Escribe Pilar Barbas, dirigente de la Juventud de Izquierda Socialista
A días de la desaparición forzada y asesinato de Luis Espinoza a manos de la policía tucumana, nos encontramos con las imágenes de detención ilegal y tortura de una familia qom en su propia casa, ubicada en Fontana, Chaco. La noche del 30 de mayo la policía entró a patadas y golpes deteniendo ilegalmente a menores de edad y violentando a una mujer que estaba en la vivienda.
Una vez en la comisaría, fueron torturados por la policía. En sus testimonios dos jóvenes contaron cómo fueron desnudadas y rociadas con alcohol. “Ya les tiramos alcohol, ¿ahora quién las prende fuego?”, contaron que dijeron los policías. Luego los cinco oficiales las patearon y golpearon en el piso.
Este no es el primer caso de violencia policial hacia la comunidad qom en Chaco. Son constantemente atacados por la policía de Capitanich, quien ya fue gobernador de 2007 a 2015, luego intendente de la capital, Resistencia, y ahora nuevamente gobernador del Frente de Todos.
Que este escándalo suceda justo en medio de la indignación mundial por el asesinato de George Floyd a manos de la policía racista estadounidense hizo que la ministra de Seguridad y Justicia de Chaco tuviera que anunciar el "inmediato apartamiento de sus funciones de los agentes responsables de ejercer violencia policial" ante la viralización de las imágenes. No debemos engañarnos, no es un “error” de algunos policías. La violencia es institucional y sistemática contra los pobres y los pueblos originarios. Nada distinto de la violencia racista y de la policía estadounidense que se ensaña con negros y pobres.
En un tuit, Alberto Fernández felicitó a “Coqui” por separar a los policías y concluyó que estos hechos atroces eran una “deuda de la democracia”. El PJ viene gobernando la provincia desde 2007, y lo hizo también durante la década del '80, estando a cargo de las fuerzas represivas de Chaco más que ningún otro partido, con lo cual está claro quién es el mayor responsable de esa “deuda” y de las condiciones de extrema precariedad y pobreza a la que es empujada la comunidad qom.
¡Basta de reprimir a la comunidad qom!