Escribe Martín Fú
En medio de la pandemia, el frigorífico Penta anunció el despido masivo de 240 trabajadores. Una empresa que se dedica a producir masivamente alimentos decide cerrar y dejar a todos sus empleados en la calle. Una rama estratégica, como es la alimentación, en un abierto lockout desafía a los trabajadores y a sectores populares.
Esto desató la natural pelea de los trabajadores en defensa de su fuente de trabajo. Que había tenido como respuesta, la semana pasada, una feroz represión desatada por la policía bonaerense a los trabajadores que querían ingresar a la planta a trabajar y exigir el pago de los salarios adeudados. Hubo veinte heridos, uno de gravedad e internado. El “delito”, según palabras de Sergio Berni, responsable de la policía bonaerense, fue el reclamo de 240 trabajadores que solo pedían poder ingresar a la planta, teniendo dictada la conciliación obligatoria y que, sin embargo, fue incumplida por medio de un lockout.
El conflicto se originó por el manejo irregular del dueño de la empresa Ricardo Bruzzese que no tomó las medidas preventivas y de seguridad para el personal durante la faena, se atrasó en el pago de las quincenas y además se dedicó a perseguir a la organización gremial elegida por los trabajadores.
En solidaridad, y en repudio a la represión, el pasado lunes 13 se concretó el primer paro nacional en medio de la pandemia convocado por la Federación de la Carne. El mismo día, a la espera de una audiencia en el Ministerio de Trabajo, el empresario peronista Bruzzese volvió a la ofensiva enviando cartas documento a los delegados “cuestionados” por la patronal.
Infinidad de muestras de solidaridad y apoyo han rodeado a los trabajadores de Penta, que no están solos. Entre ellas la del Pollo Sobrero, en representación del cuerpo de delegados del ferrocarril Sarmiento y de Izquierda Socialista, que llevó el acompañamiento y la solidaridad poniéndose a disposición de esta lucha. Esta pelea abre un nuevo capítulo, invisibilizado muchas veces, en medio de la pandemia y la cuarentena, que pone a los trabajadores y su organización gremial de base como protagonistas y punta de lanza a la hora de enfrentar los atropellos de las patronales en medio de una crisis nacional y mundial sin precedentes.
Desde Izquierda Socialista exigimos la reincorporación inmediata de todos los trabajadores, el pago de los jornales caídos y que se pongan en marcha todas las medidas necesarias para que los operarios puedan trabajar sin riesgo de contagio. De no hacerlo, es necesaria la estatización inmediata del frigorífico y que rápidamente vuelva a la producción por ser una rama estratégica y esencial para el pueblo trabajador a la hora de enfrentar esta pandemia.