Escribe Gastón Godoy, dirigente de la Juventud de Izquierda Socialista
El ministro de Educación Nicolás Trotta hizo nuevos anuncios sobre un “posible retorno” a las clases presenciales en agosto, sin dar precisiones -como hasta el momento- de cómo se continuará durante estos meses. Desde la Juventud de Izquierda Socialista rechazamos este discurso triunfalista ante la pandemia que lleva meses, denunciamos el caos y la desorganización imperante y sostenemos lo que hemos señalado desde que se impuso la virtualización: que ha sido un fracaso, que generó la exclusión de cientos de miles de estudiantes de todos los niveles educativos que no tienen los medios para acceder y que profundizó la flexibilización laboral docente.
A lo largo de la cuarentena el ministro Trotta fue comunicando de forma poco clara que la evaluación en el nivel medio se relajaría producto de las quejas y problemas que acarrea un traslado mecánico de lo presencial a lo virtual. En el nivel superior ocurrió algo similar, sumado a que las autoridades de cada universidad o terciario proponen su propia forma de evaluación y trayecto de las materias, lo que generó en algunos casos la imposición de trabas para acreditar y validar lo cursado.
Ante ese contexto, donde se haya desarrollado una dinámica de cursado y dictado de contenidos respetada entre docentes y estudiantes rechazamos el bloqueo de la posibilidad de la promoción del cursado. Exigimos que se garantice ese derecho para no ahondar más en el abandono de los estudios ante la demora en las carreras. En todo caso, cuando la cuarentena se termine los comités de crisis podrán definir la ratificación de estas promociones extraordinarias. Asimismo, rechazamos las evaluaciones obligatorias y exigimos la regularización para el conjunto de los estudiantes que se anotaron a las cursadas y “acompañamientos”, por más que hayan padecido problemas para poder sostener el cursado fruto de las desigualdades del proceso forzoso de virtualización.
Fondo de emergencia para dar respuesta a las necesidades educativas
La educación pública en el marco de la pandemia no ha recibido un peso más de presupuesto, una situación ya de por sí grave, pero aún peor si se tiene en cuenta que continúa funcionando con el presupuesto de 2019, con una inflación que superó el 60% en este tiempo. El gobierno de Alberto Fernández destinó durante la pandemia millones al pago de la deuda externa, pero no pone plata para educación. Es urgente el fondo de emergencia ante la crisis, constituido sobre la base de las grandes fortunas y el no pago de la deuda externa. De ahí podría salir la plata para becas masivas y para la distribución de dispositivos (netbooks, notebooks, tablets) para garantizar el cursado mientras continúe el aislamiento social.
En ese sentido, desde la Juventud de Izquierda Socialista nos hemos propuesto llevar adelante una campaña nacional con un petitorio de exigencia por la liberación de datos para las distintas plataformas –y recursos del cursado virtual– y la entrega de dispositivos para combatir la deserción. Agregando también un aumento presupuestario urgente sobre la base de obtener recursos de un impuesto a las grandes fortunas, los bancos y las multinacionales. No queremos que la clase trabajadora y los sectores populares paguen esta crisis. No queremos más hambre, desempleo, pobreza ni deserción educativa.
Firmá el petitorio en el Facebook de Juventud Izquierda Socialista.