“Arde París” ha sido el titular de diferentes medios periodísticos que reflejaron así las consecuencias de la manifestación popular de los llamados “chalecos amarillos” del sábado 1° de diciembre en la capital de Francia. Miles en las calles de París y de todo el país enfrentaron y desbordaron la represión policial del gobierno conservador de Macron.
Hubo centenares de detenidos y cerca de cien heridos. Fue el punto más alto de una protesta que se inició días atrás contra el intento del gobierno de Macron de aumentar el combustible, que pasaría de 0,80 a 1,30 euros, lo cual llevaría a un aumento general de precios. Durante toda la semana se mantuvieron barricadas en los peajes y bloqueos a depósitos de combustible.
Los rebeldes, sin dirección ni organización sindical o política reconocida, se identifican con chalecos amarillos, que son de uso obligatorio en las rutas francesas. La mayoría de ellos son sectores populares de los pueblos y las ciudades que utilizan sus autos y motos para ir a trabajar.
Este aumento del combustible es parte del ajuste capitalista que viene aplicando Macron. Los trabajadores y el pueblo de Francia han sufrido un deterioro de sus condiciones de vida. Los aumentos no sólo se encuentran en el sector energético, sino también en la canasta básica donde por ejemplo, legumbres, mantecas y papas han aumentado entre 9% y 11,2%. Antes Macron buscó una reforma laboral contra los ferroviarios y trabajadores públicos.
Esta rebelión popular se dio justo cuando se reunía en Buenos Aires, Argentina, el G20 con la presencia de los Trump, Merkel, Macron, May, Erdogan, Xi Jinping, Putin, Macri o Temer. Son el imperialismo, el FMI y sus gobiernos capitalistas que en nombre de las multinacionales y el capital financiero pactan nuevos ajustes contra la clase trabajadora y los pueblos del mundo.
La rebelión de los “chalecos amarillos” es parte de la misma lucha que llevan adelante los pueblos del mundo contra el FMI, la deuda externa o el ataque al salario y las jubilaciones. Por eso los socialistas revolucionarios de la UIT-CI nos solidarizamos con esta lucha por derrotar este aumento de combustible.
Los manifestantes también expresaron el odio al gobierno capitalista de Macron y muchos reclamaron “Macron dimisión”. La gravedad del ajuste como de la represión hacen necesario que los “chalecos amarillos” se unan a los trabajadores, a las mujeres y a la juventud francesa para exigir a las centrales sindicales que se convoque a una huelga general contra el ajuste y el gobierno de Macron.
Llamamos a la más amplia solidaridad internacional en apoyo a la movilización popular de Francia contra el aumento del combustible, por la libertad de los manifestantes y contra la represión.
Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
1° de diciembre de 2018