Escribe Claudio Funes
Muchos honestos luchadores peronistas, desde los viejos a los más jóvenes deben observar, quizás con cierta preocupación y dudas, que la épica peronista ha cambiado sustancialmente.
Alberto Fernández, candidato a presidente por el Frente de Todos pidió “evitar la calle” para no generar confrontación. También reclamó “calma y prudencia” a las organizaciones sociales que en las últimas semanas coparon las calles con reclamos, protestas y piquetes “para evitar situaciones que puedan generar violencia”.
Tratar de vaciar las calles, dividir las luchas y votar las leyes de ajuste, es el trabajo que el peronismo, en sus alas sindical y política, viene haciendo desde que Macri es presidente.
El peronismo sigue planteando que “todo se soluciona votando bien” (a sus candidatos patronales), sin importarle la miseria del presente. Alberto Fernández utiliza la autoridad que le confirió la enorme cantidad de votos recibidos en las PASO para insistir en que no salgamos a las calles. Se transforma así en el principal garante de la gobernabilidad del hambre.
Pero también prepara el terreno para su presidencia. El pacto social que propone, donde se habla de un congelamiento de salarios por 180 días con un dólar que hoy está a 60 pesos, es un magnífico negocio para los capitalistas de la industria y del agro. Ya da aviso, ante los reclamos que vendrán, que tratará de impedir la movilización obrera y popular para hacer pasar el ajuste.