Escribe Adolfo Santos
El vacunatorio vip es un verdadero escándalo nacional. Instalado en el Ministerio de Salud de la Nación, funcionaba sorteando filas y desconociendo cualquier protocolo para atender a un selecto grupo de amigos del gobierno. Hasta allí llegaron empresarios, periodistas, políticos y burócratas sindicales. Una parte de esa lista de privilegiados la integran el periodista peronista kirchnerista Horacio Verbitsky (quien reveló el hecho antes de que lo delate la investigación que estaba en curso), el empresario marplatense Aldrey Iglesias y su familia, el canciller Felipe Solá, el diputado ligado al papa Francisco Eduardo Valdés, el senador Jorge Taiana, el camionero Hugo Moyano y familia, Duhalde y Zannini, entre otros “notables”.
Los vacunatorios clandestinos propiciados desde el gobierno eran un secreto a voces antes de las declaraciones radiales de Verbitsky. Ya circulaban denuncias repudiando el hecho de que varios políticos, sin el menor pudor, difundían en sus redes que se habían vacunado sin cumplir los protocolos. Gobernadores, intendentes, diputados, burócratas sindicales, empresarios y sus familias, amigos y choferes, sin ser personas de riesgo y sin respetar ningún orden, aprovechaban las partidas recibidas para vacunarse antes que nadie. Mientras tanto, faltan vacunas para médicos, enfermeras, trabajadores de la salud, docentes que empezaron las clases, o mayores de 70 años que hacen malabares para poder anotarse en programas colapsados.
Esto demuestra el desprecio, la desidia y fundamentalmente la falta de transparencia del gobierno del Frente de Todos. El ministro Ginés González García se fue diciendo que “todo fue culpa de su secretaría privada”. Nadie le cree. Fueron tantas las evidencias que el presidente no tuvo otra opción que hacerlo renunciar para evitar un desgaste mayor al que ya viene sufriendo su gobierno. Pero la salida de Ginés no resuelve la crisis. Ya hay una serie de denuncias contra altos funcionarios y dirigentes políticos y sindicales por el uso indebido de las pocas vacunas que llegaron a nuestro país. Nuevas crisis van a surgir.
Además, ese esquema corrupto surge por la falta de vacunas que debería garantizar el gobierno, y eso está lejos de resolverse. Es el gobierno de conjunto el que viene haciendo falsas promesas sobre la llegada de las vacunas que solo aparecen en cuentagotas, siendo cómplice del negocio capitalista que hay detrás. Alberto Fernández dijo que la vacuna debe ser un “bien público global” pero no actúa en consecuencia ni siquiera en el seno de su propio gobierno, donde sus funcionarios hacen uso discrecional de las vacunas en un despreciable mecanismo de “sálvese quien pueda”.
El “esquema” de vacunación en medio de una situación de emergencia como la que nos impone la pandemia es gravísimo. La nueva ministra Carla Vizzotti insiste en que “no hay un vacunatorio paralelo, ni se reservan vacunas para una situación privilegiada”. Quiere negar una realidad que le costó el cargo a su antecesor, Ginés González García. Además, no es creíble que como viceministra no supiera nada de lo que acontecía en su propia cartera. Repudiamos las declaraciones que afirman que se estaba vacunando “personal estratégico” del aparato del Estado. ¿Diputados patronales que votan leyes contra el pueblo son estratégicos? ¿Familiares jóvenes de ministros, gobernadores y funcionarios?
Por eso hay que investigar a fondo y castigar a todos los responsables. ¿Qué otros funcionarios de alto nivel participaron? ¿Qué papel cumplía el hospital Posadas y su interventor, Alberto Maceira, que movilizó una tropa de médicos en vehículos sin identificación para hacerse cargo de la vacunación de los vip? ¿En qué otros establecimientos donde llega la vacuna funcionan listas vip?
Exigimos una profunda investigación de los mecanismos de vacunación para determinar sus alcances, los responsables y las derivaciones que tuvo esa medida ilegal. Una investigación a la que deben sumarse representantes de Cicop, de los trabajadores de los diferentes hospitales, de organismos de derechos humanos y organizaciones populares, entre otros. Repudiamos la falta de transparencia en el tratamiento de la vacunación. Exigimos la renuncia inmediata de todos los funcionarios vinculados a los esquemas de vacunación paralelos y su correspondiente castigo y que se vacune de forma inmediata a los trabajadores de la salud, docentes, trabajadores esenciales, mayores en riesgo y todos aquellos que necesitan la vacuna, no a los amigos del gobierno.