El kirchnerismo no convocó a ninguna de las movilizaciones y, por el contrario, se ocupó de frenarlas por todos los medios disponibles. Contó con el apoyo de sus medios adeptos y organizaciones de derechos humanos cooptadas durante sus gobiernos. Tergiversando los comunicados de la familia Maldonado, salieron a confundir afirmando que se debía respetar su dolor a la espera de una futura convocatoria, y que hacerlo en esos momentos era una provocación al gobierno. De esta forma mantuvo la misma política de “no enfrentamiento” que viene siendo clásica de los dirigentes, diputados y centrales sindicales kirchneristas y peronistas en relación con el gobierno de Cambiemos. A pesar de todo esto, centenares de compañeros que se referencian en el kirchnerismo le dieron la espalda a esta “orden” de sus dirigentes y estuvieron presentes, en particular el viernes 20 y el sábado 21.
“Todo lo que ganamos fue en las calles”, afirmó sin dudar Nora Cortiñas en la última ronda de las Madres, volviendo a colocar el eje de la discusión en el lugar correcto. Solo la movilización nos permitió avanzar hasta este punto y nos permitirá seguir sosteniendo incondicionalmente nuestros reclamos.