Nos nos referimos en esta nota a su saltimbanqui carrera política al interior del peronismo, donde fue sucesivamente cafierista, menemista, duhaldista, kirchnerista, antikirchnerista massista y ahora… de nuevo kirchnerista. Nos queremos referir a algo mucho más terrible, que el ahora otra vez candidato “a algo” quiere que no se recuerde, mientras se viste de progresista su directa responsabilidad, en el asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán en junio de 2002.
Solá era entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires y tuvo una participación directa en el operativo policial que reprimió la marcha piquetera sobre el puente Pueyrredón y terminó con la “cacería” de manifestantes y el asesinato de Maxi y Darío en el hall de la estación Avellaneda (hoy renombrada justamente “estación Kosteki y Santillán”), y en el vergonzoso despliegue mediático posterior. “Se mataron entre ellos”, “fue una interna piquetera”, fueron las afirmaciones que difundían los medios, dichas por los propios funcionarios oficiales. Nora Cortiñas, referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, relató que fue el mismísimo Felipe Solá el que lanzó a correr ese planteo cuando ella lo llamó para reclamarle ante la represión.
Ahora, en 2019, Felipe Solá vuelve otra vez al ruedo electoral. Los familiares de Kosteki y Santillán han salido a recordarle a todos de qué personaje se trata.