapuche y a favor de Benetton.