Escribe Reynaldo Saccone Ex presidente de Cicop
Bajo el impiadoso sol de la tarde del viernes 9 de noviembre, miles de hombres y mujeres de blanco llenaban la Plaza Congreso. La sensación térmica, bien por arriba de los 30° , parecía acompañar la indignada multitud, que cantaba exigiendo el reconocimiento de la enfermería como una profesión. Una rebelión espontánea y autoconvocada de los más explotados del sistema de salud se inició. El 21 de noviembre habrá una nueva concentración y paro nacional. Comenzó la autoorganización con la unidad basada en asambleas de hospitales y la coordinación.
¿Qué había pasado? La modificación de la carrera profesional de salud de la Ciudad de Buenos Aires, aprobada en un trámite exprés por la Legislatura, actualizó dramáticamente una situación de injusticia vivida por la enfermería porteña junto a otras profesiones como la instrumentación quirúrgica y la licenciatura en bioimágenes: su permanente exclusión como profesionales de la salud. Confinados al escalafón general de la Ciudad, tienen menos salario, más horas de trabajo, extensión horaria a menor valor que horas extras, imposibilidad de gozar de la licencia por estrés y bloqueo del pase automático a la carrera una vez obtenida la licenciatura universitaria. Asimismo, la reducción de la currícula de la Escuela de Enfermería Cecilia Grierson intenta descalificar la profesión y hacer inalcanzable la licenciatura.
Los miles presentes en el Congreso se habían autoconvocados de boca en boca y a través de las redes. Desbordada la burocracia de Sutecba por los trabajadores del sector público de la CABA, la presencia en la concentración de varias clínicas privadas e incluso de la provincia de Buenos Aires plantea la posibilidad de una extensión mayor.
La lista de oradores fue coordinada por el representante de ATE del hospital Durand y el de la Aecaf (Asociación de Enfermería de Capital Federal) no porque se los hubiera elegido sino gracias a que habían llevado un equipo de sonido. Los oradores que denunciaban la complicidad de los dirigentes de Sutecba con el Gobierno de la Ciudad eran ovacionados. El rechazo a los gremios fue tal que en varios hospitales los activistas no usaron los micros que Sutecba había puesto a disposición para concurrir al Congreso. Finalmente se decidió por aclamación una nueva concentración y paro nacional el 21 de noviembre.
Hubo una segunda parte en la Plaza de Mayo, adonde llegó la columna de manifestantes. La combativa junta interna de ATE del Hospital Garrahan, equipo de sonido mediante, daba la palabra. Las intervenciones se centraron, ahora, en la continuidad de la lucha y la autoorganización por establecimiento. Asambleas y elección de representantes con mandato proponían los oradores. Desde el Garrahan se convocó a una reunión de los delegados elegidos por estas asambleas el martes 13 de noviembre.
Esta movilización, que recién comienza, necesita para triunfar la construcción de la unidad y la coordinación basadas en las asambleas de hospitales. Es ahí donde está la fuerza de esta gran lucha. En ellas se podrán votar las medidas que la base decida y exigir a los sindicatos que se pongan a disposición de la lucha. Vamos a un gran paro nacional y movilización el 21.
Por una jornada nacional de lucha de enfermería el 21/11
“El ataque a la enfermería es un ataque a la salud pública… en Jujuy, Chaco, en Tucumán la amenaza de eliminar las escuelas de enfermería, la intención de eliminar la categoría profesional… Denunciamos que en todo el país se avanza sobre conquistas históricas de la enfermería…Los enfermeros tucumanos nos solidarizamos con nuestros compañeros de CABA… Por una jornada nacional de lucha enfermera… ” Cristian Luna, secretario general del Sindicato Tucumano de Enfermería (SITE). Al finalizar la movilización se le puso fecha al paro nacional para el miércoles 21 de noviembre.