Pues para los sectores obreros y populares catalanes la lucha independentista tiene un contenido diametralmente opuesto a la connotación que le dan los sectores burgueses nacionalistas. Como plantean los compañeros de LI, una vez alcanzada la independencia “habrá que seguir luchando […] por una República obrera, al servicio de las necesidades de los de abajo y no de los intereses de la burguesía catalana y su patronal. Queremos […] expresar en las urnas lo que hemos gritado en las calles, construyendo una alternativa que deje de pagar la deuda para poner el dinero para evitar los desahucios o la pobreza energética, derogar las reformas laborales y acabar con la precariedad y la miseria” (10 de septiembre de 2017). Mientras que el franquismo residual del régimen defiende la unidad del Estado Español, para los socialistas revolucionarios es evidente que la “unidad que la clase trabajadora necesita será el resultado de la libre determinación de los pueblos” (LI, 7 de septiembre de 2017). Por ello la lucha de los trabajadores de la península ibérica por su emancipación debe conducir a la creación de una federación de repúblicas socialistas.