Escribe Martín Fú
El 29 de mayo de 1974 la Triple A golpeó a nuestro partido predecesor, el PST. Una patota atacó el local de Talar de Pacheco donde, luego de una balacera infernal, secuestraron a seis compañeros para luego ultimar a los tiros a tres de ellos.
Semanas antes, el 7 de mayo, en las cercanías de Benavídez, Inocencio “Indio” Fernández era asesinado por una patota de la Alianza Anticomunista Argentina, conocida como la Triple A. El Indio, obrero de la metalúrgica Cormasa en Tigre y joven militante del PST proveniente del peronismo, organizó su fábrica y presentó una lista de candidatos a delegados contra la burocracia oficialista de la UOM. Nuestro compañero fue torturado, ultimado a tiros y luego envuelto su cuerpo en un colchón y prendido fuego.
Con la vuelta del peronismo al poder en 1973 y el retorno definitivo al país de Perón, se había puesto en marcha el denominado “Pacto Social”, un acuerdo entre el gobierno, la burocracia de la CGT y los empresarios que congelaba los salarios y las paritarias por dos años. Ese pacto era resistido en numerosas fábricas por una activa vanguardia de trabajadores.
El PST tenía una importante participación en esas luchas, con una fuerte influencia entre los activistas antiburocráticos. Así se daba en la zona norte del Gran Buenos Aires, fruto de un sólido trabajo sindical y político. En la UOM, la lista Gris, orientada por nuestro partido, dirigía fábricas como Cormasa, Corni, De Carlo, Wobron y Astarsa Metalúrgica, entre otras. El trabajo sindical atravesaba diversas ramas de la industria. Fate, Texas Instruments, Matarazzo, Sylvania y Terrabusi tenían entre su activismo trabajadores y delegados que el PST estructuró o ganó al peronismo.
El ataque al local de Pacheco buscó quitarse de encima, a través de la violencia parapolicial amparada por el gobierno, a la vanguardia que se organizaba y luchaba en las fábricas, así como en escuelas y barrios. El 29 de mayo de 1974, a la medianoche, el PST perdió a manos de los matones de la Triple A a tres jóvenes militantes cuando una banda armada, luego de ametrallar el frente del local, secuestro a un grupo, para luego liberar a tres compañeras. Antonio “Hijitus” Mesa era miembro de la comisión interna de los Astilleros Astarsa, en Tigre. En 1973 formó parte de la toma y el control de la Comisión de Seguridad e Higiene laboral de la fábrica luego de la muerte de un obrero, consiguiendo reducir la jornada laboral de doce a siete horas. Antonio “Toni” Moses era obrero metalúrgico de la autopartista Wobron, planta que venía de conflicto en conflicto.
Mario “Tano” Zida era dirigente estudiantil de la Escuela Técnica 1 de Tigre y de la Juventud Socialista de Avanzada. Sus cuerpos aparecieron al otro día fusilados en cercanías de Campana.
En un masivo acto frente al local central del PST nuestro máximo dirigente, Nahuel Moreno, dijo: “Ellos eran jóvenes, no tenían una extraordinaria biografía, ni internacional, ni de ningún tipo. Eran tres modestos militantes. Pero por eso eran mucho más grandes todavía. Eran grandes porque era grande la lucha de ellos, eran grandes porque es grande nuestro partido, eran grandes porque es grande su ideología”.
Cuarenta y cuatro años después, desde Izquierda Socialista recordamos a Toni, Hijitus y el Tano continuando la inclaudicable lucha para que los autores materiales e intelectuales paguen por sus crímenes y seguimos levantando bien alto las mismas banderas que llevaron hasta su muerte, por un gobierno socialista y de los trabajadores.
Compañeros Antonio Mesa, Mario Zida y Antonio Moses, ¡presentes!
Yessi, la mano derecha de López Rega
Julio Yessi es uno de los condenados por la Masacre de Pacheco, purgando su condena con prisión domiciliaria. Hace unas semanas dio un reportaje a la revista Noticias. Yessi fue muy cercano a José López Rega y tuvo un alto cargo en el Ministerio de Bienestar Social y desde ahí, ungido por el Brujo, fue dirigente de la recién creada Juventud Peronista de la República Argentina, conocida como JPRA. Ésta fue parte imprescindible del funcionamiento de la Triple A. Sus hombres pasaron a integrar y formar las bandas combinadas de la Triple A y la CNU (Concentración Nacional Universitaria) que perseguían a la oposición dentro y fuera del peronismo. Yessi tuvo un rol preponderante en la conformación y funcionamiento de este mecanismo.
Yessi fue identificado por una sobreviviente como uno de los integrantes de la banda que comandó, asaltó y fusiló a nuestros compañeros en Pacheco. Otros de los asesinos, Jorge Héctor Conti (yerno y secretario de López Rega) y Salvador Siciliano, también partícipes de la Masacre de Pacheco, fueron condenados y luego liberados. Desde Izquierda Socialista repudiamos la prisión domiciliaria para los asesinos y seguiremos movilizados hasta que todos los responsables terminen en prisión.