Ana Zabaloy fue símbolo de otra de las batallas que libran las docentes en nuestras escuelas rurales de la provincia de Buenos Aires. Ex directora de la escuela Nº 11 de San Antonio de Areco, pagó con su vida los efectos de venenos como el 2,4-D, un herbicida altamente tóxico utilizado en el campo para controlar la maleza. Ana devino en otro ejemplo de cómo el modelo agrotóxico llega hasta las escuelas, los docentes y nuestros niños.
Ella denunció en una carta pública los efectos de los agrotóxicos utilizados por los pools sojeros y las multinacionales agroexportadoras. “Paren de enfermarnos, paren de matarnos” fue el título de su denuncia, donde expresaba: “Nadie nos lo contó, no lo leímos en ningún diario, nos pasó, lo vivimos, como una cotidianeidad inevitable”. Ana formaba parte de los espacios de organización contra el uso de agrotóxicos en el interior de la provincia de Buenos Aires. Las escuelas rurales son habitualmente blancos de las fumigaciones y Ana había denunciado esta realidad.
En Entre Ríos se logró delimitar el área de riesgo gracias a recursos presentados ante la Justicia. En Buenos Aires, apenas un mes después de la puesta en funcionamiento de una resolución que limitaba el uso de agrotóxicos en proximidad de las escuelas, las presiones de las multinacionales la desactivaron ante la pasividad de la gobernadora Vidal. Hasta Macri había criticado cualquier intento de regulación de áreas, justificándolo con que “bajaba la producción agrícola”, sin importarle las vidas humanas.
En un escrito Ana llamaba a que “nos acompañen en esta lucha por la defensa de nuestros derechos como trabajadores de la educación expuestos constantemente a riesgos de salud por el solo hecho de concurrir a nuestro lugar de trabajo diariamente, además de la imposibilidad de proteger en estas circunstancias la seguridad e integridad de nuestros alumnos, con todo lo que ello implica. En nombre de nuestros niños, de sus familias y de nosotros mismos, una vez más exigimos: paren de fumigar las escuelas y poblados rurales. Paren de enfermarnos. Paren de matarnos”.
Nos comprometemos a continuar su lucha denunciando implacablemente a las multinacionales que destruyen nuestro ambiente, la salud y los gobiernos cómplices.