Escribe Juan Nordio Trabajador del INTI Córdoba
El INTI fue creado hace más de 60 años y desempeña una innumerable cantidad de actividades tales como la certificación de calidad de productos, la verificación de instrumentos de medición y la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías para la industria argentina. Los controles del INTI aseguran, por ejemplo, que los juguetes y las mamaderas no contengan sustancias tóxicas, o que cuando se carga combustible se entregue efectivamente la cantidad que se está pagando.
El INTI cumple un importante rol para la sociedad y para la industria nacional. Entonces cabe preguntarse por qué en lugar de fortalecerlo se produce el despido de 258 trabajadores, profesionales y técnicos con muchos años de experiencia.
La respuesta es que las actuales autoridades con el asesoramiento de la consultora vasca Tecnalia han detectado la posibilidad de hacer grandes negocios privatizando las áreas más rentables.
El desmembramiento del INTI traerá aparejado la falta de controles. Una de las áreas de mayor interés es la homologación y verificación de instrumentos reglamentados (surtidores de combustible, básculas para pesar camiones, alcoholímetros, etcétera), tarea que realiza el INTI desde el año 2003. En ese sentido el gobierno de Macri ya aprobó en noviembre el decreto 960/2017 por el que se le quita al organismo la exclusividad y permite a empresas privadas realizar estos controles.
Las petroleras dueñas de estaciones de servicio y las federaciones de expendedores se opusieron totalmente cuando el INTI comenzó a implementar el control de los surtidores y se negaron a pagar por el servicio. Es que permitir que ellos mismos realicen los controles es dejar que adulteren la cantidad de combustible que despachan perjudicando a los consumidores.
Una situación similar ocurrirá en los puertos donde sin el control de las balanzas que realiza el INTI, las multinacionales agroexportadoras (Cargill, Dreyfus, Bunge, Nidera, etcétera) tendrán las manos libres para pesar los camiones a su antojo perjudicando a los productores y acopiadores de granos que envían su cosecha. Los importadores también se verán beneficiados ya que al quedar el control en manos privadas no será necesario cumplir estrictamente la normativa vigente a la hora de ingresar cualquier producto, perjudicando a la industria nacional y a los consumidores.
En síntesis, el desmembramiento del INTI será como poner al lobo a cuidar las ovejas.